Yannick Carrasco

JORGE RUBIO. Las redes sociales están acogiendo un interesante debate sobre cuál es el nombre correcto para las instalaciones municipales que no solo comparten Atlético de Madrid y Rayo Majadahonda, ya que otros clubes majariegos como Puerta de Madrid juega allí algunos partidos e incluso el K-2 podría hacerlo. ¿Ciudad Deportiva Wanda o Cerro del Espino? Una cuestión que vuelve a estar de actualidad tras la salida del club rojiblanco de algunos de sus jugadores a otros equipos del grupo Wanda como Yannick Carrasco (Dalian Yifang) o de Augusto Fernández (Beijing Renhe), con fuertes rumores de que también podría hacerlo el mítico Fernando Torres. Desde el foro de la asociación rojiblanca «Señales de Humo» se está viviendo con intensidad todo este proceso que está sucediendo en el Atleti en un momento especialmente bueno del primer equipo, con la Europa League en juego y el subcampeonato de liga aún por dirimir. Y es que en algunos sectores de la afición rojiblanca no ha sentado nada bien que Carrasco haya fichado por otro equipo que pertenece al conglomerado chino Wanda.


Enrique Cerezo y Gil Marín

Estas decisiones empresariales quedan fuera de la comprensión de los aficionados, que ven que se producen cambios no esperados que merman la capacidad ofensiva del equipo y que en muchos casos contravienen la sensibilidad de los seguidores del club. Los vecinos de Majadahonda, mientras tanto, nada saben de los 220 millones de euros con los que Wanda se hizo con una parte del accionariado del Atletico de Madrid que sigue en manos de la familia Gil. Una decisión económica que transformó el campo municipal del Cerro del Espino en la Ciudad Deportiva Wanda, decisión que no pasó por el pleno municipal y de la que la Concejalía de Deportes nada sabe. Y una situación enrarecida que se ha visto entremezclada con toda una serie de decisiones polémicas en las que se han visto envueltos los gestores del Atleti, Enrique Cerezo y Gil Marín, tras perder la sentencia sobre la última ampliación de capital del club.

Fue precisamente la asociación «Señales de Humo» la que denunció estas irregularidades en la composición del accionariado llevándolas incluso hasta el Tribunal Supremo. «Si bien la ampliación de capital objeto de nulidad afecta exclusivamente a una parte del accionariado, una vez confirmada la sentencia de la Audiencia Provincial, la Asociación «Señales de Humo» pondrá en marcha los mecanismos judiciales necesarios para obtener la ejecución de la misma, así como para impugnar las sucesivas ampliaciones de capital que derivan de la ahora anulada por la justicia«, detalla esta agrupación, cuyo fin último es devolver la entidad «a sus únicos y legítimos propietarios que son los atléticos». A pesar de que la Audiencia Provincial dio la razón a «Señales de Humo», el Tribunal Supremo revocó dicha sentencia. Y aunque confirmó la «existencia del hecho criminal» detrás del proceso de ampliación de capital del Atlético de Madrid, al tiempo absolvió a Enrique Cerezo y Gil Marín por la «prescripción del delito».

Mientras tanto, los campos del Cerro del Espino siguen acogiendo partidos del Atlético de Madrid, Rayo Majadahonda y Puerta de Madrid. Unas instalaciones que esta temporada han reflejado un agotamiento que quedó reflejado en el maltrecho césped, transformando lo que debería ser un manto verde en un «patatal». Sobre esta cuestión los directivos del Atlético de Madrid están barajando la posibilidad de establecer los campos del Cerro del Espino de Majadahonda solo para el “At. Madrid B” y llevarse al Metropolitano el primer equipo y femenino. Una circunstancia que todavía no se ha formalizado, aunque de realizarse los principales beneficiarios serían el Rayo Majadahonda, Afar 4, Puerta de Madrid y K-2.

Aunque el Atlético de Madrid utiliza estos campos gracias a un convenio público, su titularidad es municipal, una circunstancia que también ha levantado polémica en la ciudad. La cesión de terrenos se hizo en 1997 bajo la alcaldía de Romero de Tejada (PP) en favor del Atleti durante 50 años a cambio de mantener el estadio del Cerro del Espino y urbanizar los aledaños de la ciudad deportiva construyendo un nuevo aparcamiento. El resultado ha sido un éxito, toda vez que los entrenamientos y ruedas de prensa del primer equipo han facilitado una proyección mediática de Majadahonda que alcanza a todo el globo. La concesión, sin embargo, no ha escapado a la polémica y sus coletazos todavía hacen su aparición cuando se debaten cuestiones que conciernen a estos campos de fútbol, como fue la decisión unilateral de cambiar el nombre. Y ahora que los chinos de Wanda se han marchado ¿volverán a llamarlo Cerro del Espino?. El Ayuntamiento de Majadahonda tiene la última palabra.

Majadahonda Magazin