MANU RAMOS. El portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Majadahonda, José Rodríguez Cuadrado, ha dimitido por «razones profesionales» y ha alegado que deja su cargo para pasar a la empresa privada, según pudo saber MJD Magazin en fuentes nacionales de este partido. Rodríguez Cuadrado ya no compareció como portavoz en el Día de la Hispanidad que se celebró en Majadahonda este sábado 11 de octubre (2024) siendo sustituido por Pablo Pérez Gallardo, que a su vez ha sido nombrado coordinador regional de todos los concejales de esta formación en la Comunidad de Madrid. José Rodríguez Cuadrado pasará a ser «concejal de base» mientras que Pablo Pérez Gallardo se convierte en el nuevo líder del partido y del grupo municipal en Majadahonda. Se da la circunstancia de que el nuevo portavoz municipal es hermano de Javier Pérez Gallardo, Secretario Provincial de Vox en Madrid y diputado en la Asamblea de Madrid, portavoz que lleva en este partido desde 2015, al principio participando en los equipos de Las Rozas y Majadahonda. Desde el 2016 participa en el Comité Ejecutivo Provincial de Madrid, al principio como vocal, pasando en el 2018 a ser el Secretario Provincial, cargo que continúa ejerciendo tras la renovación del equipo en septiembre del 2020.
José Rodríguez Cuadrado había sido candidato de Vox en Majadahonda en 2015, 2019 y 2023, fue quien logró por primera vez representación municipal y se le suponía cercano a la línea de Rocío Monasterio, que ha dimitido también como diputada en la Asamblea de Madrid sólo unas horas después de que el presidente de Vox, Santiago Abascal, le quitara el control del partido en la región y nombrara a uno de sus hombres de confianza, José Antonio Fúster, como el nuevo líder regional. «La decisión del partido permitía que Monasterio siguiera como portavoz del grupo en la Asamblea de Madrid, una labor que viene realizando desde hace ocho años, pero en una posición muy complicada para ella porque Fúster está considerado del ala más dura de Vox y la política madrileña de origen cubano siempre se ha definido más bien como «liberal». Así que ha decidido dejarlo todo y dar un portazo. Pero Rocío no ha querido marcharse sin dejar las cosas claras y ha lanzado «un recuerdo a los que estuvimos cuando las cosas eran difíciles, el espíritu era limpio y destacaba el partido por la solvencia de sus integrantes». Un mensaje directo a quien quiera escuchar. En otro de los recados para Santiago Abascal y su grupo en el Congreso, Monasterio ha ironizado con que su marcha bien parece un despido como si «yo fuera la directora del grupo jurídico del Congreso y no me había enterado», en referencia a la ley que acorta las penas de los presos de ETA que ni PP ni Vox fueron capaces de detectar», cuenta la periodista P. Nova en «El Español«. José Rodríguez Cuadrado parece cercano ahora al sector de la eurodiputada Margarita de la Pisa, con quien compartió la presentación de la candidatura europea en Majadahonda durante la última campaña electoral.
En cuanto al sustituto y nuevo portavoz en Majadahonda, Pablo Pérez Gallardo, su hermano Javier Pérez Gallardo daba algunas pistas cuando declaró a la periodista Rocío Ruiz que «yo soy el séptimo de ocho hermanos y en mi familia son todos ingenieros. Mi padre es ingeniero naval, tengo otro hermano ingeniero informático, pero también otro de Industriales, Minas, Obras Públicas… A mí me gustaba todo lo relacionado con la construcción y me hice ingeniero de la edificación. En Bachillerato ya sabía que quería hacer eso. A los 19 años quise entrar en el seminario, cuando estaba en segundo año de carrera y estudié Teología en la Universidad San Dámaso. Allí estuve cuatro años. Fue un tiempo muy bonito. Aprendí mucho, y no solo por todas las personas que he conocido, sino también por el enriquecimiento personal y las experiencias que me llevo. Pero vi que lo de ser sacerdote no era lo mío y lo dejé en 2014. Aún así, acabé Teología y retomé mis estudios de Ingeniería. Por eso me dicen de broma: siempre puedes construir iglesias…»
«Cuando salí del seminario me pregunté: ¿y ahora qué? Pensé que quería aportar mi grano de arena a la sociedad siendo sacerdote, pero cuando luego te das cuenta de que ése no es tu camino y te planteas: ¿qué puedo aportar para que este mundo sea mejor? En ese momento mi hermano mayor vino a casa diciendo que había nacido un nuevo partido, que lo formaban cuatro y que defendían lo que siempre decíamos cuando nos quejábamos. Se empeñó en que teníamos que conocerlo. Así que pensamos en ir a uno de los eventos de Vox». Ambos acudieron «a un acto organizado en un bar de Las Rozas en el que se dieron a conocer. Recuerdo que había un tal Santiago Abascal, Iván Espinosa de los Monteros [hoy también dimitido]...Y estábamos allí 14 personas, entre ellos mis padres y varios hermanos y cuñados. Iván dio un «speech» como si su público fuera un millar de personas. Me impresionó su discurso sobre el patriotismo, España, la familia… Yo me iba emocionando y se me iban poniendo los pelos de punta. La conclusión que saqué es que defendían mis ideas y principios. Entonces tenía pinta de ser un proyecto de locos que no iba a llegar a ninguna parte, pero en ese momento pensé que me tenía que apuntar. Molaba la locura y me gustó muchísimo el proyecto. Hicimos la campaña de 2015, que fue muy bonita, pero veíamos cómo el número de seguidores y votantes iba bajando». Y no se desanimó, «todo lo contrario. Cada vez me emocionaba más y pensaba que aquello tenía futuro. Hasta que un día me llamó Rocío Monasterio. Me dijo que la habían hablado de mí para el equipo de Madrid porque había pedido que le dieran el nombre de los más currantes de cada zona de Madrid. Y alguien le dio mi nombre. Me dijo: ¿qué te parece si montamos un partido serio y me ayudas a organizar Madrid? Esto fue en 2016, pero parece que fue ayer. En ese momento estudiaba Teología, la Ingeniería, daba clases particulares y estaba muy metido en la universidad. No sé muy bien cómo lo podía hacer todo a la vez, pero recuerdo que fue un tiempo muy bonito», concluye la entrevista.
Los cambios son buenos
Mejor, limpieza de peperillos infiltrados. Sobran en Vox los flojos y acomplejados.
Enlazado con la renuncia de Rodríguez el de VOX: La semana presente acábase con una bomba en el partido político VOX. Rocío Monasterio fue expulsada de VOX en Madrid, por haber traicionado a la cúpula de Abascal. Puede que lo hayan hecho por los coqueteos de su marido con Alvise Pérez.
Su marido, ex portavoz de VOX en el Congreso, ya tuvo una crisis con el partido el verano pasado. Es la misma crisis que acabó con el sector más cercano al anarcocapitalismo de Javier Milei y Jesús Huerta de Soto. Es la misma que tiene en un bando de críticos a gente como Rubén Manso, que tenía pugnas con el sector más socialpatriota por las medidas económicas.
A diferencia del marido, Monasterio fue muy crítica con Abascal y muy favorable a algunos diputados que la habían acompañado. Su despedida en la Asamblea de Madrid no fue nada confusa, no fue nada ambigua. Pero la verdad es que esta mujer estaba convertida en una china en un zapato.