«Juan, 35 años, vecino de Majadahonda, iba con su coche por el polígono Prado Overa, en Leganés, a eso de las 11:30 de la mañana de un martes. “Ponen bastante controles entre semana, de drogas y alcohol, documentación, etc”, cuenta a este periódico por teléfono, “yo por precaución jamás he conducido bajo los efectos de un porro”. Ese martes lo pararon justo cuando volvía a la oficina de hacer una gestión. Juan se había fumado un porro de hachís, como todos los días, la noche anterior. Dio positivo«. El periodista Pedro Cifuentes analiza en El Español el creciente aumento de las sanciones de tráfico a conductores que dan positivo en drogas por tener restos de hachís en sangre aunque sus efectos se hayan disipado a la hora de realizar los análisis. Y para ello lo ilustra con un caso de este conductor de Majadahonda cuya historia es la siguiente: «Yo fumaba poquísimo, uno o dos por la tarde como mucho, uno al llegar de trabajar y otro antes de acostarme; le echaba siempre poquísimo, la mitad o un tercio que mis amigos: era más psicológico que otra cosa». No iba ‘fumado’, pero el control le costó una multa fuerte y seis puntos del carnet de conducir: un mes después del ‘drogotest’ le llegó la confirmación positiva del contraanálisis por “resto de droga en el organismo”: decidió pagar 500 euros (la mitad de la multa, por pronto pago), perder los seis puntos “y dejarlo ahí”. “Hablé con los abogados de la aseguradoras Mapfre y MMT, y me dijeron que no tenía mucho que ganar por recurrir. Que me recomendaban pagar y no complicarme la vida”.


En una situación similar pueden verse sorprendidos cerca de un millón de personas que fuman a diario marihuana o hachís en todas España según los datos del Ministerio de Sanidad. «Decenas de miles son enfermos (generalmente de cáncer), que la consumen de diversas maneras por sus propiedades terapéuticas. El resto lo hace sencillamente por placer, relajación o para huir de sus problemas: un 7% de los conductores analizados al azar en las carreteras españolas dan positivo en cannabis«, detalla Pedro Cifuentes. Por otro lado, señala que «la Dirección General de Tráfico (DGT), dependiente del Ministerio del Interior, ha decidido pisar el acelerador en la lucha contra los conductores drogados, y en el caso específico del cannabis su política viene generando quejas y denuncias ante la Justicia. El organismo anunció este año su firme intención de aumentar (y mejorar) los controles de estupefacientes en las carreteras españolas: “Queremos un aumento espectacular, para que aquellas persona que conduzcan bajo los efectos de las drogas lo tengan ciertamente complicado para poder zafarse de este asunto. Quiero pasar de 75.000 tests este año a 750.000”, afirmó ante la prensa su responsable, Gregorio Serrano. Los controles de sustancias psicotrópicas a los conductores en cualquier horario del día han dejado de ser un mito urbano de este siglo», concluye el periodista.

Fuente: El Español

Majadahonda Magazin