Consejos para el cambio de amortiguador

El sistema de suspensión de cualquier vehículo es fundamental. Por un lado, el amortiguador se ocupa de eliminar las vibraciones generadas al rodar sobre el asfalto y de absorber el impacto generado por los baches y las irregularidades del terreno. Por otro, juega un papel decisivo como elemento de seguridad activa ya que asegura el agarre, la tracción y la estabilidad incluso al circular a velocidades altas. Aquí queremos contarte todo lo que debes saber sobre él.

¿Qué es el amortiguador?

Consejos para el cambio de amortiguadorEs el elemento más importante del sistema de suspensión de todos los coches y motocicletas. En concreto, se trata de un dispositivo telescópico construido en base a un eje cromado y dos tubos de acero:

  • Tubo de reserva. Es el externo y está lleno de aceite o de cualquier líquido lubricante.
  • Tubo de compresión. Es el interno. A través de un pistón, comprime o succiona el aceite del tubo de reserva para así absorber la fuerza del impacto.

Además, la función del aceite es también la de disipar el calor generado por el movimiento del tubo de compresión. Si no lo hiciera, las piezas metálicas que componen el sistema se deteriorarían rápidamente. Evidentemente, la amortiguación trabaja constantemente. Desde el momento en el que arrancas el vehículo y empiezas a circular hasta que lo aparcas. De hecho, incluso cuando no se mueve, soporta gran parte del peso del automóvil. Por ello, su sustitución periódica es parte fundamental del proceso de mantenimiento de cualquier coche.
Pero ¿dónde comprar estos elementos llegado el momento? Sin duda, comprar un amortiguador de Daparto es una excelente opción. Se trata de un marketplace, es decir, de una especie de supermercado online de repuestos para el automóvil que te brindará la posibilidad de comparar, encontrar y adquirir los recambios recomendados para tu automóvil.

¿Para qué sirve el amortiguador de dirección?


Sustituir con un repuesto adecuado este elemento nada más notar el más mínimo signo de desgaste es de vital importancia. Los motivos son los siguientes:

  • Es el elemento que garantiza la adherencia de las ruedas a la superficie. De hecho, su función es más importante que la del grabado de las ruedas. Piensa que, si está desgastado y es excesivamente rígido, provocará un efecto rebote al superar cualquier bache o irregularidad, lo que provocará que la cubierta se despegue de la vía terrestre.
  • También se ocupa de garantizar la estabilidad en las curvas. Sobre todo, al tomarlas a una velocidad relativamente alta al circular por autovía o autopista. Perder el control del coche en ese tipo de situaciones suele ser sinónimo de sufrir un accidente.
  • Reduce ostensiblemente el riesgo de sufrir ‘aquaplanning’. Es decir, de perder adherencia y tracción al atravesar un charco formado sobre el asfalto. El correcto estado del sistema de amortiguación asegura que la rueda permanecerá en contacto con la superficie.
  • Incrementa el confort. Ya que, al absorber los impactos generados por las irregularidades del terreno, los usuarios del vehículo notan menos las vibraciones derivadas de ellos.

¿Cómo instalar un amortiguador?

Antes de nada, seguramente te gustará saber cuánto te va a costar cambiar el sistema de suspensión de tu coche. La compra e instalación de estas piezas de recambio suele oscilar entre los 250 € y los 400 €, aunque todo depende de tu modelo. También pueden salirte más económicos si son de segunda mano, aunque la calidad no será la misma, como es obvio. Además, generalmente, no hace falta sustituir los cuatro. Lo más habitual es cambiarlos por parejas (los dos traseros o los dos delanteros). El peso del motor hace que estos últimos suelan desgastarse a menor velocidad que los primeros. Por su lado, la parte fija de estas piezas de repuesto se conecta mediante los ‘silent blocs’ al chasis, mientras que la parte móvil es la que se articula sobre el eje de dirección. Teniendo en cuenta esto, sigue estas instrucciones:

  • Quita las ruedas necesarias y mantén el vehículo elevado con un sistema hidráulico.
  • Limpia la zona de instalación con un producto desengrasante.
  • Con una llave plana, sujeta la pieza del lado del chasis. Después retira las tuercas y contratuercas.
  • Cuando termines, retira el componente.
  • Desatornilla la parte móvil del eje usando la misma llave.
  • Ahora tienes que realizar el proceso contrario. Es decir, atornilla la parte móvil del nuevo dispositivo en el eje y, a continuación, la parte fija al chasis.
  • Coloca la rueda en su posición.
  • Retira el sistema de elevación hidráulico y ¡listo!

Tal vez te hayas preguntado, con el propósito de ahorrar algo de dinero, si te conviene comprar un sistema de suspensión de segunda mano. Como dijimos antes, no es mala opción, pero debes asegurarte de que está en buen estado. Por lo general, es algo que se puede saber con solo presionar manualmente el tubo interno dentro del externo. Has de notar una resistencia suave pero contundente, sobre todo, al final del recorrido. Si hace ruidos o muestra muy poca o demasiada resistencia, entonces es mejor que compres uno nuevo.

¿Cómo saber si el sistema de suspensión está dañado?

Hay varias señales que evidencian que el sistema de suspensión se ha deteriorado por el desgaste y es necesario sustituir estos elementos de amortiguación. Estos son los más evidentes:

  • Al conducir, tienes la sensación de que el automóvil va dando pequeños saltos.
  • Notas que tienes menor control a la hora de tomar curvas a más de 50 km/h.
  • La respuesta de frenado es mayor, es decir, el vehículo necesita más distancia para detenerse por completo tras pisar a fondo el pedal de freno.
  • Las ruedas se han desgastado de forma irregular. Dicho de otro modo, presentan zonas lisas en determinadas secciones, pero en otras no.
  • Si metes la mano por encima de la rueda para tocar el componente detectas humedad. Esto significa que está perdiendo aceite.
  • Sientes más vibraciones dentro del habitáculo.
  • Notas menos adherencia al asfalto cuando llueve.
Majadahonda Magazin