Dos plantillas juveniles del Rayo y jugadoras de rugby del CR Majadahonda comparten cena

En solo dos entrenamientos, el entrenador y ex jugador del At. Madrid, Oscar Mena, ya ha dejado su sello en el Rayo Majadahonda Juvenil A y formado piña con el entrenador del Juvenil B, Jony Alba. Este jueves organizaron una cena conjunta para las dos plantillas, a la que espontáneamente su sumó el equipo femenino de rugby del CR Majadahonda con su jugadora internacional Lucía Díaz, cuyas integrantes habían entrenado también en los campos de La Oliva. Fue una jornada de distensión y camaradería tras las movidas jornadas de las últimas 48 horas y en este reportaje salen a relucir otros nombres como los de Julio Cidoncha o Alfredo Santaelena, padre del jugador juvenil Fredy.

La cena de confraternidad sirvió para mucho: el cambio de entrenador y esta mayor sintonía entre dos equipos técnicos que son continuidad y cooperación el uno del otro, hizo que muchos jugadores cambiaran su serio semblante y preocupación de hace varias semanas. En solo dos días se ha percibido no únicamente una mayor intensidad en los entrenos, algo lógico cuando un nuevo míster aterriza en un equipo porque todos sus jugadores tratan de agradar y buscarse un hueco. También una mejor situación anímica y una nueva ilusión por afrontar este difícil reto de salvar la categoría en solo 7 jornadas. En ello coincidían este jueves numerosos seguidores y directivos del equipo, que poblaban con enorme curiosidad las gradas de La Oliva. Este sábado a las 16;30 en este mismo estadio se medirá frente al Sur de Valladolid. Y será la oportunidad de comprobar sobre el terreno el “libreto” de Oscar Mena y, lo que es más incierto, si sus cambios, estilo o modificaciones surten efecto.

Hace pocos días, a propósito del centenario del Real Mallorca (1916-2016), el periodista de Diario de Mallorca, Jaume Bauzà, se acordaba de Oscar Mena: “Hay en la centenaria historia del Real Mallorca una derrota que en realidad no lo fue, y que inundó Mestalla de tristeza. Aquella final de Copa del Rey contra el Barcelona se le escapó al conjunto de Héctor Cúper en la tanda de penaltis después de rozar la heroicidad. Los bermellones resistieron con nueve hombres toda la prórroga después de plantar cara –e incluso mostrar superioridad– ante un Barcelona que se había proclamado campeón de Liga con cuatro jornadas de antelación. Nunca el mallorquinismo había llorado tanto como aquel 29 de abril de 1998. Pero es que nunca el Mallorca había derrochado tanta dignidad y amor propio como durante aquellos 120 minutos. Fue una final épica, perfecto corolario para una brillante temporada y un grupo de futbolistas sobrados de carisma y talento: Roa; Olaizola, Iván Campo, Marcelino, Romero; Mena, Engonga, Valerón, Stankovic; Ezquerro y Amato. Un once para la historia que se ganó el respaldo incondicional de todo el mallorquinismo, no solo durante la final, sino a lo largo de toda la temporada. Con Héctor Cúper al mando de las operaciones, aquel equipo acabó quinto pese a que había ascendido hacía solo unos meses en Vallecas. No ganaban para alegrías los mallorquinistas. Y aquella etapa dorada todavía estaba lejos de terminar”.

También el periodista Walter Zimmermann le hacía este año una entrevista a Oscar Mena en “Mundo Deportivo” a propósito de Thim Thomas “uno de los jugadores de moda en el Atlético de Madrid actualmente: “Óscar Mena y Alfredo Santaelena fueron dos de sus primeros entrenadores en la ribera del Manzanares cuando llegó al club. Ambos ex-jugadores colchoneros resaltan su capacidad para aprender y creen que seguirá con su progresión. Óscar Mena fue el primero que le tuvo. Tras unos meses en el Juvenil B le subieron al Juvenil A que acabó campeón y en el que coincidió con Óliver Torres, Manquillo, Borja Galán… y por supuesto con el Mencho. “Cuando llegó me sorprendió sobre todo por su capacidad para aprender. Su capacidad de trabajo fue al 300%, esa es una de las virtudes que han encandilado al Cholo. Desde el primer día se veía venir que apuntaba a futbolista”, explicó el argentino que ahora realiza labores de captación en los despachos de la Academia colchonera.

Un año después ascendió al filial y Alfredo Santaelena tuvo unas sensaciones similares a las de Mena. Un Atleti B que acabó quedándose a las puertas del ‘play-off’ y donde coincidió con jugadores como Saúl, Cidoncha o Pedro Martín. “No me sorprende, siempre aposté por él. Se veía que iba a ser un jugador de elite. Lo hablábamos mucho en el cuerpo técnico. Siempre se mostró muy receptivo, quería crecer como futbolista. Es un jugador ambicioso. No me sorprende que esté convenciendo al Cholo”, aseguró para MD el técnico madrileño que ahora ejerce de segundo entrenador del Cádiz junto a Claudio Barragán. Desde diferentes puntos de España, Alfredo y Mena vivieron el gol de Thomas como algo especial. Un jugador con el que ambos tienen una gran relación. El argentino aseguró que fue un tanto muy especial:

“Para mí fue como si el Atleti hubiese ganando la Champions. Me llevé una alegría enorme, tanto por el tanto del Atlético como porque era de Thomas. Tenemos una gran relación y hablamos con cierta regularidad. He seguido toda su progresión y me alegré una barbaridad. Se lo merece todo”. Agrega Mena que “después del partido dijo que aún le faltaban cosas por aprender. Eso lo tiene sellado a fuego en la cabeza. Eso es lo que le va a hacer ir para arriba. Creo que está en el club ideal y en el momento ideal para llevarlo a cabo. Conociendo al Cholo le va a llevar a ser un jugador importante”.

Tampoco ve ninguno de los dos un problema en la llegada de Augusto y Kranevitter en el mercado invernal. “El problema es del Cholo, un bonito problema para cualquier entrenador. Va a haber mucha competencia entre los centrocampistas y a Simeone le va a tocar administrar a los jugadores entre Liga, Champions y Copa”, explica Óscar Mena, que por último confesó una anécdota que le sucedió cuando tuvo a Thomas a sus órdenes: “Es una persona muy inteligente. Cuando llegó tenía problemas con el idioma. A pesar de esa limitación me entendía siempre con el poco español que tenía él y el poco inglés que tenía yo. No me podía creer lo rápido que entendía los ejercicios. Esa inteligencia se le nota sobre el campo”, concluyó.