Eduardo González Gómez: tercer aniversario en Majadahonda

JOSÉ Mª ROJAS CABAÑEROS. Retomo de nuevo mi colaboración con Majadahonda Magazin en una segunda etapa que llevará el título de “Reflexiones desde Majadahonda” y con periodicidad más espaciada que la anterior. Para este primer artículo he elegido un tema íntimo, pues este 18 de septiembre de 2020 es el tercer aniversario del fallecimiento de una persona excepcional: Eduardo González Gómez. Nos marcó a todos los que le conocimos, al ser la viva imagen de la ejemplaridad ciudadana. Cuando escribí el artículo anunciando el homenaje “In Memoriam” que el 25 de mayo de 2018 se le hizo en el Salón de Actos de la Casa de la Cultura “Carmen Conde” de Majadahonda, terminaba con este párrafo que cada vez cobra mayor sentido: “Decía Saúl Bellow que el valor de una vida humana no se mide por los triunfos alcanzados, ni por el poder conseguido, ni por las riquezas acumuladas, sino por la dignidad de cómo se ha vivido. Y tal vez sea esa dignidad de no venderse, ese aceptar las propias contradicciones y esa defensa a ultranza de los principios éticos, lo que dota de ejemplaridad a la vida de Eduardo González Gómez, pues para muchos de nosotros Eduardo constituye la materialización del ideal de ciudadanía, un ciudadano ejemplar”. Hoy, tres años después, presento este poema en su memoria:


Jose Mª Rojas

Eduardo

NOS conocimos en aquel febrero /

áspero y seco, como el cielo frío /

que cubría los campos de la infancia /

convirtiendo luego el mosto en buen vino; /

cada uno con sus historias pausadas, /

propias, y que nos hacían distintos. /

Recuerdo tu mirada limpia y recta, /

esa lealtad sin nunca ser altivo, /

tu carácter y amor por la familia, /

el trabajo constante y de continuo, /

la atención sincera por el que sufre /

y la voluntad de ser un amigo; /

todo lo que constituye la arcilla /

en que se esculpe y fragua un hombre digno. /

Te fuiste en septiembre, antes de vendimia, /

al final de aquel verano maldito, /

en el que ninguno entendía nada /

y tantos buscamos seguir contigo. /

No estabas al iniciar la semana /

y tu voz fue pétalo de rocío /

que continuamos anhelando yermos /

mucho tiempo tras haberte perdido. /

El silencio se adueñó de los días /

y tu sombra diluyó los sentidos, /

haciendo que cada nuevo ideal sólo /

fuera una leve traza en tu camino. /

Aunque quedará tu ejemplo de vida, /

siempre nos encontraremos heridos, /

pues como podría soñar el poeta: /

desde entonces ya no somos los mismos. /

 

Majadahonda Magazin