JULIA BACHILLER. La Parroquia de Santa Catalina de Majadahonda fue escenario la noche de este sábado 5 de mayo (2018) de la eucaristía de acción de gracias en conmemoración de los 25 años de sacerdocio del párroco Juan Francisco Pérez Ruano, quien recibió personalmente a su llegada a todos los que acudieron minutos antes de dar comienzo la celebración. El gran número de asistentes al templo seguramente dio respuesta a la pregunta que él se planteaba en la entrevista que le realizó este medio de comunicación un día antes: “Habrá que preguntar cómo se siente Majadahonda conmigo”. Y de entre todos ellos destacar la presencia de sus padres y su hermano. Una eucaristía en la que el coro fue gran protagonista, con melodiosas intervenciones durante todo el acto.

Este dio comienzo con el agradecimiento del párroco a todos los presentes, entre los que se encontraban el alcalde de Majadahonda, Narciso de Foxá, los concejales del Partido Popular (PP) María José Montón y Manuel Troitiño, el secretario general del PP, Alberto San Juan, el concejal socialista Zacarías Martínez-Maíllo, el presidente de la Red de Municipios por la Familia y concejal de Leganés, Ángel Juárez y el teniente de la Guardia Civil de Majadahonda. Tras la misa llegó el momento más emotivo y esperado por todos: el vicario parroquial Alfonso Rodríguez, junto con tres colaboradoras de la parroquia, le hicieron entrega de unas modestas pero bellas figuras artísticas, las cuales representaban el misterio de la Anunciación, un Belén y una paloma de la escultora Carmen Perujo. Todas ellas fueron adquiridas con las aportaciones de “tus hermanos de Santa Catalina”, como las definió el vicario.

Seguidamente el «cura Paco», sobrenombre con el que es conocido y muy popular en Majadahonda independientemente de la adscripción religiosa, política o social de cada cual, quiso dar las gracias, con voz entrecortada y emocionado, en primer lugar “al que es el autor de todo esto, que es al Señor, que supo insistir hasta que lo consiguió”. Después “a mi padre y a mi madre”, momento que fue interrumpido por los aplausos de los asistentes, que aprovechó para levemente aguantar la emoción, “por haberme dado permiso por haberme traído al mundo y porque estoy totalmente con mis padres”.

Seguidamente dirigió sus palabras a su parroquia del madrileño barrio de la Elipa, lugar donde residía, porque “me ha ayudado a ser quien soy hoy”. Y a continuación hizo un recorrido por todas las parroquias donde estuvo, comenzando por Cercedilla –a la que definió como su “Primer Amor”– Collado Villalba y Alpedrete –“donde aprendí a ser párroco”– para finalizar, por petición del obispo, con unas palabras sobre Majadahonda, de la cual dijo: “Gracias por todo lo que me habéis enseñado, por lo que me habéis ayudado, y gracias a todos por aguantarme”.

Por último, tras un aplauso prosiguió: ”gracias al equipo sacerdotal, Mariano, Alfonso y Luis”, y mirando a los dos sacerdotes sentados a ambos lados de él, concluyó: ”A Jesús porque es al que siempre puedo recurrir cuando lo necesito, y al otro Jesús, a este le veis mucho por la tele siempre al lado del Cardenal, y es el que me ayuda constantemente a reconciliarme con el Señor”. Para finalizar dirigió su agradecimiento a todos los presentes: ”Os quiero, aunque algunas veces sea antipático”. Y tras las risas y un último aplauso añadió: ”Solamente me queda una cosa, pediros perdón por lo que os haya podido ofender”. Una vez en el exterior varias mesas rodeaban el lateral de la parroquia donde se ofreció a los asistentes y a los que se encontraban en las inmediaciones y quisieron participar un amplio y variado surtido de frugales aperitivos y bebidas como manda la tradición en una celebración.

 

Majadahonda Magazin