MANU RAMOS. «Entre los siglos XIII y XIV se asentaron unos segovianos, cristianos viejos, que construyeron una humilde y sencilla iglesia junto a una antigua torre árabe de vigilancia (levantada entre el 852 al 866 por el Emir Muhammad de Córdoba) que se utilizaba para las comunicaciones entre las comarcas que allí había. A la iglesia la pusieron bajo la advocación de Santa Catalina Mártir y Virgen. En época de los Reyes Católicos ya se hace referencia a la iglesia y en la de Felipe II se dice lo que sigue: “No hay más que una iglesia es de Santa Catalina el lugar es anejo al curazgo de Pozuelo… se tiene por voto ayunar la víspera de San Sebastián y no comer carne, y así mismo tienen voto de no comer carne y ayunar la víspera de la señora Santa Catalina, y de guardar, el día en que cae, lo cual dicen que votaron sus pasados por la pestilencia…”. Así comienza un texto poco conocido que bajo el título de «Santa Catalina Mártir: Historia de nuestra parroquia», la Archidiócesis de Madrid ha publicado en su página web. La reciente conmemoración de la Fiesta de la ciudad este sábado 25 de noviembre (2023) es una buena ocasión para recordarlo.
SIGLO XVI: “En el año 1569, el papa San Pío V, extendió el rezo del rosario a toda la Iglesia instituyendo la fiesta de Nuestra Señora de la Victoria, después fiesta de la Virgen del Rosario, a la que los majariegos se sumaron. Y antes de que finalizara el siglo tenían ya constituida una cofradía que nos ha llegado a nuestros días con el nombre de Hermandad de Nuestra Señora del Rosario (popularmente conocida por las viejas). Celebran su fiesta el 7 de octubre. Un informe eclesial de 1671 ya califica el templo de muy antiguo aunque en 1601 se le habían realizado algunas reparaciones. A la iglesia se la describe en algunos escritos de la siguiente forma: «adosada a un torreón de vigilancia una pequeña iglesia de tres naves separadas por pilares que sustentan arcos apuntados. La cubierta, de teja a dos aguas, sobre entramado de madera. La capilla mayor, donde el hidalgo Gómez de Haro, probablemente se encontrara en un ábside». Un documento de 1670 nos dice lo siguiente: “a la parte de oriente en la capilla mayor donde está el arco antiguo”. Este arco marcaría la transición entre el cuerpo principal y el hipotético ábside donde estaría la capilla mayor”.
SIGLO XVII: “La primera reforma importante de la que tenemos constancia documental tuvo lugar a finales del siglo XVII. El encargado de realizar la obra fue D. Santiago Sopeña vecino de Alcalá de Henares. Se realizaron diversas reparaciones en los muros, cubierta, capilla mayor, etc. Pero lo verdaderamente importante consistió en el derribo del viejo torreón y en la construcción de una torre campanario, prácticamente la misma que ha llegado hasta nuestros días. Las gestiones ante el Obispado de Toledo se debieron iniciar en 1670 y las obras estaban terminadas en 1688 cuando Eugenio Montero y Leandro Morales, alcaldes ordinarios de Majadahonda, realizaron el último pago de obras al alcalaíno. En el siglo XVII se constituye la cofradía del Santísimo Cristo de los Remedios, en agradecimiento a los grandes favores recibidos del Santísimo Cristo. Los labradores solicitaban permiso para vender las hojas de las viñas a beneficio de su culto y en la primera mitad del siglo se construye una ermita en su honor (que se mantiene en el mismo lugar en la actualidad). La cofradía se ha convertido en hermandad, en nuestros días con el nombre de Hermandad del Santísimo Cristo de los Remedios y virgen de la Soledad. Sus estatutos se tomaron de los del siglo XVII y se adaptaron al nuevo código de derecho canónico a finales del siglo XX”.
SIGLOS XVIII Y XIX: “En 1726, D. Pedro Hernández, maestro de obras presentó el proyecto y las condiciones en las que había de realizarse la reforma en la iglesia parroquial. Se trataba de la construcción de un nuevo presbiterio de planta octogonal, que amplía el edificio y viene a sustituir la antigua capilla mayor, adosado al preexistente cuerpo de tres naves. Las obras las realizará Nicolás Díaz, maestro albañil, vecino de Villaluenga. Se comenzaron muy pronto pues en 1727 ya se estaban realizando. Se terminan en 1731. Además, unos años después, se construye una sacristía con un cuarto anejo y una barbacana para proteger el edificio dada la pendiente que existe en el lugar en el que está emplazada la iglesia. El 30 de abril de 1731 la iglesia de Santa Catalina Virgen y Mártir es desmembrada de la parroquia de Pozuelo de la Asunción de Nuestra Señora y es erigida como parroquia de Santa Catalina Virgen y Mártir de Majadahonda”. SIGLO XIX: “Gracias a unos planos de 1870, podemos contemplar la planta del templo en su totalidad, muy similar a la actual. Es un edificio de planta rectangular de 33x14x20m de alto en el campanario. En el interior tres naves separadas por pilares sobre los que descansan arcos apuntados, el campanario del siglo XVII y el presbiterio del siglo XVIII.
SIGLO XX: “En España, en 1931, se proclama la segunda república y comienzan unos tiempos difíciles para las comunidades cristianas en los distintos lugares de nuestra geografía. Una parte del ejército se subleva en julio de 1936. Al poco tiempo sale de Santa Catalina el párroco D. Pablo Mª Herranz y, unos días después, un grupo de gente entra en la iglesia. Se apropian de todas las imágenes, objetos sagrados y de los bancos. Transportan todo hasta el huerto de Martinico (en la carretera de Villanueva del Pardillo) y allí lo queman. Mientras arden las imágenes el grupo grita: “mira como arden los Señores”. En la plaza de la Iglesia ha quedado el Divino Niño que salía en la procesión del Encuentro el domingo de resurrección. Una persona lo lleva a patadas por la plaza diciendo: “mira como corre Cristo Rey”. Las campanas (a excepción de una) son tiradas del campanario y trasladadas para fundir. La «campana superviviente» desaparecerá después del bombardeo de la batalla de Brunete. El pueblo es arrasado y la iglesia sufre graves desperfectos, se hunde el techo de la nave y varios obuses destruyen parte de la cúpula del presbiterio”.
“Cuando terminó la guerra de 1936, la Dirección General de Regiones Devastadas acometió la reconstrucción y restauración de Majadahonda y de la parroquia. Los arquitectos decidieron conservar los muros que quedaban de la iglesia. Sobre las ruinas construyeron el templo que conocemos siendo muy parecido al anterior a la guerra. La reconstrucción se redujo a dar mayor altura al edificio, elevando su cubierta, estilizando el capitel y la linterna, dando mayor altura a la torre. El primer proyecto e informe de restauración se realiza en 1940 por el arquitecto D. Víctor Calvo Martínez de Azcoitia. El segundo en 1944 por D. Juan Armado González de la Puente y el tercero en 1949 por D. Félix Ugalde Rodrigo quien termina las obras entre los años 1953-54. El 8 de diciembre de 1954 se pronuncia la oración el alcalde del pueblo, en ese momento D. Julio Labrandero Descalzo, en la consagración de Majadahonda al inmaculado corazón de María, y que comienza así: «Este pueblo castellano de Majadahonda, regado con el sudor de nuestros hombres fieles en su cotidiano trabajo y ungido con la piedad cristiana de nuestras mujeres, viene a cumplir hoy un deber de amor y gratitud».
SIGLO XX Y XXI: Es en esta época (1970), cuando deja de salir la procesión del Corpus y en la Iglesia se sitúan los tres retablos para sustituir a los que se colocaron después de la guerra que eran de menor calidad, ocupaban los laterales las imágenes de Nuestra Señora del Rosario y la Soledad. En la iglesia estaban también las imágenes de la Virgen de Fátima, y los Sagrados Corazones (ubicados a ambos lados del retablo mayor). En las hornacinas San José y Santa Catalina, San Isidro labrador, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, la Inmaculada Concepción y Santa Teresita de Lisieux. El año 1978 será el último que la iglesia de Santa Catalina esté sola en el pueblo de Majadahonda. Es en este año cuando se inaugura la parroquia de San Cristóbal situada en el kilómetro 4 de la carretera de Majadahonda a Pozuelo. Encargada a los sacerdotes operarios diocesanos cambian el nombre de la misma cuando beatifican a su fundador. Desde entonces el templo se llama parroquia del Beato Manuel Domingo y Sol. En el verano de 2021 se repararon diversos desperfectos y se restauró la pintura del templo”, finaliza el texto de la Archidiócesis de Madrid.
Párrocos de Santa Catalina
En 1938, el Obispado, a pesar de no haber terminado la guerra, envió el primer párroco de la nueva época. Desde entonces, estos han sido los párrocos de Santa Catalina:
D. Gregorio Viñuelas Gamo (1938-1940)
D. Alejandro Merino Aragón (1940-1941)
D. Cayo Iruzubieta Anguiano (1941-1943)
D. Ángel Sardina Sanz (1943-1952)
D. Faustino Botello Fernández (1952-1955)
D. Florentino García Muñoz (1955-58)
D. Pablo Alobera de Rio ( 1958-78)
D. José María Díaz (1978)
D. Baldomero Rodríguez Moreno (1978-2010)
D. Juan Francisco Pérez Ruano (desde 2010)