La escritora Ana Lena Rivera, residente en Majadahonda, forma parte del equipo docente de la Escuela de Escritores de Madrid

ELENA MARTICORENA. La segunda parte de la entrevista con la autora Ana Lena Rivera, que además de escritora vecina de Majadahonda, tiene una vertiente docente asociada a la Escuela de Escritores de Madrid. ¿Dónde te has formado en esta vertiente literaria? ¿Cuál es tu vinculación con la Escuela de Escritores?Me formé en la Escuela de Escritores, que es la mayor escuela literaria en lengua castellana, con alumnos de todo el mundo. Doy clase en el campus virtual y tengo alumnos españoles, mexicanos, venezolanos, estadounidenses, etc. que residen en países de lo más variado, incluso he tenido una alumna de Indonesia. Son por lo general escritores que ya han escrito novelas y quieren, bien hacer llegar sus novelas a los lectores, bien mejorarlas. A mí, que venía del mundo empresarial, me costó mucho entender cómo funcionaba el mercado editorial y de ahí surgió la idea de incluir esta formación en la Escuela, para ayudar a los escritores que empiezan a encontrar su camino hasta las librerías y, sobre todo, hasta los lectores. ¿Realizas alguna actividad en Majadahonda relacionada con la escritura o la literatura? ¿Lo has pensado o te lo han propuesto?No de forma profesional, pero sí que le pido a la editorial que incluya en la agenda un evento en la biblioteca siempre que sale una nueva novela, y también sesión con el club de lectura de la biblioteca. Me encanta porque me siento en casa, me lo paso muy bien. En Majadahonda tenemos una de las mejores bibliotecas que conozco, la actividad que realizan las personas que trabajan allí es impresionante. Son unas apasionadas de la literatura y eso se trasmite a los usuarios y al funcionamiento de la biblioteca: no hay día que no haya un evento literario. Organizan sesiones de lo más variado y para todo tipo de público al que le guste leer, tiene multitud de opciones. Es una biblioteca que siempre está llena de gente de todas las edades. Da mucha alegría ver una biblioteca así, es como un centro social. Además, las instalaciones son estupendas.


Elena Marticorena

En tu opinión, ¿crees que los niños y adolescentes acuden a los libros como tú lo hacías?Yo era una adicta a la lectura, no quería soltar el libro ni para comer, tenían que obligarme a dejarlo para meterme en la ducha. En contra de lo que se cree, el juvenil es uno de los géneros más vendidos y la franja de edad con más lectores es entre 12 y 18 años. Es verdad que tiene el sesgo de las lecturas obligatorias del colegio pero hay muchas opciones de ocio que no había cuando yo era adolescentes, la literatura es solo una más, aunque a los chavales que les gusta leer, siguen leyendo. Ahí está el éxito de las sagas de «Harry Potter» o «Crepúsculo», o de autores españoles como Blue Jeans o Roberto Santiago. Prueba de ello es que hay más de un youtuber sacando libros, su público es el adolescente.


La escritora Ana Lena Rivera afirma que el género de novela juvenil es uno de los más vendidos

Desde las instituciones de enseñanza ¿se inculca ese amor a la lectura y a los libros?Hemos avanzado algo y depende mucho del cole, pero a mí personalmente no me gusta el enfoque de obligarles a leer a los clásicos. Los clásicos son tesoros, por supuesto, pero creo que forzar a los niños a leer «El Libro del Buen Amor» o el «Quijote» es contraproducente, el que vaya a llegar a ellos, llegará igual, y al que podía disfrutar con una literatura más actual y sencilla, lo espantamos. En Majadahonda hay colegios en los que tienen una biblioteca y les piden a los niños que lean equis libros al trimestre, pero de su elección. Es mejor que un niño lea «Las aventuras del Gerónimo Stilton» y le guste, que no que lea «La Ilíada» y no quiera volver a leer nada más en su vida. Es como pretender que todos los adultos que leen tengan el Ulises de Joyce como libro de cabecera cuando lo cierto es que el público lector mayoritario no se lo ha leído ni se lo leerá en la vida. Es importante que en la literatura cada uno disfrute de lo que le gusta, sin imposiciones.  

 

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