AGAR BLASCO PERUJO. En el séptimo aniversario de su fallecimiento el 15 de marzo de 2013 en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid) a los 85 años de edad, he escrito un pequeño texto sobre mi padre, el artista de Majadahonda, Arcadio Blasco Pastor (1928-2013). Nació en Mutxamel, pueblo de Alicante. Mis padres, Arcadio y Carmen Perujo, compraron la edificación que hay en el Cerro de la Mina alrededor de 1965. Era entonces una granja de gallinas en desuso. En aquella época Majadahonda estaba mucho más lejos de Madrid que ahora. Recuerdo, de muy pequeña, que estaba todo el suelo y los resquicios de puertas y ventanas llenas de pequeñas plumas. Ellos la acondicionaron para convertirlo en un taller de cerámica. Ellos crearon sus modelos inspirándose en la cerámica ibérica prerromana. Estuvo muchos años produciendo la Cerámica de Majadahonda, que era como se llamaba. Vendimos mucho a Artespaña. Todavía hoy algunos Paradores de Turismo conservan nuestras lámparas cerámicas, fuentes y vasijas para adornar.
Mis padres también tenían en el taller sus estudios de artistas, puesto que los dos eran pintores y escultores además de ceramistas. Cuando sus hijos fuimos adultos, Isidro Blasco y yo, también tuvimos ahí nuestros estudios de artistas. Yo todavía lo conservo. Ahí es donde he preparado las obras que participan ahora en la exposición del Museo de la Universidad de Alicante. En el taller había tres decoradoras y un tornero. Toda la familia trabajábamos cuando era necesario ayudar. De aquí salieron las obras escultóricas de Arcadio que participaron en la Bienal de Venecia 1970. Pabellón de España. El taller mantuvo la producción hasta 1989, fecha en la que mi padre se trasladó a vivir a Alicante, su tierra natal. Y continuó allí su trabajo artístico. Sin embargo, pasó en sus últimos meses de vida, al cuidado de los hijos.
Queda la obra de los artistas.
Hace muchos años tuve la suerte de conocer a Yago Blasco Perujo. Nos invitó a conocer la fábrica de ceramica en Majadahonda. Un sitio entrañable. Adquirí dos piezas (un toro, y una vasija que regalo a mi madre). Desde entonces las guardo y disfruto a diario. Mi madre también lo hizo hasta que falleció.
Un cálido abrazo a él y su familia.
Para Majadahonda es un orgullo haber contado como vecino con un artista de la talla de Arcadio Blasco. En algún momento habrá que pensar en dedicarle una calle con su nombre, por ejemplo cuando se ponga en marcha el desarrollo conocido como «Arco de Poniente» que por cierto actuará precisamente sobre la zona donde tenía su vivienda y su taller de cerámica. !!Ahi lo dejo.!!
Pues yo llevo 45 años en Majadahonda y mi padre Geruncio que se lo sabía TODO,nunca jamás pronuncio su nombre. Y le gustaba la cerámica. Procedíamos de Toledo y Talavera de la Reina.
Me suena a exagerada la noticia.
doña Teresa : el que vd conozca sólo una parte de la realidad y desconozca el taller de unos artistas tan importantes como Arcadio Blasco , y de su esposa Carmen Perujo,no justifica que diga que la «noticia sea exagerada». Marisa