GREGORIO M. CALLEJO. Quizás estemos todos resignados a un verano en el que una vez tras otra tengamos que escuchar “Despacito” o “Súbeme la radio” mientras tomamos algo en un chiringuito o hacemos cola en un parque acuático, pero caben soluciones alternativas. El verano es un buen momento para descorchar la botella de los otros sonidos, de las otras músicas, de otros grupos que desde luego no sonarán en Cadena 100  o en los 40. Se trata sólo de una propuesta, lo bueno que tiene la música es que la puedes dejar de oír si te aburre y … a otra cosa. Incluso a volver ,si uno quiere, a subir la radio con Enrique Iglesias. Me permito recomendar cinco trabajos de esta última década, y lo hago sin otra pretensión más que puedan ser del interés de algún lector. Buen verano, buena música y por favor… no me subáis la radio:


Lanterns on the Lake: Until the colours runs (2013). Son de Newcastle. Un poco de folk, melodías encantadoras y la voz a veces dulce a veces desgarrada de Hazel Wide componen el cóctel. Hablamos de una banda con excelentes críticas en el Reino Unido, donde se les considera uno de los proyectos más valiosos de la década. Si bien tienen un disco más reciente (del 2015, Beings), os recomiendo Untill de Colours Run, un disco ideal para apurar una cerveza en una noche fresca de agosto. Another English tale y Untill the colurs… son dos pequeñas joyas del pop de los últimos años. De verdad, son una delicia.

Aerofall: Seasons (2011). Desde Rusia con dolor. Aerofall es una banda de Rostov que se enmarca en el auge del movimiento indie en los países del este de Europa.  Seasons es un pildorazo de media hora larga de rock sucio recubierto de un barniz shoegaze y de vez en cuando desliza melodías pegadizas;  y todo aderezado por la sugerente voz de Yana Kosmenko. Me gusta más este primer trabajo que el más moderno “Aerofall” que a mi modo de ver es demasiado duro. Seasons es simplemente una sesión de cuarenta minutos de puro rock, fresco, potente y delicioso. Aviso: te prohibirán terminantemente ponerlo en la piscina.

Fazerdaza: Morningside (2017). Precioso disco que nos llega todavía desde más lejos, desde Auckland, en Nueva Zelanda. Una perfecta mezcla de color y alegría con intimismo. Un dream pop original, con cosas de post punk (recuerdan a veces con su una cierta monotonía en el ritmo a los Beach Fossils) y con la bonita voz de Amelia Murray. Jennifer y Lucky Girl son dos canciones perfectas para escuchar en tu toalla, moviendo la cabeza mientras pierdes la mirada en olas argentinas y puestas de sol ocres.

Nadadora: Luz, Oscuridad, Luz (2010). Disco de referencia en mi despacho. Hemos estado en Inglaterra, en Rusia, en Nueva Zelanda…así que nos vamos a ir muy cerca. A Pontevedra. Uno de los grupos más serios y prometedores que había en España y que tuvo de disolverse…que pena. Resulta fascinante la excelencia técnica de las guitarras, muy veloces pero llenas de lirismo y virtuosismo. “Sara dice” o “1987” tienen unos finales con un guitarreo explosivo, hermosísimo y profundo. Fuera de ese disco hay un tema que forma parte de mi pequeño tesoro de canciones, “El invierno contigo. Me cuesta escucharla sin que alguna lágrima acabe escapando. Preciosa “Sólo sombra” (con las guitarras entre el noise y el shoegaze arrollador) e inquietante y desasosegante “Una nueva vida”. Un disco español que merece un diez.

Cigarettes after sex: Cigarettes after Sex (2017). Por fin esta banda de Tejas recopila en un solo álbum las canciones que ha venido esparciendo en youtube con un éxito que causa estupefacción. Sólo con el boca a boca han llegado a los diez millones de reproducciones. Cigarettes… hacen canciones de amor desgarradoras, llenas de la melancolía y tristeza propias de tantos artistas tejanos. La andrógina voz de mi tocayo Greg González  le acaba de dar a sus temas un encanto especial de música de club clandestino; canciones intimistas, a veces desoladoras, y siempre de gran hermosura. Os recomiendo “K” y “Dreaming of you”, dos de sus embriagadoras composiciones de bar canalla y besos prohibidos.

Majadahonda Magazin