Laura Zamborain ©

AGENCIA EFE. El calor ha sido la nota predominante de la XXVII edición de la prueba cicloturista internacional Quebrantahuesos, que tiene su salida y llegada en Sabiñánigo (Huesca), donde el madrileño de Majadahonda Carlos Caravias ha cruzado el primero la línea de meta tras recorrer sus 200 kilómetros. La prueba, que no tiene carácter competitivo, se ha celebrado sin incidencias destacadas hasta el momento aunque no será hasta las 20.00 horas cuando se cierre el control de llegada desde las 7.30 que se ha iniciado la marcha. En la línea de salida, en la que han estado presentes exciclistas profesionales, y deportistas de otras disciplinas, han participado 8.500 cicloturistas de prácticamente todas las Comunidades Autónomas además de más de veinte nacionalidades. Tras completar los puertos de Somport, Marie Blanque, Portalet y Hoz de Jaca, que forman parte del recorrido de la prueba, ha sido el majariego Carlos Caravias el primero en cruzar la línea de meta en un tiempo de 5 horas y 41 minutos. En la otra prueba paralela, la Treparriscos, de 85 kilómetros y con una participación de 2.300 corredores, el primero en llegar ha sido el valenciano Alejandro Verdejo.


Las imágenes de la prueba ciclista más dura de España que ganó Caravias (Majadahonda)

Sport Huesca: La presente edición de la Quebrantahuesos se ha visto marcada por el fuerte calor que los ciclistas se han encontrado en determinadas partes del recorrido. Pese a las habituales caídas en un pelotón tan numeroso no hay que reseñar casos que revistan gravedad. Carlos Caravias ha sido el primero en cruzar la línea de meta. Amaia Urkidi ha hecho lo propio en féminas. La ola de calor que durante esta semana se ha instalado entre nosotros se ha hecho notar a lo largo del largo recorrido de la Quebrantahuesos. Sin duda ha sido el protagonista del día, el factor más ampliamente comentado por todos los participantes y el condicionante principal en el tiempo que los ciclistas marcaban en la meta de Sabiñánigo. De mañanas la temperatura era agradable en la capital del Alto Gállego, sinónimo de lo que más tarde podría ocurrir. Y así fue. El alto ritmo imprimido en el amplio grupo cabecero se mantuvo hasta las primeras estribaciones del Somport. El primer puerto de la QH sirvió para estirar a los miles de participantes, tanto en el ascenso como en su interminable descenso francés. Tras este primer contacto con la montaña era la hora de la sauna, la hora de probar el empinado Marie Blanque en un día de calor. Para quien no lo haya probado viene a ser como hacer spinning en el Amazonas, calor, humedad y nada, absolutamente nada de aire. Todo esto con cuatro kilómetros que no bajan del 10%.

El Portalet, temido por su infinita ascensión, dio afortunadamente un respiro en lo que respecta a la temperatura. Ligero flujo de norte que empujaba a los ciclistas hacia los casi 1.800 metros de su cima. La estampa no podía ser más bella, una constante peregrinación de ciclistas buscando alcanzar el techo de la Quebrantahuesos. Tras el rey de la prueba, la Qh se adentró de nuevo en teritorio español, con la consiguiente subida de temperaturas a los poco kilómetros de dejar el paso fronterizo. Este hecho se hizo realmente palpable tras el paso por Escarrilla, justo antes de emprender la corta pero siempre incómoda ascensión a Hoz. De ahí a meta era como pasear en bici por el mismísimo infierno. En esa meta de Sabiñánigo se presentó en solitario Carlos Caravias, parando el crono en un espectacular 5h 40′ 49″. Poco después entraría Javier Cherro, completando el podium Raúl Portillo, los tres en un estrecho margen inferior a los dos minutos y medio. En categoría femenina la victoria correspondió a la vasca Amaia Urkidi con un crono de 6h 22′ 17″, seguida de Mónika Daza y Patricia López.

Majadahonda Magazin