«Acepto que la persona que se decide a escribir, a favor o en contra de algo, ha de aguantar y sufrir las contestaciones de los que ni piensan ni aceptan lo que se escribe. Así son las reglas de juego para quienes quieren ver publicadas sus cartas y yo acepto el reto ¡cómo no! de lo que se me diga»

JOSE MARIA BABOT. (Majadahonda, 22 de octubre de 2025). Nunca me he quejado de si me contestan bien o me contestan mal. No hago caso, o no suelo hacer caso de lo que se me dice, porque comprendo, entiendo, y acepto que la persona que se decide a escribir, a favor o en contra de algo, ha de aguantar y sufrir las contestaciones de los que ni piensan ni aceptan lo que se escribe. Así son las reglas de juego para quienes quieren ver publicadas sus cartas y yo acepto el reto ¡cómo no! de lo que se me diga. Ahora bien, si se dicen con gracia los epítetos, pues mejor que si al leerlos se nota la mala milk (como dicen los ingleses) del que lo escribe. El otro día, a una carta sobre lo que hizo parte del pueblo español en la Vuelta Ciclista a España, una persona, tapado para más señas –y supongo que para que no le señalen con el dedo ni sus amigos ni familiares–, desde mi punto de vista se salió de madre por cómo me calificó, pero no me importó mucho. Dicha sea la verdad, el que tira una piedra y esconde la mano no es hombre ni bien nacido, pero esto, Sr. Tapado, no se lo llamo a Vd. ¡Dios me libre!. No tengo tanta mala milk, como dije antes, para defenderme ni para contraatacar.

A Babot y Estribor, la columna de José María Babot Vizcaíno sobre asuntos de Majadahonda

NO SE LO CREA, DE VERDAD, PERO VIENE AL CASO: la masacre que Rusia hizo hace poco contra Ucrania no movilizó a nadie y ningún español de los que estropearon la Vuelta a España se manifestó ni para bien ni para mal en contra esta tropelía. Según mi criterio, en su pecado llevan su penitencia. Por otra parte, la alcaldesa no tiene en su agenda el recorte de los setos ni dejar a Majadahonda, como mínimo, tal como la encontró. Ni eso. Ahora, paseando por aquí y por allá, nos vamos encontrando con el corte, a mitad o menos, de árboles que supongo que se han cortado por estar secos, podridos, enfermos o lo que sea, y que pasando los días la savia de los mismos hace crecer sus ramas por lo bajo, por lo que en pocos días cubrirán el trozo de tronco y dejarán más que desear a la vista. Es horroroso y muy poco edificante lo que le están diciendo esos árboles cortados a la persona que hace de alcalde. Y referente a la ya mencionada bandera de España sita al final de la calle Dr. Calero, sigue su periplo de suciedad y rotura, lo que hace ver con más claridad que esta mujer no cumple aquí tampoco su ley o biblia y por eso no actúa para embellecer a la población a la que la destinaron para hacer algo por ella.

«Un trabajo inútil: decir que Majadahonda está abandonada»

NO HAY MÁS INSENSATEZ QUE AQUELLA DE QUIEN VOLUNTARIAMENTE LA QUIERE EJERCER. Sigue siendo un trabajo inútil para esta mujer alcalde que le digamos que Majadahonda está abandonada a su libre albedrío. No hace nada, ni mueve un solo dedo para paliar en lo que se pueda los desaguisados que, un día sí y al otro también, llevamos en Majadahonda sufriendo por los roces, –y a veces palos–, de los setos que debieran embellecer a la ciudad, y que, por el contrario la tienen afeada. Entre los vecinos se comenta mucho y me dan la razón cuando les digo que yo solo veo que los concejales del Equipo de Gobierno se llevan nuestro dinero a las ciudades en las que viven –que no es Majadahonda–, y que solo por agradecimiento o para hacer ver que hacen algo, debieran dar la orden de recortar esos setos, puesto que las ordenanzas municipales dicen bien clarito que se prohibe la invasión de las vías públicas, aceras y zonas de paso público por los setos, las pantallas vegetales y los demás elementos vegetales que dificulten o molesten el normal tránsito por las mismas.

«Los lindes de la calle Sorolla limítrofes con el colegio Alegra, que recortó en su día, es verdad que se han adecentado al estilo del viejo refrán de «limpiar lo que ve la suegra» como decía mi abuela (q.e.p.d.), pero ya están creciendo otra vez los yerbajos para no dejarnos pasar en breve a las personas».

ESTO LO DICE LA ORDENANZA APROBADA EL 19 DE SEPTIEMBRE DE 2019 EN SU CAPÍTULO VI, ARTÍCULO 56, pero es que a esto se le añade, o lo añado yo, que la ya mencionada bandera en la plaza que hay al final de la calle Dr. Calero, en la que ya denuncié lo asquerosamente que la mantienen siendo la enseña nacional, aparte de estar guarrísima, la tiene rota. Y a eso no hay derecho, por muy alcaldesa que se sea. Por otra parte, y volviendo a los ya consabidos setos, he de hacer notar que los que hay en la Carretera de Pozuelo, desde la Bolsa hasta el restaurante El Urogallo, ya están en estado avanzadillo y a salirse de madre. Sus propietarios ya ni piulan, y dejan que crezcan para que los que vayan a pie inclinen la cabeza para no darse de lleno con esas ramas que son verdaderos puñales. Los lindes de la calle Sorolla limítrofes con el colegio Alegra, que recortó en su día, es verdad que se han adecentado al estilo del viejo refrán de «limpiar lo que ve la suegra» como decía mi abuela (q.e.p.d.), pero ya están creciendo otra vez los yerbajos para no dejarnos pasar a las personas en breve. A la directora o director, se la trae al pairo, según se ve, como al mandamás del Instituto Carlos III, y otros, que como esa mujer alcaldesa, no dicen ni hacen nada, tanto en esto como en lo de las banderas. Así que si no podemos presumir de aquel ¡Viva la ley! tendremos que gritar con sorna aquel famoso ¡Vivan las cadenas… de la mayoría absoluta!

Majadahonda Magazin