MANU RAMOS. Jorge de Frutos ha marcado el primer gol «segoviano» en Primera División del siglo XXI y el anterior tanto de un jugador nacido en la provincia en la máxima categoría del fútbol español fue el conseguido por Benito Sánchez en 1991 con el Castellón. Este hecho ha sido resaltado por la prensa deportiva, que ha recordado como Jorge de Frutos se formó en las canteras del Sepúlveda y del Cantalejo antes de fichar por el Rayo Majadahonda. Las dos temporadas que estuvo en el conjunto majariego le dieron la oportunidad de debutar en Segunda División B (y conseguir el ascenso a Segunda A). El Real Madrid se fijó entonces en el joven extremo segoviano y por 100.000 euros se lo llevó a sus filas. Se incorporó a las filas del Real Madrid Castilla y tras varias cesiones en el Real Valladolid (equipo con el que debutó en Primera División) y Rayo Vallecano, llegó el pasado verano al Levante. Ahora ha triunfado ocupando la plaza como titular del mítico Morales y ha concedido esta entrevista al diario «Las Provincias», donde habla de Antonio Iriondo y del Rayo Majadahonda:


«Tala», Héctor, Acho y Jorge de Frutos en su época de Juvenil con Iriondo en la grada de La Oliva

Antonio Iriondo era responsable de formación del Rayo Majadahonda en 2015, cuando realizó una prueba que le permitió acceder al juvenil. ¿Fue clave? –Cuando hablo con él, le digo que estoy aquí también gracias a él. En Majadahonda estuve mi año de juvenil y luego, cuando subí al primer equipo en Segunda B, estaba Antonio Iriondo de entrenador. El primer año no jugué prácticamente nada, pero me quedé y Antonio me enseñó muchísimas cosas. Yo no tenía ninguna base de haber jugado de pequeño ni nada. Y el segundo año ya jugué prácticamente todo con él de entrenador y conseguimos ese ascenso a Segunda, que fue histórico para Majadahonda.

Iriondo dice que, durante aquella prueba de acceso al juvenil, su actuación fue deficiente, pero vio algo especial en usted. –Yo venía de jugar en Cantalejo y Sepúlveda, que son unos pueblos cercanos al mío, y allí entrenábamos los viernes. Pero no hacíamos nada de táctica ni de técnica ni nada. Y cuando llego a Majadahonda a hacer las pruebas, yo tenía lo justo para jugar. Me gustaba mucho el fútbol y llevaba toda la vida jugando, pero yo no tenía toda esa base que la mayoría de chicos de las ciudades grandes sí tienen. Y cuando llegué a Majadahonda, lo notaba bastante. ¿Pero había competido antes? –Sí, estábamos federados. Jugábamos en la provincia de Segovia con equipos de pueblos y de Segovia capital, pero no llegábamos a entrenar porque la gente era de pueblos diferentes y no nos podían llevar a todos a entrenar entre semana. Era jugar el fin de semana para pasar el rato. He tenido la suerte de llegar a donde estoy. Al final estoy muy contento de la progresión que he tenido.

Tras su paso por Majadahonda, su salto al fútbol profesional ha resultado vertiginoso. –Ha sido todo muy rápido. Empecé tarde a jugar al fútbol y cuando me llamó el Real Madrid no me lo creía. Jugué un año en el Castilla y luego pude ir al Valladolid a jugar en Primera. Es todo tan rápido que no lo asimilas. Hace cinco o seis años no me podía imaginar que fuera a llegar hasta aquí. Su pueblo, Navares de Enmedio, está de enhorabuena. –Es un pueblo muy pequeño, no llega a los cien habitantes. Cuando yo era pequeño jugaba allí con mi hermano y tres chicos más que estábamos. Jugábamos al fútbol como podíamos. He tenido la suerte de poder llegar a Primera División, que para mi es un sueño, y llevar el nombre de mi pueblo y de Segovia. Estoy muy orgulloso. ¿Qué le dicen en su pueblo? –Están muy orgullosos de mí. Y yo, orgulloso de ser mi pueblo. No puedo frecuentarlo. Pero como mis padres tiene allí un bar, la gente que va y me conoce les dice a mis padres que me den recuerdos y que me ven por la tele. Son cosas que se te van quedando.

Majadahonda Magazin