J. FEDERICO M./J. BACHILLER. A 4 días de las campanadas de final de año 2018 en el viejo reloj de la Plaza de los Jardinillos que, paradójicamente, se quedó varado en el tiempo, el último pleno del año en el Ayuntamiento de Majadahonda adelantó la fiesta de Nochevieja. Y es que este 27 de diciembre tuvo lugar un pleno muy «sonado» por varios motivos. El concejal y ex portavoz socialista, Zacarías Martínez-Maíllo, se despidió del consistorio tras presentar su dimisión con un emotivo discurso que arrancó unos largos aplausos del numeroso público asistente y de los demás concejales. A continuación se fundió en un abrazo con su sustituto, Luis Ventura, y se marchó del salón en un acto que suscitó incluso lágrimas en la centrista Mercedes Pedreira tras reivindicar su salida «por dignidad», también en la política. Otro inesperado protagonista fue el grupo Vox Majadahonda, que participó en el turno de «ruegos y preguntas» y suscitó cierta marejada en las habitualmente calmadas aguas del pacto subterráneo entre Gobierno y Oposición. Su líder, José Rodríguez, junto con los afiliados Isaac Reviriego y Oscar Velázquez, acompañados por media docena más de miembros del partido, formularon varias preguntas que provocaron ese pequeño seísmo al proponer que las subvenciones del Ayuntamiento a los 6 grupos municipales se destinaran «al fomento del empleo de jóvenes y mayores de 50 años». Según respondió el alcalde, ese dinero asciende a 77.000 euros anuales (308.000 € en la legislatura) aunque Vox estima que, a falta de los datos oficiales que nunca se hacen públicos en los plenos por ningún partido, el gasto político total asciende a 1 millón de euros.


Troitiño (PP) con Escalera (Pammasa), que aprobó sus cuentas, y Zacarías (PSOE)

La anécdota sucedió cuando la concejala Irene Salcedo de Somos, grupo aliado con Podemos, salió por dos veces en auxilio del PP «soplándole» las palabras de respuesta al alcalde Narciso de Foxá: «¡Eso está en el portal de transparencia!», le gritaba desde su escaño para que le respondiera a los vecinos del grupo verde que preguntaban por las cuantías. Sin embargo, la información en la web es difícil de encontrar o no aparece. Y hubo más: Vox preguntó por las «contraprestaciones» obtenidas por Ciudadanos Majadahonda (Cs) «para no aplicar las líneas rojas de su programa y permitir que siga siendo alcalde» Narciso de Foxá, ya que tanto él como el concejal Manuel Troitiño «están siendo investigados» en sendas causas judiciales y la «doctrina» naranja es reclamar las dimisiones de cualquier político imputado. Foxá respondió que «en este caso no ha habido corrupción política, yo estoy investigado por no cerrar el hospital de Puerta de Hierro». Y Troitiño precisó que «yo no estoy investigado, consecuentemente no estoy procesado», aunque luego matizó al término del pleno a preguntas de MJD Magazin que en realidad había sido «desimputado» en la causa de Mercamadrid. No obstante el representante de Vox dijo que su grupo nunca pediría dimisiones hasta que las imputaciones terminasen en una sentencia judicial porque «creemos en la presunción de inocencia a rajatabla».

Narciso de Foxá y Ricardo Riquelme (PP)

En otro curioso cambio de papeles como el de Irene Salcedo, el propio Foxá se enfundó un «parapeto» naranja y respondió por Cs sobre esas «contraprestaciones»: «no hace falta que conteste nadie de Ciudadanos porque no se ha incumplido ningún pacto». El alcalde recalcó que los 20 puntos del acuerdo de Gobierno entre PP y Cs en Majadahonda aludían a la dimisión en caso de «corrupción política» y no administrativa. Sobre este mismo asunto, José Rodríguez (Vox) también se enfrascó en otro debate con el alcalde al señalar que «entiendo que en este ayuntamiento de Majadahonda el PP tenga problemas con la justicia, pues eso lo entendemos todos», aludiendo a los casos de los ex alcaldes «Willy» Ortega y Romero de Tejada, a lo que Foxá también replicó: «yo llevo 14 años de alcalde y no ha habido ni un solo caso de corrupción».


Los concejales de Cs se mostraron a favor de impedir hablar a los vecinos de Vox

Otra controversia afloró al sugerir un vecino «si tiene sentido que partidos políticos que no tienen representación en la corporación hagan preguntas como partido político y no como vecinos, no debiendo tratarse en ningún caso», en alusión a las 3 preguntas de los representantes de Vox Majadahonda. La intervención fue aplaudida y jaleada por los concejales de Ciudadanos (Cs), algo que interrumpió el alcalde: «no, no, no, esto no es una broma, esto de aplaudir supone ir por un camino que…». Y explicó que cualquier vecino «por el hecho de estar aquí sentado, tiene derecho a preguntar lo que quiera y yo tengo también derecho a afearle esa conducta como partido».

Patricio Mackey, Zacarías Maíllo y Sonia Ortiga (Somos)

Curiosamente a continuación tomó la palabra Carlos Bonet, líder de otro nuevo partido como es Vecinos por Majadahonda (VpMJ), que preguntó por los casos de chabolismo y marginación social que habían denunciado varios residentes, a lo que el concejal Riquelme respondió que se había abierto expediente «en dos o tres casos de infravivienda» aunque «los tiempos administrativos tienen los tiempos que tienen», dando a entender que se tardaría en actuar. Por ultimo, otro vecino se interesó por el cambio de campo del Club de Rugby Majadahonda tanto para los partidos como en los entrenamientos, a lo que el concejal Elvira respondió que ese traslado se iba a producir a consecuencia de las obras en el actual campo del Valle del Arcipreste. Las explicaciones del concejal suscitaron las ostentosas risas de miembros del club que se encontraban entre el público, que mostraron con estas sonoras carcajadas sus signos de desaprobación. [Habrá ampliación].

Majadahonda Magazin