LIDIA GARCIA. La noche de fiesta de cuatro jóvenes de Majadahonda acabó el pasado sábado 16 de octubre (2021) a las 04.00 de la madrugada con un susto de muerte y milagrosamente salvando la vida, según cuentan a MJD Magazin los vecinos del barrio del Monte del Pilar que fueron testigos presenciales del suceso y se levantaron de la cama sobresaltados para asomarse a las ventanas por el estruendo que causó el accidente. Según informó entonces este periódico, todo ello ocurrió en la Avenida Príncipe de Asturias de Majadahonda cuando el conductor de un turismo transitaba por la carretera paralela al Monte del Pilar a toda velocidad y al bordear una de las rotondas una de las ruedas golpeó el bordillo de la misma, elevando los 1.200 kilos de peso del vehículo unos 10 metros por encima de la misma y estrellándose finalmente en el jardín de una de las viviendas que daba a la carretera. Las imágenes del accidente tomadas por los vecinos dan idea de la virulencia del golpe pero aún más milagroso fue el resultado: ninguno de los cuatro ocupantes sufrió heridas y ningún transeúnte o residente de la casa resultó afectado, dadas las altas horas de la madrugada en las que ocurrió el suceso.
Una vez sucedido el enorme impacto y sin superar siquiera el aturdimiento por el golpe, los cuatro ocupantes del vehículo iban saliendo del mismo por un lateral del coche, según cuentan los vecinos testigos a MJD Magazin. Y estos relatan como en lugar de esperar a la policía y ambulancias alertadas ya por los testigos, optaron por lo más inverosímil: salir corriendo del lugar con más miedo que vergüenza. Entre ellos, inocentemente, el conductor y propietario del vehículo, que lo dejó abandonado en esas zonas comunes del edificio que recogen las fotografías, dando lugar al insólito espectáculo de ver empotrado un coche en el jardín. Los vecinos que relatan el suceso cuentan que los chicos eran todos veinteañeros y que horas después ya llegó la grúa para retirar la impactante imagen que difícilmente se olvidará el resto de sus vidas. Y eso sí: cuatro jóvenes alocados, inmaduros e inexpertos volvieron a nacer. Ahora toca pagar las consecuencias de la frustrada tragedia: una vez localizado el conductor y propietario por la policía, la pertinente prueba de alcohol despejará quizás la incógnita que casi siempre se esconde detrás de un accidente de estas dimensiones y características.

Lugar del accidente: Avenida Príncipe de Asturias
Es increíble como ha salido la gente después del COVID.
Vaya susto, pero lo mejor es que salgan lo más sanos posibles… La reacción es normal en personas jóvenes, ya aprenderán con los años.
Si muy normal para personas anormales yo nunca me he visto involucrada en una persecución
La reacción del conductor y acompañantes es la lógica (no la más legal y si punible) para dificultar la identificación y evitar las pruebas de alcohol y sustancias estupefaciente, que en caso de superar la tasa penal (0,60 mg/l) podría suponer la retirada del permiso de conducir (si lo tenia) y pena de prisión por un delito contra la Seguridad Vial. .
Aunque el abandono del lugar de un accidente y omisión del deber de socorro también es sancionable y esta penado.
Afortunadamente no ha habido victimas inocentes que lamentar. Pero si las hubiera habido en la acera o en la propiedad invadida y afectada no se quedaron para comprobarlo y socorrerlas. .
Todo indica también una velocidad excesiva para vías urbanas castigada en el Código Penal (Art 379) con prisión
Un largo rosario de irresponsabilidades
Ojalá les caiga la mas dura de las condenas y pasen por la cárcel. Huyendo y sin responsabilizarse del daño que han podido causar. Espero que investiguen quiénes son los padres de estos “veinteañeros”…