«Fue de agradecer luego el desparpajo de Gema Matamoros, que fue mucho más descriptiva, aunque tampoco tenía ni idea de nada. Por supuesto que Correa le regaló un bolso de Loewe de 3.000 euros y lo tenía allí mismo para enseñarlo, “pero es de tela sencilla, no de cuero, rosa y blanco, no de locura, locura, dentro de la normalidad”. Eran años en que eso era lo normal, insistió, porque “en aquella época en España era boyante hasta el fontanero”. No le pareció “desproporcionado” gastarse 16.000 euros en unas vacaciones porque con la extra de verano entre ella y su marido cobraban “exactamente el doble, 24.000”, para que se vea que sigue sin fijarse en las matemáticas. La señora Matamoros no se fijaba en nada, la verdad. Tenía a su nombre el seguro de un Range Rover que asegura no haber conducido en su vida, iba a hacer la compra en un Jaguar de su suegro sin saber de dónde había salido y le amueblaban la casa sin que se diera cuenta«. Así narra el periodista Iñigo Domínguez el relato ante la Audiencia Nacional de la esposa de Willy Ortega, ex alcalde de Majadahonda, que dejó anonadados a los corresponsales judiciales de los diferentes medios de comunicación que cubren el juicio del «caso Gurtel». MJD Magazin ofrece en exclusiva las imágenes de su declaración.

Ana Mato y Gema Matamoros se cruzan en la sala (derecha de la imagen)

EL MUNDO (Marisa Recuero): “Teníamos un nivel adquisitivo alto y la verdad es que lo fundíamos”, declara Gema Matamoros, mujer del acusado Guillermo Ortega. Tras la declaración de Ana Mato le tocó el turno a la mujer del ex alcalde de Majadahonda (Madrid), Guillermo Ortega, acusado también en este procedimiento. Gema Maramoros, encausada por el mismo motivo que la ex ministra -la Fiscalía le fijó una fianza de 45.066 euros–, se desvinculó también de los gastos de su marido. «Yo me encargaba de los colegios, la comida. Excepto una cuenta común. Una casa, con tres niños», advirtió. La sorpresa la dio cuando confesó que tenían «un nivel adquisitivo alto y la verdad es que lo fundíamos». Matamoros declaró que, entre los dos, ganaban 12.000 euros al mes, pero se cuidó de asegurar que «todo lo que tengo lo he pagado. A mí nadie me ha regalado nada. Tenía un sueldazo, trabajaba un montón y yo me lo he pagado todo», concluyó.

Gema Matamoros, ante el tribunal

EL PAIS (Fernando J. Pérez): «Tras Ana Mato, ha llegado el turno a la segunda supuesta partícipe lucrativa de la trama, Gema Matamoros, esposa de Guillermo Ortega, ex alcalde de Majadahonda (Madrid). Según la investigación, Matamoros se benefició de 45.066 euros pagados a su esposo por la trama corrupta. Matamoros, ex concejal de Educación, en la misma línea de Mato, ha afirmado que a ella nunca le han regalado nada, aunque ha reconocido que el matrimonio tenía relación de amistad con Correa y su ex esposa, Carmen Rodríguez Quijano. “Teníamos un poder adquisitivo bastante alto y podíamos permitirnos el nivel de vida que teníamos, y yo lo que compraba, lo pagaba, desconozco lo demás”.

Gema Matamoros: detrás Correa y Crespo

EL INDEPENDIENTE (Margarita Batallas): «los viajes los pagaba mi marido» (Guillermo Ortega, ex alcalde de Majadahonda). Gema Matamoros, esposa del ex alcalde de Majadahonda (Madrid), ha reconocido a los jueces que ganaba “un sueldazo” y que junto a su marido ingresaban mensualmente 12.000 euros. Y también ha afirmado que “ella se pagaba sus gastos”, aunque ha admitido que Correa le regaló un bolso de Loewe por su cumpleaños, pero “no era mucha cosa porque era de tela y no de cuero”. También ha mantenido que no hablaba de trabajo con su marido con el que sigue casad»a.

La fiscal anticorrupción durante el interrogatorio

EL PAIS (Iñigo Domínguez): «En casa Gema Matamoros solo se ocupaba del “avituallamiento”, otro de esos prodigios verbales que solo se oyen en un juicio. No sabía que pagaba Correa, porque además le hubiera parecido “una ordinariez” que le regalaran un viaje. Es más educado si te lo hacen sin decírtelo. “¿Nos vamos a Escocia? Pues a Escocia”, así lo decidían. Ella y su marido eran amigos de Correa y señora, salían a menudo juntos, pero “fuera del ámbito de trabajo”, así que aquellas veladas eran así: “Íbamos a cenar y ja, ja, ja, je, je, je”. No hablaban de nada, como ahora. Tampoco con su marido, que según contó salía a las ocho de la mañana, volvía a las diez y solo tomaban algo o veían una película. Estos matrimonios radiografiados en los juicios son desde luego muy poco comunicativos. Ni las comuniones las pagaban en comunión, Sepúlveda pasaba la factura de la de su hija a la trama Gürtel. Aunque eran “muy católicos”, subrayó Matamoros, porque Ortega se iba muchas veces de retiro espiritual con otro de los acusados, Luis de Miguel, que ya está en la cárcel condenado a 20 años por otro caso. Lo inconfesable queda en casa, y el PP si esto de hoy llega a considerarse confesión, solo sería por omisión, sin decir ni pío».

 

 

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