J. Mª BABOT VIZCAINO. Están sucediendo robos en las calles de Majadahonda en los que una mujer joven, alta, morena y muy pintada, creo incluso que excesivamente pintada, hablando muy bien español pero con acento extranjero, como si fuese eslava o árabe, vestida normal, se acerca simulando conocerte y habla de ir a pasear a una anciana que va en silla de rueda, etc, etc… Es decir, mientras se gana tu confianza te coge del brazo y acerca sus manos a la muñeca, si es que llevas un reloj de gama alta o con que solo sea de oro. Y te lo quita sin darte cuenta. Lo cuento porque me acaba de pasar a mí. Mientras, en la calzada, un tipo en coche, que te ha preguntado con anterioridad por Correos en español con acento extranjero, da marcha atrás y espera a que la ladrona salga del «evento». La monta en el coche y salen echando chispas… y si te vi no me acuerdo. Ojo a estos ladrones que se han despistado y vienen a los pueblos.


Por otra parte, dice un refrán español, muy español: «cuando la burra no quiere beber, ya puedes silbar…«. Este refrán viene al caso de las enredaderas que los propietarios de un piso o terreno, aquí en Majadahonda, poseen en la parte del Cerro del Espino, bajando hacia el Carralero, en las calles Julio Romero de Torres y Avda. de las Moreras. Ya el paso a los peatones se está haciendo más que imposible, a no ser que a uno le encante que los arbustos que crecen, las yedras u otras yerbas que sobresalen de las vallas de las urbanizaciones, le den a uno en la cara o en los ojos.

Entonces, si a alguien le encanta, pues nada, pero a los demás, a los que nos revienta tener que salir a la calzada para pasar, o agacharte para pasar, nos revienta, sabiendo además que no cuesta nada el recorte de ambas cosas. Ya se que el alcalde Narciso de Foxá no debe estar para estos pequeños menesteres, pero eso de no hacer nada al respecto, como la burra que no quiere beber… Él no quiere meterse en cosas que no le deben dar votos para ser alcalde, aunque haya anunciado su retirada y el entuerto lo herede su sucesor. No es necesario que el de la vara de alcalde vaya a recortar esas ramas, no, pero una simple carta, con seguimiento de ella, sí que podría alertar para que los viandantes con más dificultades por cuestión de edad podamos pasar, solamente pasar. No vamos a hacer el botellón, no. Y si se recortan dichas anomalías será de agradecer. Muchas gracias por anticipado, Sr. alcalde.

Majadahonda Magazin