Estudio-del-escritor-en-la-parte-posterior-de-la-casaALBERTO MÉNDEZ CASTELLÓ. Un doctor madrileño, Carlos Gutiérrez Zabaleta, fue médico del Ejército Republicano durante la Guerra Civil Española, alcanzó el grado de comandante, el mismo que otro médico en aquella contienda, el doctor José Luis Herrera Sotolongo, el médico de Hemingway en La Habana. Con sólo 16 años, José Antonio, hijo del comandante médico Gutiérrez Zabaleta, murió en la Batalla de Majadahonda, bien conocida por Hemingway. Otro hijo del doctor Gutiérrez, Carlos, murió en La Habana el 13 de marzo de 1957, comandando el ataque al Palacio Presidencial, tratando de eliminar la dictadura de Fulgencio Batista. Pero antes del 13 de marzo, Carlos había estado donde Hemingway: con las tropas francesas y más tarde con las estadounidenses que luchaban contra la Alemania nazi.


Piscina-Aqui-escribi-Las-nieves-del-Kilimanjaro-decia-HemingwayLa odisea de esta familia española a la vista de Hemingway la completaría Eloy. Hemingway no alcanzaría a ver el juicio y posterior encarcelamiento del menor de los hermanos Gutiérrez Menoyo, pero sí cómo el compañero de su fusilado compatriota William Morgan debió huir a Estados Unidos en el mismo 1959, para no ir al paredón de fusilamiento como había ido el de Ohio. Hemingway, hacedor de seres de ficción a quienes uno recuerda como personas de carne y hueso, desatada en Cuba esta cadena de desapariciones, muertes, encarcelamientos y necesidad de huir de personas que de amigos, de buenas a primeras se tornaban enemigos, debió interpretarlo como lo que él de sobras conocía: la eclosión de una dictadura.

Gato-hemingwayano-en-la-cama-del-escritorNo. Hemingway y Fidel Castro nunca fueron amigos. En un artículo publicado en la revista “Holiday”, en julio de 1949, el propio Hemingway dijo quiénes eran sus amigos cubanos: “Revendedores de lotería a quiénes conozco desde hace tiempo, policías que me han devuelto con favores los pescados que les he regalado, patrones de botes de remos que han perdido la ganancia de un día sentados conmigo en el juego del frontón, y conocidos que pasan en automóvil por el puerto y el malecón y me saludan con la mano y les devuelvo el saludo aun cuando no puedo reconocerlos por la distancia.” Por decirlo de una forma hemingweyana, son palabras de julio destruyendo una imagen de mayo.

Alberto Méndez Castelló (Puerto Padre, Oriente, Cuba 1956): «Licenciado en Derecho y en Ciencias Penales, graduado de nivel superior en Dirección Operativa. Aunque oficial del Ministerio del Interior desde muy joven, incongruencias profesionales con su pensamiento ético le hicieron abandonar por decisión propia esa institución en 1989 para dedicarse a la agricultura, la literatura y el periodismo. Nominado al Premio de Novela “Plaza Mayor 2003” en San Juan Puerto Rico, y al Internacional de Cuentos “ Max Aub 2006” en Valencia, España».

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