JULIA BACHILLER. La Casa de la Cultura de Majadahonda fue escenario este lunes 21 de enero de 2019 del ya tradicional acto en recuerdo a las víctimas del Holocausto, con un aforo completo en su planta baja formado en gran parte por los alumnos de los institutos José Saramago, Margarita Salas y del Colegio Reparadoras. Su momento más destacable fue la presencia y testimonio de Jacobo Drachman superviviente de la Shoá, que traducido del hebreo significa “La Catástrofe”. Drachman comenzó saludando a los presentes con un “Shalom” y comenzó con un breve resumen de su vida, escalofriante testimonio que ha dejado plasmado en su libro “Lágrimas Secas”: “Yo quiero que la gente entienda, que comprenda… que no hay límite para el sufrimiento y para la humillación que no haya pasado yo y mi pueblo, mi gente, mi familia”. Y en un tono irónico aseguro: ”Ser judío es un accidente que me tocó –no sé si bueno o malo– y no lo cambio por nada del mundo”. Antes de finalizar se formuló la pregunta que en años anteriores pudimos escuchar de otros supervivientes: “¿Por qué lo hicieron?”. Y fue idéntica la respuesta: “No sé por que lo hicieron”. Finalizó su intervención con una recomendación a todos los presentes, en especial a los más jóvenes: “Cuando abran la puerta, que entre Amor, que entre el Amor de Dios. El diablo no está muerto, está adormecido. Lo que le pasó al pueblo judío le está pasando a otros pueblos ahora, y les va a pasar en el futuro a muchos más. Les pido que no olviden, recuerden, pero no odien. Y que Dios los bendiga”.


El acto estuvo guiado por dos alumnos de Majadahonda, quienes en su introducción aconsejaron no aplaudir durante el transcurso del mismo. Tras dar paso a la proyección del video “La noche de los Cristales Rotos”, en recuerdo de los 80 años transcurridos desde aquella trágica noche del 9 al 10 de noviembre de 1938
en Alemania, se procedió al encendido de seis velas. Algunos de los invitados al acto en compañía de alumnos de los tres colegios presentes fueron los encargados de su encendido. Velas que representaban el recuerdo, el testimonio de los supervivientes, las víctimas, a los que ayudaron, el rechazo al odio y al estado de Israel.

A continuación se guardó un minuto de silencio y comenzaron las intervenciones, empezando por la de Samuel Bengio, presidente de la Asociación de Amigos de Yad Vashem en España, quien dijo: “estamos condenados a vivir de la memoria de Auschwitz“. Y añadió: “Los supervivientes son nuestros héroes y los justos que nos ayudaron como nuestros modelos”. Una interpretación musical al piano por Luis Ricoy, director de la escuela de música de Majadahonda, junto a la voz de Nora Usterman, dieron paso a la siguiente intervención de Esther Bendahan, escritora y directora cultural del Centro Sefarad Israel de Madrid, que con unas breves palabras alentó a los jóvenes a trasmitir el recuerdo del holocausto para evitar que se pierda en el olvido. Y finalizó mencionando el centenario de Primo Levi, leyendo una de sus poesías.

Otra de las intervenciones fue a cargo del portavoz de la embajada de Israel en España, Yoav Katz, quien recordó: “en poco tiempo ya no quedara ningún superviviente contando su propia historia”, motivo por el cual agradeció la realización del acto. Para finalizar aconsejó la visita a la exposición de Aushwitz en Madrid, que en breve cerrará sus puertas, y a la cual los alumnos del IES José Saramago asistieron a finales del pasado año, siendo muestra de ello las fotografías de Julia Marugán que acompañamos. Cerró el acto el alcalde Narciso de Foxá, quien dirigiéndose a los alumnos les dijo: “no dejéis caer en el olvido, un pasado que como alguien ha escrito, no puede pasar”. Y añadió: “Debemos mantener siempre viva la llama de nuestra memoria y dignificar con rigor, con nobleza y con respeto el recuerdo que dedicamos a las víctimas de aquella horrible y criminal tragedia”. Presentes en el acto estuvieron representantes de todos los partidos del consistorio municipal, directores y profesores de los centros escolares así como Pilar Barroso, directora del Colegio Caude, Mari Cruz Márquez en representación de la Asociación Amazonia Requena y Sol Andrada-Vanderwilde Sanz-Briz, nieta de Ángel Sanz Briz, el “Ángel de Budapest”, quien salvó a 5.200 judíos, ambas encargadas del encendido de dos de las velas.

El testimonio (Jacobo Drachman): “Yo vivía en una casa con mis padres y tenía 4 años cuando bajeé al patio donde había unos chicos peleándose y uno de ellos, polaco, se dio la vuelta y me llamó judío sarnoso, Me dio una patada y me tiró al suelo. Yo tendí la mano, pero nadie me ayudó. No lloré nunca más y el Libro que escribí se llama Lágrimas Secas”. “Un día”, ha proseguido, “dos alemanes inmensos entraron en casa y nos dieron tres minutos para juntar lo que pudiéramos y bajar. Nos llevaron a una plaza y nos dieron un número para una casa nueva en el gueto. Allí empezó el martirio. Pasaron días hasta que pudimos comer. Pasamos mucho frío y mucha hambre”.

Majadahonda Magazin