JORGE RUBIO. La Guardia Civil organizó un exitoso acto en el Ayuntamiento de Majadahonda con objeto de concienciar a la población del riesgo del nuevo tipo de atentados terroristas e instruir en un manual básico sobre como actuar ante una contingencia de este tipo. Y no hablaba a humo de pajas: si el pasado 18 de diciembre era detenido en Majadahonda el joven Boubkar El Aiz El Attar, tres años antes salía de prisión y era expulsado de España Rafá Zouhrier, otro hispano marroquí que tiene el dudoso honor de ser el primer yihadista de Majadahonda. Zouhrier fue condenado por su participación en el 11-M tras quedar acreditado que era el intermediario entre la célula islamista que perpetró los atentados y el ex minero Suárez Trashorras, un tipo de vida disipada entre los bajos fondos asturianos que facilitó los explosivos a los terroristas a cambio de dinero. Rafá Zouhrier cumplió 10 años íntegros por estos delitos, se casó en prisión con Paloma Álvarez, madrileña, profesora de informática y cuando terminó su condena el Ministerio del Interior lo expulsó de España a Marruecos.


Se casó en prisión con Paloma Álvarez

El periodista Luis Repiso se hizo eco en el diario 20 Minutos de las declaraciones de un amigo de la infancia de Rafá Zouhrier en las que relata sus peripecias de adolescente en Majadahonda. «Humilde, sencillo, majete… Así era Rafá Zouhrier cuando, a los 13 años de edad, llegó a la madrileña localidad de Majadahonda, hace ahora once años. O por lo menos así lo define su antiguo amigo, vecino de la zona. Cuando Zouhrier llegó a España con sus padres, procedente de Casablanca (Marruecos), su primer destino fue la macrofrutería majariega de «Labrandero». Recién llegado a un nuevo país, Zouhrier comenzó a ganarse la vida en este comercio organizando los carros de la compra. El joven extrovertido, humilde y sencillo se hizo un habitual del gimnasio ‘Esus’ donde, según los vecinos majariegos consultados, «se juntaban los malos del pueblo«. Estas nuevas amistades le permitieron aumentar el escalafón de sus, hasta ahora, pequeños trapicheos con el narcotráfico. Incluso, comenzó a hacer sus primeros pinitos en la venta de armas. «Vendía porras desplegables, pero le pilló la Policía y le multaron, le tenían muy fichado en el pueblo«, recuerda su antiguo amigo», relata Repiso.

«En este momento, muchos de los que hasta ese momento habían sido sus amigos, comenzaron a alejarse de él. «Yo le saludaba y poco más», afirma su viejo colega. A partir de ese momento, el joven humilde y sencillo que todos conocían se volvió «fardón, sólo quería aparentar«. Su único tema de conversación eran las fiestas, las drogas… Su cuerpo cambió, sus músculos se hincharon, y sus sanos hábitos se sustituyeron por el excesivo consumo de cocaína y de cápsulas. Zouhier tenía 20 años, momento en el que empieza a atracar camellos «a hostia limpia» y a traficar con armas. Su declaración de que pertenecía a Al Qaeda se produjo, precisamente, en este momento. Sin embargo, las sorpresas con Rafá no quedaron ahí. En una de las últimas ocasiones en las que el viejo colega le vio por última vez, Zouhier hizo su última confesión. «Me dijo que había hablado con la poli por un tema de explosivos», concluye el relato de Luis Repisto.

Desde la web Nodo50 se ha ahondado en los antecedentes delictivos de Zouhier en Majadahonda y su oscura relación como informador de la Guardia Civil. «Tras ser detenido en Majadahonda por robar un vehículo el 2 de agosto de 1998, Rafá Zouhier fue detenido nuevamente el 19 de setiembre de 2001 en Pola de Lena, Asturias, durante la intervención policial conocida como ”Operación Merlín”. Acusado del robo de una joyería en Parque Principado, cerca de Oviedo, fue juzgado, condenado y, en octubre, ingresado en la cárcel de Villabona, donde permaneció hasta cumplir su pena en enero de 2002. Es a partir de este episodio en el que participó de mutuo acuerdo con la policía, que Zouhier conseguiría en un próximo futuro la impunidad de sus actos delictivos menores, a cambio de fungir como informador de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) en delitos de mayor envergadura económica y trascendencia social y política», detalla la web.

Y prosigue: «Yo estuve en prisión en Villabona. Fue la primera vez. Había muchísimos robos de joyerías en toda España. Los joyeros estaban enfadados con el Gobierno por la falta de seguridad. Conseguí infiltrarme en un grupo que iba a mis discotecas. Eran de Lavapiés, Vallecas y Caño Roto. Luego fui a Asturias con ellos a hacer un robo. Fuimos seis y entre ellos estaba Rachid Aglif. Aglif fue detenido en el peaje. Con mi llamada a un taxi dije mi posición y finalmente fuimos detenidos. El único que salió sin fianza fui yo. Estuve cinco meses. Por cierto, salí el último para no levantar sospechas y me buscaron los mismos guardias civiles para volver a Madrid» (R. Zouhier: Desde la cárcel; en respuesta a preguntas del diputado popular Ignacio del Burgo el 06/10/04)».

Pero la prensa nacional recogió más titulares y noticias relacionadas con la expulsión del primer yihadista majariego. «Rafá Zouhier es expulsado de España tras salir de prisión» (La Sexta), «Interior expulsa a Rafá Zouhier a Marruecos de madrugada» (El País), «Los últimos días en prisión de Rafa Zouhier» (El Mundo) o «Rafa Zouhier: «Salgo de la injusta condena con la conciencia superlimpia»» (La Razón) son solo algunas de las cabeceras que se hicieron eco de la decisión del Ministerio del Interior. Una noticia cuya proyección internacional se acentuó todavía más a través de las notas informativas publicadas por distintas agencias de información como Europa Press, que vinculó una vez más el nombre de Rafá Zouhrier con Majadahonda:  «Explicó que poco antes de entrar en la capital (el minero) Suarez Trashorras le pidió que parara un momento «pasado el casino de Torredolones» a la altura de Majadahonda. Allí se encontró -dijo- con una persona que le presentó como Rafa Zouhier«.

 

Majadahonda Magazin