Los majariegos visten de azul

Los majariegos visten de azul

«Hubo un tiempo (no muy lejano) en el que las derrotas eran algo positivo para este club. Jugábamos contra clubes más experimentados, con más roster y ante los que el simple hecho de aguantar el partido plantando cara ya era algo digno de celebrar. No podemos decir lo mismo del partido de este domingo. No lo decimos, ni mucho menos, por despreciar a Wildcats Majadahonda, que realizaron un partido tremendo en el que fueron muy superiores a nosotros durante casi todo el tiempo, sino porque confiábamos plenamente en nuestras posibilidades y sabíamos que podíamos ganar el partido». Así comienza la crónica de la derrota que los majariegos le infringieron en fútbol americano a los Jabatos de Tres Cantos.


16204007393_310f60497a_b«Durante el calentamiento se palpaba la tensión. Calor, bastante calor. Ejercicio suave, buena hidratación, caras de absoluta concentración. Nos íbamos entonando porque sabíamos que el auténtico esfuerzo aún estaba a unos cuantos minutos de comenzar y, como siempre, la pachorra se nos fue de las manos. La defensa planteó un partido duro de inicio y, ayudados por alguna que otra infracción del rival, manteníamos el marcador intacto. El ataque, por su parte, no terminaba de funcionar. Las ausencias en los entrenamientos se pagan y al final, la línea, ese grupo de chavales fuertotes que se tienen que conocer mejor que si durmieran juntos, no fue capaz de entenderse por falta de horas de entrenamiento juntos y por la necesidad que tuvimos de improvisar en algunas posiciones. El resultado fue terrible».

WildCats_Vs_Jabatos_FRGarcia_0320-copy-1024x681«La defensa de Wildcats nos comía vivos y no parece una exageración decir que, en toda la primera parte, Jabatos ganó unas quince yardas y sacó, como mucho, dos primeros Down. Y decimos que ganamos quince yardas porque nos movimos quince yardas adelante, que si le restas las penalizaciones y los placajes de Majadahonda en backfield, el resultado final ya asusta. Al final el pato lo pagó la defensa. Obligados a permanecer en el campo durante casi toda la primera parte, a los nuestros les tocaba pedir el cambio para coger oxígeno y ajustar posiciones y formaciones sobre la marcha. Wildcats sabía que su momento iba a llegar, era cuestión de tiempo. Y así fue. En apenas cuatro minutos, sufrimos un auténtico vendaval de juego que nos costó medio partido. David Cervera #44, Erick Chávez #20 y Aitor García #30 nos endosaban tres touchdowns prácticamente consecutivos. Solo nuestro linebacker Kinkozes #54, que bloqueó con la mano uno de ellos pudo evitar que la ventaja fuera aún mayor. Nos íbamos al descanso 20-0, tocados, pero no hundidos».

16201520014_3bf7055822_b«Wildcats marchó al vestuario con medio partido en el bolsillo, pero nosotros nos quedamos al sol, todos juntos, en la esquina del campo. Carlitos, nuestro coach de QBs tomó la palabra. No hubo reproches ni malas palabras. No estaba enfadado, estaba triste. Los últimos minutos de la primera parte nos habían hecho olvidar para qué habíamos ido a Majadahonda, por qué jugamos a esto. Estábamos allí porque nadie entiende lo que se siente cuando te pones un casco y una coraza y sales a partirte la cara al campo, salvo los que estábamos allí. Estábamos allí para divertirnos. Estábamos allí porque tenemos la suerte de jugar al mejor deporte del mundo. Y entonces algo cambió en nosotros».

16823872415_417d1c1f33_b«La defensa se apiñó. La línea de ataque habló de lo que estaba fallando por primera vez en todo el día. Las caras no eran las mismas, aunque el momento se nos volvió a ir de las manos. Los árbitros exigían que los conjuntos saltaran al campo y nosotros no habíamos ni reactivado los cuerpos por lo que el tercer cuarto fue ligeramente mejor, aunque tampoco es que salváramos los muebles. Casi al final del cuarto, Miguel de Larroque, su jugador número 87 “¡Chavales! ¡El puto 87 está solo joder!”, sí, ese #87… recibía un pase de Chávez y nos ponía el que parecía el último clavo en el ataúd. Bloqueamos el Field Goal de nuevo y nos colocamos con 26 puntos de desventaja. Cualquiera habría bajado los brazos y habría asumido que ya estaba todo el pescado vendido pero nosotros no, nosotros somos Jabatos. Si te caes, levántate y lucha».

16823889555_e242207159_b«Nuestro Qubi, Sergio Bonati #18, maestro en el arte de hacer equipo y levantar a la tropa tenía un poco de magia guardada. Carrerón por la derecha con todo Majadahonda persiguiéndole. Llegó hasta las 25 aproximadamente y ordenó la siguiente jugada. Algo falló y tocó improvisar. Arrancada por la derecha, corte hacia la izquierda, vuelta a la derecha, bloqueos tremendos por el camino y… ¡PUM! ¡Touchdown de Jabatos! Fue gracioso girarse en plena celebración y ver como nuestro Urízar #57 (alto, con coleta y perilla) gritaba ¡Sí, podemos!».

16636578630_fd4041c7da_b«Y con la convicción de que podíamos asaltamos el último cuarto. Nuestra defensa parecía estar compuesta por perros de presa. Wildcats sufría cada yarda y se veían obligados a ejecutar un largo punt que fue contestado con un bestial retorno de Lenin #33, que casi se colaba en su red zone. Un carrerón de nuestro rookie del año, Diego #32 nos hacía sumar otro touchdown y  endulzaba un poco un partido que estaba siendo duro para él, estrenando titularidad ante una gran defensa. El siguiente drive nos puso la fe y el momentum por las nubes. Presión sobre la endzone de Wildcats y sack de Lenin a Erick Chávez. 26-14.Casi 8 minutos por delante. Vaya que si se podía».

16616680777_c9770540b6_b«Y tuvimos la victoria en las manos. Pero en un deporte marcado por las pulgadas, por los detalles, la fortuna quiso ser caprichosa. Martín #23 lleva el balón desde distancia de goal. Cae sobre la línea, o detrás de la línea, o justo delante de ella. Los árbitros consideran que es 2ª y pulgadas tras haber dado touchdown inicialmente. Y entonces, la tragedia. Bonati busca a Martín para darle la pelota. Después de tres años repitiendo la misma mecánica con éxito, esta vez chocan y el balón se cae. El balón se cae y lo recupera Majadahonda. El balón se cae y Bonati se rompe un tendón del dedo y no sabemos si llegará al próximo partido contra Wildcats. El balón se cae, con él se nos caen las almas a los pies y con él se acaba el partido».

16823879625_57859483e0_b«A pesar de que el mazazo fue duro, no merecíamos ganar un partido que Wildcats había dominado casi en su totalidad. Toca relamerse las heridas, tirar de orgullo y volver al campo del entrenamiento. Estando más juntos y haciéndonos mejores seremos capaces de luchar durante cuatro cuartos como peleamos en el último cuarto el pasado domingo. Peleando de principio a fin no tenemos rival. Falta creérnoslo, demostrarlo y cumplirlo. Lo haremos, si seguimos peleando juntos, lo haremos».

Majadahonda Magazin