La periodista Marisa Gallero del diario ABC publica este martes una exclusiva sobre el juicio de la trama Gürtel: «Tengo que tener cuidado, como sepan quién está detrás de este movimiento, me joden vivo. Si viene la Hacienda a investigarme, o me voy del país o me voy al trullo, y vosotros no creo que queráis un mal para mí cuando lo único que os estoy haciendo es bien… Como sepan que detrás de Corporación Majadahonda está Paco Correa, me follan». Es 15 de noviembre de 2006. Francisco Correa se acaba de montar en un coche a las puertas del hotel Fénix en Madrid para ir al restaurante La Giralda junto a José Luis Peñas y Juanjo Moreno, exconcejales del Ayuntamiento de Majadahonda expulsados por el Partido Popular. El principal acusado del caso Gürtel teme que el PP descubra que está financiando un proyecto político en la sombra y le denuncien a la Agencia Tributaria. En esos momentos reconoce estar en unos «fregados gordos» en Valencia y en Sotogrande. Su estrategia es buscar un patrocinador, «un enemigo común» que «en dos o tres legislaturas se cargue el sistema PSOE y PP». Cree que podría ser «el movimiento Ciudadanos». Durante el trayecto cuenta sus progresos».
«Os digo, que he estado avanzando con Ciudadanos para intentar ir unidos con Corporación Majadahonda, para ir bajo el paraguas de Ciudadanos», explica Correa. Añadiendo inmediatamente que «tienen mucho miedo, han recibido muchas amenazas. Se quieren consolidar sólo en Cataluña y no se presentan en ninguna otro parte. Porque saben que va el PP y el PSOE a por ellos. ¡Desaparecen!». No lo consiguió. Tras las elecciones autonómicas de 2006, la formación dirigida por Albert Rivera estudió expandirse a otras comunidades autónomas, pidiendo el voto en blanco para las municipales de 2007. Corporación Majadahonda -integrada por el exalcalde de la localidad Guillermo Ortega, la exmujer de Correa, Carmen Rodríguez Quijano, y los dos exconcejales expulsados- se presentó finalmente sin «paraguas» consiguiendo tan solo 183 votos, a pesar del dinero inyectado por la trama», recuerda la periodista.
Llegaron a imaginar que gobernarían Majadahonda y lo que harían: «Cuatro años que no veas», dice Moreno. A lo que le contesta Correa: «Poneros las botas». Peñas empezó a grabar a Correa tras escucharle discutir por teléfono con un concejal de Arganda del Rey, que exige varios millones de pesetas por una operación urbanística. Durante dos años llevará como si fuera una segunda piel una grabadora digital, mientras recibe de forma sistemática 3.500 euros al mes, en un sobre y en metálico. Se embolsa en cuatro años 264.000 euros, como reza en los datos de la caja «B» archivados en el pendrive del contable del grupo, José María Izquierdo.
«En las grabaciones que entregó el 6 de noviembre de 2007 en el complejo policial de Canillas, sede de la UDEF, Peñas reconoce que «estábamos en una situación en la que nos compraba Correa o nos compraba otro». Incluso registra que le chantajeó diciéndole que le tenía grabado y le hiciera «una oferta» o «me llevo por delante a todo el mundo». La última conversación es del 12 de diciembre de 2007, cuando ya están al tanto la Policía y la Fiscalía. Cuatro agentes desplazados a la calle Serrano 40 siguen los pasos de Peñas y Correa hasta el hotel Fénix. Con un fondo de piano, como si se hubieran trasladado a una escena de “El Padrino”, Correa reconoce que «he hecho multimillonario» a Bárcenas. «Yo a Luis Bárcenas le he llevado… Yo… He hecho con él… Un día, vamos a sumar… Tanto aquí, tanto allí… 1.000 millones de pesetas. Yo, Paco Correa, le he llevado. A Génova y a su casa…». Este martes, en el arranque del juicio del caso Gürtel, Correa no planteará cuestiones previas. No así Miguel Durán, abogado de su mano derecha, Pablo Crespo, que pedirá la nulidad de las grabaciones como prueba», concluye la periodista.