JORGE RUBIO. Ubicadas en el «pulmón verde» del Monte del Pilar de Majadahonda se encuentran las instalaciones del Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat, una agrupación que sin duda resulta más conocida por su acrónimo GREFA, aunque a nivel local sean prácticamente unos desconocidos. Una vez más se torna cierta aquella afirmación que señala que «nadie es profeta en su tierra», algo que lamentablemente resulta incomprensible dada la importancia y la proyección de esta institución a nivel nacional e internacional en lo que a la conservación de la fauna salvaje se refiere. Recientemente tuve el privilegio de poder visitar el corazón de GREFA con un guía de excepción: Fernando Garcés, secretario general y uno de los fundadores de la agrupación. De esta forma, lo que comenzaba como una visita protocolaria para la firma de un convenio de colaboración entre GREFA y MJD Magazin se convirtió en una experiencia única que me permitió adentrarme en el «lado salvaje» de Majadahonda.


Fernando Garcés, secretario general de GREFA

Mi periplo por GREFA comenzó por la que quizá sea la más «regia» de sus dependencias, el lugar donde habitan las águilas reales e imperiales de este centro junto a otras grandes rapaces. A través de un cristal espía se puede observar a las águilas que residen aquí tras haber sido salvadas de las garras de la muerte por los veterinarios y profesionales de GREFA. Estas aves ya no pueden volar en libertad por las graves secuelas sufridas por las distintas causas que las forzaron a debatirse entre la vida y la muerte en los quirófanos de la fauna salvaje con los que cuenta esta organización en Majadahonda. «Las causas de su llegada son diversas«, revela Fernando Garcés al relatar que muchas de ellas llegan debido a choques con tendidos eléctricos, pero también envenenadas o por disparos de cazadores furtivos o desaprensivos. «Falta educación y concienciación sobre esta materia, aunque hemos mejorado mucho en los últimos años«, señaló Garcés.

Precisamente, estas aves y otros muchos animales residentes en las instalaciones de GREFA contribuyen a concienciar y educar sobre la importancia de la conservación del medio ambiente al futuro de nuestra sociedad: los más pequeños. Durante mi visita algunos escolares se encontraban realizando un campamento urbano en el que aprenden la importancia de la conservación del medio ambiente. Un mensaje que con fortuna trasladarán a sus padres e inculcarán en sus descendientes, aliviando así en un futuro el trabajo que agrupaciones como GREFA realizan en Majadahonda y otros municipios españoles. En este sentido, Fernando Garcés revela que trabajan con colegios majariegos, pero también con otros muchos de la Comunidad de Madrid. El año pasado 9.000 alumnos participaron en estas actividades formativas poniendo de manifiesto el interés creciente por la naturaleza.

Majestuosos buitres, esquivas lechuzas y las populares cigüeñas son solo algunas de las aves que pueden verse en la visita a GREFA. Pero aunque las aves constituyen el mayor volumen de animales que llegan hasta este centro, también hay otros seres que pueden ser contemplados como reptiles, anfibios y mamíferos. Todo un elenco de especies animales que pueden observarse en el paseo más «didáctico» de estas instalaciones ubicadas en el Monte del Pilar de Majadahonda. Sin embargo, no son las únicas, ya que otro de los grandes pilares de GREFA es la cría de especies animales amenazadas para su reintroducción en ecosistemas donde se encuentran en peligro. Uno de estos planes, y que está próximo a su conclusión es el del águila de Bonelli o perdicera, gracias al cual esta amenazada rapaz ha recuperado parte de sus poblaciones. Pero también trabajan con ese mismo objetivo con el galápago europeo, el buitre negro y los cernícalos primilla entre otros.

El tiempo vuela en mi visita y Fernando Garcés, haciendo gala de una oratoria que solo aquellos que aman lo que hacen saben desplegar, prosigue ilustrando el recorrido. A medida que caminamos, llegamos hasta una pequeña edificación en la que un grupo de voluntarios atienden a centenares de aves que han llegado hasta GREFA en las últimas semanas. Se trata de los polluelos de vencejo, que en su busca por mitigar las altas temperaturas se precipitan de sus nidos y caen al suelo. Son precisamente los vecinos de Majadahonda y de las localidades cercanas los que los traen hasta GREFA. «Antes nos llamaban para que fuésemos a por ellos», señala Garcés, al tiempo que pone de manifiesto que el hecho importante de que sean los propios vecinos los que ahora los traigan. Un afán por ayudar que sin embargo, a veces causa el efecto contrario.

«En ocasiones nos traen crías de corzo que creen que están abandonados. El problema es que estas crías no lo están, únicamente se encuentran «encamadas» a la espera que regrese su madre. No hay maldad en la acción de recogerlos, pero sí una ignorancia que debemos combatir«, relata Fernando Garcés mientras llegamos al centro donde se prepara a los animales para que regresen a su hábitat, un lugar donde la interacción con los seres humanos es mínima y prácticamente inexistente, ya que cuanto menor contacto tengan con cualquier persona, más garantías de supervivencia tendrán. Es precisamente en esta zona donde se encuentran numerosos animales a la espera de ser liberados, algunos criados en cautividad, pero otros que han sido salvados en el hospital de fauna salvaje de GREFA.

Estas instalaciones pueden ser consideradas como la joya de la corona, ya que son prácticamente únicas en España. Un servicio que llevan veterinarios profesionales y que son los encargados de salvar a los animales que llegan hasta ellos. Un espacio muy restringido que pude observar con el detenimiento y atención que merecen, ya que su labor es sin duda digna de elogio y admiración. Pese a las diferencias que puedan existir con los hospitales de las personas, GREFA dispone de quirófanos, UCI y todo el material necesario para que los animales reciban los tratamientos pertinentes y necesarios. Como es natural, no todos los animales que llegan pueden ser salvados, pero los que sobreviven tienen dos destinos: regresar al mundo natural o si están mutilados, ser «profesores» accidentales de los escolares que llegan a GREFA.

¿Y cómo es posible el proyecto de GREFA? Pues es complicado tal y como pude aprender durante esta visita. Una parte importante son los patrocinios y los programas de ayuda que financian gran parte de los trabajos realizados en este complejo de Majadahonda. También los talleres y visitas escolares dejan su granito de arena, así como las ventas de la «Ecotienda» que se encuentra a la entrada. Sin embargo, una de las iniciativas más llamativas y destacadas, no tanto por su cuantía, es la posibilidad de apadrinar un ave. El «padrino» tiene la opción de escoger un ave en cuestión y poder liberarla cuando sea posible, aunque también puede hacerlo con algunos de los animales que por diversas cuestiones no pueden regresar a la naturaleza. Tras ser informado de estas cuestiones, dimos por finalizado el recorrido y se procedió a la firma del convenio de colaboración entre GREFA y MJD Magazin tal y como queda ilustrado en las fotografías.

«¿Qué es GREFA? Desde su creación en 1981, esta ONG ha atendido a más de 60.000 animales en su Hospital de Fauna Salvaje, radicado en Majadahonda (Madrid) y considerado el más grande y de más actividad de Europa en su especialidad. En todo ese tiempo, GREFA se ha consolidado también como referencia internacional gracias a sus proyectos destinados a la generación de biodiversidad, con especial atención a la fauna autóctona con más problemas de conservación, a través de un extenso catálogo de acciones, como cría en cautividad, reintroducción o reforzamiento de poblaciones silvestres, seguimiento vía satélite y vigilancia de nidos. Su labor ha sido reconocida por la concesión de dos de los premios sobre medio ambiente más prestigiosos de Europa, el de la Fundación BBVA a la Conservación de la Biodiversidad (2016) y el Fondena (2015)«, concluye el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat.

 

Majadahonda Magazin