mascarillaJULIA BACHILLER. La noticia del reciente hallazgo de mascarillas y gafas sanitarias en las instalaciones de la empresa de Majadahonda, Mudanzas Agustín (cuya imagen muestra la fotografía), que tanta expectación generó, ha motivado que una persona, familiar muy cercano al fallecido propietario de dicha mercancía, Pedro Tesoro, se pusiese en contacto con este medio de comunicación. Quería efectuar una declaración para clarificar el origen y procedencia de este material sanitario, así como para desvelar la personalidad del propietario fallecido y depositario de este hallazgo. Su petición de permanecer en el anonimato es algo que respetamos y respetaremos siempre. Y es que el empresario Pedro Miguel Tesoro, responsable de la mercancía en su origen, falleció el 27 de noviembre de 2019 de un infarto tras apagar el incendio de un hostal de su propiedad en Ibiza. Esta fuente, que evidentemente por su cercanía lo conoce bien, así como todos los pormenores del caso, lo define físicamente como «un hombre corpulento que destacaba por su altura», y en lo personal también destaca sus grandes cualidades: “era una persona con un corazón enorme, generoso, simpático, y con sus defectos, como todo ser humano. Privilegiado en el cálculo matemático, reservado para sus cosas personales. Y seguidor del Atlético de Madrid”. De familia de empresarios, cuya fábrica estaba en Almería, con distribución en Madrid, eran poseedores de varias naves en el polígono industrial de Villaviciosa de Odón, una de las cuales era del propio Pedro Tesoro. Esta nave se estaba usando como almacén, «hasta que hubo un problema familiar y Pedro reclamó su nave para usarla, venderla, o alquilarla y así tener una entrada de dinero, ya que en esos momentos le era necesario».


Pedro Tesoro falleció en Ibiza cuando apagaba el incendio de su hotel: salvó a 20 personas.

La nave le fue devuelta al empresario en una situación ruinosa, motivo por el cual «se vio obligado a venderla por la mitad de su precio» debido a la situación económica en la que se encontraba. En el interior, «lleno de basura», se encontraban las famosas mascarillas y las gafas de protección. Ambas «no son más que desechos, las mascarillas y las gafas, y estas últimas tienen ralladuras en las lentes, la dispersión óptica no es correcta, son dañinas incluso. Y las mascarillas en aquel entonces, te hablo del año 2017, estaban caducadas”, comenta esta fuente, muy buena conocedora de todo aquel material por haber sido testigo de su entrega a Mudanzas Agustín. “Sobre estas mascarillas decir que Pedro Tesoro no sabía qué hacer con ellas, no se podían vender por estar caducadas y las gafas por estar dañadas. Las trasladó a la nave de Mudanzas Agustín en Villanueva del Pardillo pensando que en un futuro se pudiese hacer algo con ellas, incluso recuperarlas porque las mascarillas llevan un filtro que se basa en carbón activo. Es decir, cambiar este componente para poder reutilizarlas legalmente, porque utilizarlas se pueden utilizar, que sea legal no, y efectivas tampoco estoy muy seguro”.

El hotel de Pedro Tesoro

Pedro Tesoro recurrió a un ex trabajador para llevar a cabo el vaciado de la nave de Villaviciosa de Odón («el del famoso BMW azul»), ya que él se encontraba en Ibiza en su hotel de reciente creación y que estaba levantando. A cambio de una compensación económica, le solicitó que buscase ayuda y desalojase la nave. Ante los problemas familiares y económicos de diversa índole, Pedro Tesoro trasladó su residencia a Ibiza. Se alojaba en la última planta de su hostal, lugar donde convivía con la persona que regentaba el bar de dicho hostal. Hasta el fatídico día de ese 27 de noviembre, hace tan solo 4 meses, en que se declaró un pavoroso incendio en el establecimiento hostelero y Pedro Tesoro bajó por todas las plantas para intentar extinguirlo. Al verse incapacitado para hacerlo, dada su voluminosidad, regresa al cuarto piso y comienza a desalojar una por una todas las restantes plantas del inmueble. Otro incendio acaecido en su casa familiar cuando era pequeño le trajo los peores recuerdos y por eso actuó con rapidez y diligencia. Y para cerciorarse de que no quedaba nadie en el interior, volvió a subir y revisó piso a piso hasta asegurarse que no había quedado nadie dentro. El humo se intensificó y su ya debilitada forma física a causa de la humareda, el estrés de la situación y su envergadura, ya que como al principio mencionábamos destacaba por su altura, lo que le confería ser una persona de gran tamaño y peso, hicieron que cuando llegó a la calle se desplomase sobre el coche que estaba aparcado en frente de la puerta del hostal. Murió por salvar a más de 20 personas.


Las consecuencias del incendio

Esta fuente quiso finalizar sus declaraciones asegurando que «lo que se ha contado de las mascarillas no es verdad, el único héroe es Pedro Miguel Tesoro, que dio su vida por los demás, y nadie se lo ha reconocido. Era parte activa de Vox en Ibiza, y las promesas de reconocer su gesto con una medalla al mérito civil por parte del Ayuntamiento de Ibiza o el Consell de Baleares, se olvidaron con el tiempo”. Es por ello que también esta persona alerta: “La gente (policías, sanitarios, comercios…) puede creer que están protegidos por dichas mascarillas o gafas cuando en realidad no lo están porque han caducado. Pedro no las dejó como parte de pago, las mascarillas se dejaron en depósito. Y pasado el tiempo, caducaron”, en alusión a la partida «de aproximadamente 20.000 mascarillas y 20.000 gafas de protección» almacenadas y en cuyos envases pone la fecha «2001», según se aprecia en la fotografía que ilustra este artículo, aunque no se especifica si es el año de fabricación o de caducidad, algo que nuestra fuente tiene claro: «la inmensa mayoría están caducadas».

Mascarilla similar al de la partida de Pedro Tesoro

AMPLIACIÓN (ULTIMA HORA): Sobre la fecha «2001» que aparece en las mascarillas, la fuente informadora de este artículo quiere hacer una aclaración: «La fecha 2001 es la de aplicación de la normativa europea EN-166 y quiere decir que se traspuso en el año 2001. En las mascarillas viene la fecha de fabricación y normalmente la caducidad es de dos años. Con respecto a las gafas, la caducidad es mayor, lo que ocurre es que en esta partida la mayoría estaban rayadas. La retirada de las mascarillas o el no uso es importante porque no son como los yogures, que sólo sugieren una fecha de consumo, sino que al proteger las vías respiratorias, si estas quedan dañadas, al igual que los ojos, el deterioro que ocasionan es irreversible y obliga a la intervención médica. Las mascarillas 3M™️ Serie 8000 tienen una caducidad de 5 años. La fecha de caducidad está marcada en la caja del producto y señala bien claro que «antes del uso, compruebe que el producto está dentro de su periodo de uso». Estas mascarillas de 3M son un modelo equivalente: pinchar aquí. «En un caso pone 5 años en otro 3 años. Siempre desde la fecha de fabricación. De cualquier forma, si no estaban caducadas, ¿por qué teniendo los contactos y estando en necesidad de dinero, no las vendió Pedro Tesoro en aquel momento? Sencillamente porque era un hombre honrado y porque haberlo hecho era, y es, ilegal», concluye la fuente.

Pedro Tesoro

El «Balearic» recordará siempre a Pedro Tesoro

El incendio se originó en la cocina del hotel

Majadahonda Magazin