La operación de implante mamario y el médico Javier Mato Ansorena

LIDIA GARCIA. Las operaciones de cirugía estética no son un divertimento ni un pasatiempo. Ninguna intervención médica que pase por un quirófano lo es: anestesia, transfusiones, bisturí… ponen en riesgo el cuerpo humano y siempre existe un porcentaje mínimo de cirugías que sufre complicaciones, al igual que ocurre con las vacunas, una de las más eficaces medidas para paliar una pandemia con las que el científico del siglo XVIII, Edward Jenner, ha salvado a millones de personas, aunque tengan un porcentaje de 1,15 errores por cada 10·000 dosis vacunales administradas (rango: 0,005 a 141,69/10·000 vacunas). B acaba de vivir un caso en el que la paciente M.T.N. ha denunciado a su médico que la operó para ampliar su pecho implantándole una nueva prótesis mamaria. Y mientras ella afirma que aquel implante no salió bien y nunca debió realizarse porque ella padecía una enfermedad que la desaconsejaba, el médico Javier Mato Ansorena sostiene que actuó de acuerdo con los protocolos profesionales. El diario ABC primero y La Sexta después han abordado este controvertido caso del que MJD Magazin proporciona como siempre las dos versiones.


LA PACIENTE (Abc). «En total M.T.N. ha tenido que pasar hasta seis veces por quirófano. Cuatro de la mano del doctor Mato; una quinta de urgencias en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid); y una sexta en la que otros médicos expertos le reconstruyeron el pecho durante nueve horas extrayendo parte del músculo dorsal de la espalda. Se ha querellado contra el doctor Mato por un presunto delito de lesiones. En un primer momento fue citado para declarar en abril, si bien finalmente la comparecencia se ha pospuesto al 17 de mayo. No obstante, cree que podría haber sido mucho peor. «Espero que ni una mujer tenga que salir de una camilla muerta de la mano de ese doctor. Espero que se le retire la licencia», explica. «Me dejó tantas secuelas fuertes que ha sido y está siendo muy duro». No salió bien.

Ni en aquella primera ocasión –en la que le dieron el alta con una hemorragia interna– ni en ninguna de las otras tres veces que tuvo que pasar por el quirófano del doctor Javier Mato Ansorena. Cada vez iba a peor. De los puntos pasó a las grapas y se le llegó a formar un «agujero negro» por donde se salía el implante. «Me deformó el pecho, perdí tejido mamario y me lo han tenido que reconstruir con músculo dorsal de la espalda». Los dolores llegaron a ser insoportables. Cuenta cómo cuatro meses y cuatro intervenciones después llegó a rastras a otro hospital en el que le acabaron operando de urgencia. «Al final acabo yendo a la Seguridad Social con una hemorragia tremenda detrás del pecho. Me extraen el implante por el riesgo que suponía para mi salud tenerlo cuando ese señor (el doctor Mato) decía que todo iba bien». No obstante, cree que podría haber sido mucho peor. «Espero que ni una mujer tenga que salir de una camilla muerta de la mano de ese doctor. Espero que se le retire la licencia», explica. «Me dejó tantas secuelas fuertes que ha sido y está siendo muy duro».

EL MEDICO (Abc). El diario Abc se ha puesto en contacto con el doctor Javier Mato Ansorena para recopilar su versión. Defiende que no hay ninguna lesión negligente ni ha hecho nada mal. «No me arrepiento de nada». En la conversación mantenida con este diario recuerda que su nombre se encuentra entre los diez mejores cirujanos españoles y está considerado el mejor cirujano plástico de 2018. Asegura que M.T.N. padece anemia falciforme y se le informó sobre la posibilidad de sangrado. «Se le explican todas las posibles complicaciones y firma un consentimiento informado general y uno específico donde asumía que tenía un mayor riesgo de sangrado», prosigue. «La (primera) intervención fue absolutamente satisfactoria», dice. Y asegura que si M.T.N. fue dada de alta al día siguiente de su primera intervención es porque sus parámetros eran «normales». Justifica así la falta de un seguimiento presencial: «Yo no pude estar en el hospital ya que estaba en mi clínica de Sevilla, pero le di el alta después de hablar con el equipo de enfermería y médico». Sobre el informe del médico forense designado por el juzgado para evaluar su caso Mato asegura que «manifiesta un claro desconocimiento quirúrgico no entendiendo que el tratamiento de un hematoma de forma conservadora es muy efectivo y disminuye riesgos». «No valora ni el cuidadoso y continuo seguimiento por mí», asegura. Y habla de 29 visitas a la consulta y llamadas casi a diario, finaliza ABC.

LA PACIENTE (La Sexta): «Estoy aprendiendo a vivir con esto». Es el relato de Ana, nombre ficticio, que accede a atendernos con la condición de distorsionar su voz y de no mostrar su rostro. Lo hará, asegura, cuando haya una sentencia contra el doctor. Han pasado casi 2 años desde su primera operación de pecho, pero aún le cuesta mirarse en el espejo: «Prefiero prácticamente no mirarme a día de hoy», asegura. Ana decidió pasar por quirófano tras amamantar a sus hijos y verse el pecho caído: «Solo quería mejorar mi aspecto, me daba mucho complejo mirarme», explica a laSexta. Acudió a la clínica del doctor Javier Mato Ansorena, un conocido cirujano plástico con más de 20 años de experiencia, y se operó el 19 de agosto de 2021, una fecha que recuerda perfectamente, porque asegura que ahí comenzó su calvario.

«Nunca fue bien, desde que salgo del quirófano y me levanto de la anestesia, todo estaba mal. Ya me levanté sangrando, con unos dolores tremendos. El pecho izquierdo lo tenía muy hinchado y sentía mucho dolor. De madrugada llegué a perder la consciencia», afirma Ana. Ni siquiera, asegura, era apta para haberse operado, porque tiene un problema de coagulación. «El informe de anestesia daba no apta para operar, pero se lo llevó a él y él le dijo que me iba a operar». Por eso, entró temerosa en quirófano: «Ya entré con miedo». Todo fue a peor, el pecho seguía inflamado y tenía unos dolores insoportables. «Pasé quince días enteros sin dormir ni una sola noche, dormía de pie, sentada en el sillón, porque no había manera de aliviar estos dolores». Volvió a pasar por quirófano el 7 de septiembre: «El doctor me explicó que lo que hizo fue sacar el implante, sacarlo y volver a limpiar el mismo. Y esta vez lo hizo con grapadora en lugar de con puntos». Pasó otras dos veces más por el quirófano del Doctor Javier Mato, 4 en total, que no consiguieron remitir los dolores y la inflamación del implante, asegura. Se le llegó a formar un «agujero negro» por donde asegura que se le salía la prótesis. Hasta que finalmente decidió acudir a otro hospital, el de Puerta de Hierro de Majadahonda, donde le hicieron una operación de urgencia y le retiraron la prótesis por el «riesgo infeccioso que supondría seguir manteniéndola». La última operación a la que se ha sometido Ana ha sido una reconstrucción del pecho durante 9 horas.

Los médicos han utilizado parte del músculo dorsal de la espalda para realizar la reconstrucción. La mujer se ha querellado contra el doctor Mato por un delito de lesiones. Pide que se le retire la licencia, para «que no haga daño a ninguna mujer más». El cirujano tendrá que declarar como investigado el próximo 17 de mayo, después de que el juzgado de instrucción número 14 de Madrid encargara un informe a un médico forense independiente. Para la abogada de la paciente, Emilia Zaballos, el trato del doctor no fue el adecuado: «Postoperatorio nefasto, hay falta de atención, hay infecciones muy grandes, hace caso omiso…», y asegura que se han puesto en contacto con el bufete más afectados. El perito, en sus conclusiones, afirma que «el cirujano Javier Mato realizó múltiples actos médicos que considero que no fueron adecuados a la praxis médica en la materia, desde el punto de vista médico forense valorador». laSexta ha tenido acceso a ese informe que ya tienen las partes.

EL MEDICO (La Sexta). La emisora de TV La Sexta también ha hablado con el Doctor Javier Mato, que ha accedido a realizar una entrevista para mostrar su versión de lo acontecido con la paciente. El doctor se ha mostrado «sorprendido», porque dice que nunca ha tenido una demanda de este tipo, pero también asegura estar «tranquilo» por su manera de proceder con la paciente. Asegura que la paciente tiene tiene una anemia falciforme (sus hematíes viven en lugar de 120, 10 días) y eso hace que sea más fácil sufrir sangrados. «Se le informó y se le hizo un doble consentimiento informado. La paciente lo aceptó, lo entendió, y aceptó que podría necesitar una transfusión». Niega que el anestesista recomendara no hacer la operación: «Se podía operar porque todos los parámetros eran normales, no he vulnerado ni vulneraría nunca la opinión de un anestesista o la praxis médica que supone operar una paciente si no tiene todas las condiciones necesarias». Además, asegura que le hizo a la paciente un seguimiento casi diario: «Yo he visitado 29 días a la paciente, que están recogidos en la historia y hablaba casi a diario con ella. Además he estado abierto a ella siempre. Es absolutamente falso que no ha habido un seguimiento», ha afirmado.

Niega así que fuera dada de alta con una hemorragia interna: «Lo que tiene es un hematoma. Ella sangra, hace un hematoma, se drena el hematoma. Al no reabsorberse se extirpó la prótesis y se le puso una nueva. Pero a los 20 días sangró de nuevo y decidió ir al Puerta de Hierro» de Majadahonda. Además, justifica que no la pudiera atender de forma presencial porque se encontraba fuera de Madrid. «El día que tuvo el sangrado, a los 20 días de la última cirugía, yo no le podía atender porque estaba en Sevilla, pero si hubiera esperado al día siguiente la habría atendido encantado. Porque es una mujer fuerte y ha resistido todo esto bien». Asimismo, termina recordando que «las cirugías puede haber entre un 10 o un 20% de complicaciones hemorrágicas. A veces se soluciona con 1, con 2 o con 3 cirugías». Lo importante, asegura es «hacerlas bien y estar detrás de ella todo el tiempo», concluye La Sexta.

 

 

 

 

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