El ex futbolista del Real Madrid, James Rodríguez (fichado este verano por el Bayern de Munich), y la jugadora colombiana de voley, Daniel Ospina, se separan, pero ella continuará con sus negocios en Majadahonda, concretamente el centro de belleza Santum, situado en el centro comercial La Bolsa de Majadahonda y que puso en marcha la maderoterapia. La noticia la daba la periodista Beatriz Cortázar en ABC y ya MJD Magazin daba cuenta de las informaciones de la prensa rosa que apuntaban a una supuesta infidelidad del futbolista a través de la agencia de contactos londinense Ashley Madison. Daniela Ospina ya había dejado la vida conyugal con James y el voleibol por un “reality show” en su país y ahora el diario madrileño señala que «sólo el entorno muy cercano al matrimonio conocía la realidad de su situación y ahora la duda esté en saber qué hará Ospina: si seguirá con su niña en Madrid, donde estaban perfectamente adaptadas hasta el punto que había montado un negocio con un salón de belleza en la localidad de Majadahonda y se había apuntado a un equipo de voleivol para seguir con su costumbre deportiva, o preferirá regresar a Colombia, donde tiene parte de su familia sin dejar de lado la posibilidad de asentarse en Miami».
«La alternativa de viajar a Alemania para que la niña pueda estar cerca del padre es algo que los amigos de Daniela dudan, ya que ven muy complicado que ella vuelva a empezar de cero en una ciudad diferente sin estar junto a James. Por eso no se descarta que de momento siga en Madrid y pueda organizarse para que la pequeña pase tiempo con los dos como es el deseo de todos. Una de las pocas donde se sinceró y habló desde el corazón fue precisamente con ABC y allí se des descubrió como una esposa y madre muy feliz, pero también una empresaria con ganas de crecer en ese mundo y tener su vida profesional al margen de la carrera de su esposo», cuenta la periodista.
Y concluye: «Discretos en su vida y alejados de las fiestas sociales o las alfombras rojas, el matrimonio era la viva estampa de la familia perfecta y así lo creían en su país natal donde eran muy queridos. No en vano comenzaron su relación cuando tenían apenas 19 y 18 años y siempre estuvieron unidos por su pasión por el deporte y la vida sana. La llegada al mundo de Salomé fue una autentica alegría al tratarse de un hija muy deseada que, por desgracia, no va a ser la primera de una amplia familia. Sin querer acaparar ningún tipo de protagonismo, Daniela aguantó en silencio las críticas que muchos realizaron sobre todo en redes sociales cuando llegó a Madrid con su marido y hubo quien se dedico a cuestionar hasta su físico y de ahí que las entrevistas que ha ofrecido hayan sido contadas».
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