El Rayo Majadahonda consigue a base de sudor, lágrimas y hierro una victoria en Badajoz que hace leyenda e historia

FEDERICO MTNEZ. Si el 27 de mayo de 2018 se celebró el ascenso del Rayo Majadahonda a Segunda A con aquel gol en el minuto 97 contra el Cartagena a saque de banda de Juan Cruz con gol en propia meta de Michel Zabaco, este sábado 28 de mayo de 2022, con el cuarto aniversario de ese día histórico, el Rayo Majadahonda vuelve a hacer leyenda y con un gol en el minuto 95, último del descuento, un típico saque de banda largo de Casado se convierte en asistencia a Héctor, que en carrera lanza un cabezazo en vaselina que entra como un caramelo en la meta del Badajoz. Así fue como el Rayo Majadahonda se clasificó, contra pronóstico y tras un partido asfixiante por el calor que impidió su brillantez, en una jornada que hizo llorar a entrenador, jugadores y aficionados. Los que no crean en los milagros ya tienen una oportunidad más para hacer apostolado. Los que no les guste el fútbol ya tienen un argumento menos para no acudir la próxima semana a Galicia. Y los que tuvieron fe para hacerse 800 km de ida y vuelta con 30 grados a la sombra tuvieron recompensa.


J. Federico Mtnez

El partido fue tremendo, porque el Rayo Majadahonda se abonó a la peor de sus costumbres y tiró el primer tiempo dejándole el balón a un Badajoz que, sin ilusión, sin cobrar y sin nada en juego salvo su acceso a la Copa del Rey, demostraba mayor garra y ganas de victoria y disputa. Así llegó su primer tanto, tras media docena de corners que avisaban de lo que podía venirse encima. Pero llegó el «tiempo muerto» de los 30 minutos y el desahogo supo aprovecharlo: una endiablada jugada de Nando con previa y aguerrida recuperación de Juanjo, mete el balón en el área y cuando parecía que se perdía por la línea de cal, aparece Héctor como un rayo, golpea con pericia y el balón pega en el poste y se mete dentro. Así se fue el partido al descanso con un empate milagroso que no hacía justicia a lo visto en el terreno de juego pero sí acreditaba que el entrenador Abel Gómez arrastra un pasado de suerte con 5 ascensos.


La fe mueve montañas y estos aficionados rayistas las movieron

Llegó la segunda mitad y lo que parecía que iba a ser un revulsivo se convirtió en más de lo mismo. El CD Badajoz seguía picando piedra y demostraba su profesionalidad en las disputas, perdiendo incluso un tiempo que los rayistas necesitaban como el oxígeno que tanto les faltaba. Llegaron las oportunidades por uno y otro bando, más por los extremeños que por los majariegos, pero el balón se resistía a vencer a la emoción en la que los aficionados, sobre todo rayistas, veían deambularlo de un lado a otro. No tuvo suerte Abel Gómez con los cambios, primero sustituyó a los delanteros, tuvo que rectificar incluso la posición de Manny, que desaprovechaba los tímidos ataques visitantes, luego introdujo más novedades pero nada funcionaba. Hasta que fueron dos «clásicos» los que sacaron las castañas del fuego: primero Casado, que quiere hacer leyenda en este club, y luego Héctor, que acaricia ser el pichichi en la categoría para no tener que fichar por otro club de Segunda A porque sea el Rayo quien lo consiga. Y llegó, además previo saque de banda, para resucitar a los milagros que ya se vivieron ante el Cartagena hacia 4 años. Y así las cosas, el Rayo Majadahonda obtiene una semana más de competición ante el temible Albacete, ya que obtiene al final la 4ª plaza, lo que le convierte en un partido aparentemente abierto. Pero con una diferencia: el Rayo Majadahonda ahora está «enchufado», lleva 4 victorias seguidas y está a solo 2 de alcanzar esa medalla de oro que sabe a la plata de una división profesional. ¡Enhorabuena rayistas!

Majadahonda Magazin