J. FEDERICO MTNEZ. «El estadio del Cerro del Espino es maldito para el Málaga (ya sea masculino o femenino). Allí casi se nos van las opciones de ascenso en la 98-99 con un 5-3 y la auto-expulsión de Catanha sin venir a cuento y luego los partidos que se perdió. Quién le iba a decir al Málaga hace 9 meses que la próxima temporada volvería a jugar en el Cerro del Espino de Majadahonda. Ese campo en el que en la gloriosa campaña 98-99 encajó una manita contra el Atleti B con dobletes de Baraja y Tevenet que puso en peligro el ascenso…». Las redes sociales malagueñas (@FranciscoAAlba @_Vamosmalagacf_) recuerdan, y no precisamente con alegría, la ultima vez que el Málaga pisó el cerró del Espino de Majadahonda. Y la prensa también lo recoge: «No será la primera vez que el Málaga juegue en el Cerro del Espino, pues el conjunto blanquiazul se midió hace 20 años al filial del Atlético en esas instalaciones. Fue en la temporada 1998/99, la del mítico ascenso a Primera. El equipo dirigido por Joaquín Peiró llegaba como líder y tras 17 partidos sin perder, y el Atlético B dio un serio correctivo a los malaguistas (5-3). Sirvió como toque de atención, pero aquel Málaga se sobrepuso y acabó ascendiendo a la máxima categoría. La mítica alineación de aquel duelo fue la siguiente: Rafa; Bravo, Dorado, Roteta; Ruano, Quino, Movilla, Sandro (Guede, m. 66); Edgar (Valcarce, m. 66) y Catanha». El Movilla malagueño es el mismo que 20 años después fue director deportivo del Rayo Majadahonda, aunque tuviera que salir del club por un enfrentamiento con Iriondo, que pidió su cabeza tras un turbio asunto relacionado con la contratación de un posible sustituto para jugar esta temporada en Segunda A. José María Movilla dudaba de la capacidad de Iriondo para desempeñar su labor en el fútbol profesional y éste le acusaba de ser un «trepa» que quería quitarle el puesto con «argucias» que ya usaba en su etapa del At. Madrid.


Movilla en la temporada 1998-99 con el Málaga

«No le pido más al Atleti, considero que ya juegan bien al fútbol«, ha declarado Movilla en la víspera del partido al diario «Marca». El hoy director deportivo en paro también fue despedido del Salamanca, en una trayectoria que empieza a parecerse a la que tuvo como jugador, donde salió de numerosos clubes casi siempre con denuncias y tribunales de por medio. Sobre el Rayo Majadahonda, sin embargo, solo tiene palabras de cortesía hacia la entidad pero ni una sola referencia a Iriondo, con el que mantuvo ese grueso enfrentamiento. Su despido de Majadahonda, de hecho, se precipitó al filtrarse en un medio donde colaboraba su jefa de prensa que le estaba buscando sustituto en Italia: «Cuando terminas la carrera estás desubicado y vi que esto me atraía. Tuve la suerte de estar en un equipo como el Rayo Majadahonda y ascender, así observé el fútbol desde otro punto de vista que es muy bonito».

Movilla e Iriondo: una relación tumultuosa

Y sobre su etapa colchonera añade: «Yo tuve una situación parecida a la de Isco en el Atlético de Madrid, salvando las distancias. Al final el entrenador, que también se juega su puesto, sabe lo que tiene que hacer. Con mi entrenador en el Atlético de Madrid ya no tenía feeling y tuve que abandonar el club rumbo a Zaragoza«. Este domingo verá el Rayo Majadahonda-Málaga por televisión y recordará aquel día en que era el «hombre fuerte» del club, labor que ahora desempeña Antonio Vilches. En su despecho tras salir por la puerta de atrás de la entidad majariega, que tuvo que indemnizarle hasta el último euro, reveló incluso que había sido él quien frustró el fichaje del ex portero Víctor Valdés como entrenador del juvenil majariego. A Iriondo esta zancadilla le sentó muy mal, aunque nunca se han contado las interioridades de lo que ocurrió para que Valdés terminara en el Moratalaz. Y es que las «venganzas» de Movilla, que era muy apoyado por la afición del Cerro, son muy temidas por Iriondo. Esta misma temporada, gracias a sus buenas relaciones con el club malacitano, Movilla «sonó» como director deportivo del equipo andaluz antes del fichaje de Caminero. Y al Rayo Majadahonda lo conoce como la palma de su mano ya que, como él mismo recuerda ahora, fue quien lo ascendió.

Por ultimo otro jugador ex atlético y ex Rayo Majadahonda que también salió «tarifando» con el entrenador del Rayo Majadahonda y sigue siendo noticia: Nicolas Schiappacasse, «el chico de 326 goles y ni siquiera un par de zapatos», titula la web italiana Calcionews24. Allí @DanieleGalosso cuenta una curiosa historia sobre el futbolista: «Hay un denominador común que acompaña a todos los nudos de su vida, y en consecuencia a la carrera de Nicolas Schiappacasse. Un rasgo distintivo que, inevitablemente, se refiere a los orígenes humildes de un niño nacido en los suburbios de Montevideo un día a mediados de enero de 1999. Porque cada vez que su talento le permite abrir una nueva puerta recuerda aquella jornada en que estaba persiguiendo un balón descalzo en su Uruguay, antes de volar a Europa: ahora del Atlético de Madrid al Parma, nuevo capítulo de su increíble novela.

«Nicolas Schiappacasse, «el talento de Montevideo sin zapatos», podría titularse. La primera vez sucedió cuando era un niño prodigio del Cordón de Montevideo, un pequeño vecindario donde jóvenes y viejos jugaban juntos porque no había suficientes miembros para establecer más equipos. Un amigo de su padre lo vio en el trabajo mientras, con sus amigos, le daba a una bola arrugada en el asfalto de la carretera. Y él jugaba literalmente sin zapatos y con los pies inevitablemente sangrando. «El Universal» lo descubrió y el resto es un historial de éxitos: 326 goles en la cantera entre 2004 y 2010. El año de la segunda temporada fue fundamental, pero siempre sin zapatos: esta vez, quien se enamoró de él fue un periodista, Alejandro Sanmartín, durante un torneo de fútbol playa en la arena. Informó al River Plate de Montevideo e inmediatamente lo fichó para su reconocido equipo juvenil uruguayo.

«Nicolas Schiappacasse, desde los goles al Sudamericano Sub20 hasta Parma»: el trampolín para Schiappacasse hacia la inevitable experiencia europea era inevitable porque el Atlético de Madrid ya lo había captado a los 14 años, aunque aterrizó en la capital española solo dos temporadas más tarde, para no transgredir las leyes que regulan el mercado de transferencias juveniles. Allí es asignado de inmediato al segundo equipo de los colchoneros, después en préstamo al Rayo Majadahonda y ahora al acuerdo con el Parma para una nueva experiencia en Italia, Donde quizás, tal vez definitivamente, florecerá su talento, como ya sucedió en casa con la camisola celeste: tres goles en el Sub 20 de Sudamérica de 2017, cuatro en el que acaba de terminar como gran protagonista en Chile. Con un par de zapatos en los pies hubiera sido aún más fácil».

Majadahonda Magazin