Tras la denuncia de la web «Esto es Atleti», el caso de los futbolistas africanos que son abandonados por los clubes que los fichan cuando han dejado de rendir lo suficiente ha cobrado actualidad. Por casos como el Bernardo Matías Djana y el Rayo Majadahonda, la FIFA ha introducido una normativa “tan dura y restritiva” con objeto de evitar “el tráfico de menores que se daba desde África y Suramérica a Europa”, informa el periodista Ladislao J. Moñino. Y es que en Majadahonda es muy conocido el «modus operandi» de un intermediario llamado “El carnicero” que trae a España jugadores de Africa con pasaporte comunitario belga o francés, informan fuentes cercanas al club Rayo Majadahonda. “Los cuatro jugadores que el ex presidente del club, Jesús Gil, cedió al Atlético de manera presuntamente fraudulenta, según el auto elaborado por el fiscal del caso Atlético, fueron suspendidos de empleo y sueldo. Lawal, Djana, Maximiliano de Oliveira y Lima, valorados por Gil en 2.740 millones de pesetas (16,4 millones de euros), se entrenaban con el segundo equipo, o jugaban cedidos en conjuntos regionales», como el Rayo Majadahonda. El relato del periodista Diego Torres, que investigó el caso, es muy minucioso. Y esta fue su conclusión:
«Hasta ahora, (los jugadores africanos) recibían sus pagas de manera poco clara a efectos contables. Para verificar que no cobran de manera ilícita, el administrador judicial, Rubí Blanc, ha dejado de enviarles el dinero para consultar al juez García Castellón. Según Miguel Juane, «el juez decidirá antes del viernes si estos jugadores vuelven a cobrar a través de unas empresas domiciliadas en Suiza y Holanda». Si no lo hacen, la chispa podría saltar en el vestuario del primer equipo. La medida, según explica Miguel Juane, es lógica: «No se sabe si esos pagos están encubriendo la salida de dinero del club, y debemos consultar al juez para saber qué hacemos con ellos. Podríamos estar cometiendo un presunto delito. Comprendo perfectamente a estos jóvenes, y sé que deben estar preocupados, pero es lo que tenemos qué hacer. El viernes hablaré con ellos. Antes tengo que saber qué criterio aplica el juez».
“Para el juez Manuel García Castellón la operación entre el Atlético de Madrid y la empresa propiedad de Jesus Gil Promociones Futbolísticas, SA de enero de 1998 por 2.470 millones de pesetas más IVA fue «una compensación con un activo ficticio consistente en los derechos sobre cuatro supuestos jugadores profesionales de fútbol que no eran tales», entre ellos Bernardo Matías Djana, del Rayo Majadahonda. En el auto de 22 de diciembre del juez instructor del caso en la Audiencia Nacional señalaba previamente que «durante la administración del club deportivo que ostentó de manera ilegítima entre junio de 1992 y diciembre de 1997, Jesús Gil fue apoderándose de cantidades pertenecientes al Atlético de Madrid, hasta llegar a adeudar al club no menos de 2.700 millones de pesetas».
“La compra del nigeriano Abass Muyiwa Lawal, por 1.000 millones; el senegalés Limamou Mbengue, por 290 millones; el angoleño Bernardo Matías Djana, por 350 millones, y del brasileño Maximiliano de Oliveira Teixeira, por 1.100 millones habría sido, según el juez, «una compensación» por la que el club recupera el dinero que le debía su presidente. Cabe pensar, por el texto del auto, que el juez ya conocía los contratos que ahora le enviará el concejal de deportes que cerró el trato con el jugador más caro de los cuatro, a su llegada a España”, concluye el periodista. Leer más: Djana regresó a Angola, donde colabora con una organización no gubernamental
Em el futbol hay mucho muerto vivo