Mercedes Rodríguez (al fondo y casi irreconocible) con el alcalde de Majadahonda en la Delegación del Gobierno (Foto oficial de los socialistas)

J. FEDERICO MTNEZ. Mercedes Rodríguez tiene el «aura» de las triunfadoras en política, se huele. Ese olfato se adquiere tras 25 años acudiendo todos los días a las sesiones del Congreso y no se pierde nunca. Fresca, con desparpajo, valiente y deslenguada, no se arredra. Y lúcida: admite que el PSOE no tiene un problema de caras (candidatos) sino de proyecto. Muchos también lo percibimos: no hay tren a Extremadura pero anuncia la llegada de España a la luna en 2050. Al triste Gabilondo le pasó lo mismo que a Séneca: nombrado gobernante por un joven Nerón todavía adolescente, nunca Roma tuvo mejor gestor ni mayor intelectual en el Gobierno, según los historiadores Tácito y Suetonio. Pero era tan austero, justo y exigente que quiso cerrar el Circo Romano y acabar con los inhumanos juegos que se habían convertido en «puro asesinato». Ahí se acuñó el famoso «pan y circo».


J. Federico Mtnez

Los adversarios de Séneca, que vieron el filón, se abonaron a la demagogia, lo acusaron de «hipócrita» por vivir como un tribuno y acumular riquezas, adularon al pueblo y el final es conocido: Nerón se hizo mayor y cuando un imberbe toma el poder las atrocidades son cuestión de tiempo: a Séneca lo mandaron «suicidar», cuyo eufemismo hoy sería la dimisión. Dice Mercedes Rodríguez que a la ciudadanía que pasaba por la calle no le ha llegado el mensaje de los socialistas. Yo creo todo lo contrario: le llegó nítido y cristalino, como en los tiempos de Nerón y Séneca. Lo que llegó es el espejismo de que unos querían cerrar los bares, estadios, restaurantes, parques… y otros abrirlos. Mensaje falaz pero como recitaba Shakespeare, así es si así os parece. Y mientras los socialistas guardaban silencio y apelaban al rigor mortis, los populares vieron el filón: «libertad, libertad, libertad». Pablo Iglesias puso todo lo demás hasta su autodemolición.


A la delegada no le gustó el titular de «El País» pero la entrevista fue magistral

Con toda la modestia y humildad que exige el siempre prematuro análisis de actualidad, creo que yerra Mercedes Rodríguez en sus sonadas declaraciones al diario El País porque no distingue entre lo que ocurre en la calle y lo que quiere que ocurra. La política no es una cátedra sino un caleidoscopio de sentimientos, sensaciones y realidades. Una vez Zapatero le preguntó a Clinton que podía hacer para evitar la derrota: «Apóyese en la sociedad civil, ellos le llevarán de nuevo al poder», fue su consejo ante la inevitable debacle. Los socialistas creen que es mejor apoyarse en el PP. Y proclaman que quien mejor informa de los problemas del municipio de Majadahonda es su fotogénico alcalde y no los medios de comunicación locales ni las redes sociales. Así se explica que 100.000 votantes socialistas respaldaran en las urnas a Isabel Ayuso, la «bestia negra» del izquierdismo más ortodoxo y clásico. Y estaban encabezados por un expresidente del PSOE y un dirigente de UGT. Ese segundo tamayazo tan vocacional fue la antesala de la sorpresa electoral.

La Delegada del Gobierno, Mercedes Rodríguez, agradece el alcalde su saber sobre las «inquietudes y problemas» de Majadahonda, así como sobre «la situación de la ciudad»

Los periodistas ya hemos realizado nuestra purga analógica y tomamos a diario aceite de ricino digital para desayunar, pero me temo que mujeres tan brillantes y bienintencionadas como Mercedes Rodríguez llevan el mismo camino de Séneca: de derrota en derrota hasta la victoria final porque cree que si la situación del PSOE no puede ser peor, todo tiene que mejorar. La vida, sin embargo, le enseñará que todo puede ser «manifiestamente empeorable«. Sostiene que había muchas «ganas de alegría» pero se percibía quizás no tan engañosamente que unos querían cerrar y otros abrir. Una campaña tan mal hecha como la de Gabilondo (el eslogan «Hazlo Madrid» ¿era un sudoku o una sentencia metafísica?) fue tan pésima como la foto de su encuentro municipal con el alcalde de Majadahonda. La bandera de la libertad y su eterno espejismo cambió de manos pero ellos estaban con el feminismo, el lenguaje inclusivo (el mismo que acaba de suprimirse en Francia por sus «defectos colaterales») y la conciliación laboral… pública, por supuesto, en la privada eso no existe, como desaparecieron hace tantos años tantas cosas…

Los socialistas votaron a favor de la continuidad de la revista municipal que recoge la «realidad virtual» de la ciudad con la puesta en escena de su fotogénico alcalde

Mercedes Rodríguez ve a la «gente agresiva e irascible» tras el Covid. Son sobre todo los efectos de la crisis y el paro. Yo la percibo más exigente hacia los políticos y representantes que se supone que representan, como los actores. Lo que es ordinario y cotidiano en la Europa civilizada (la serie de TV «Borgen» es muy recomendable) aquí nos lo venden como si fuera apocalíptico. Ser o no ser es siempre el dilema y por eso el etílico Miguel Angel Rodríguez prefiere ser y se rodea de los mejores publicistas españoles para hacer su campaña (220 millones gastó la Comunidad de Madrid en estos intermediarios que son las agencias de publicidad). El PSOE prefiere no ser y se apoya en un Estado que dilapida 1.000 millones anuales en RTVE, porque de las autonómicas, provinciales y locales mejor ni hablar. O del Senado, las Autonomías y las Diputaciones, esas que Ciudadanos, Podemos, Vox y hasta Rubalcaba decían que iban a suprimir para ahorrar gasto público y cobrar menos impuestos. Y ya en la apoteosis de la ceguera, Mercedes Rodríguez apela al alcalde de Majadahonda como la mejor fuente para informarse de los problemas de la ciudad. Ver para creer. Fue la prensa independiente espoleando a la opinión pública la que llevó en volandas a Felipe González en 1982 a una mayoría que jamás los socialistas volvieron a ver ni a soñar. Esa habilidad tuvo para generar complicidades entre los periodistas. Hoy, sin embargo, todo ha cambiado: los jóvenes socialistas prefieren informarse por la revista municipal.

 

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