Exito del Carnaval 2024 en Majadahonda: La primera fiesta romana, tomada como modelo, es la de los Saturnales (Saturnalla), dedicadas a Saeturnus, y que implicaban una supresión e inversión del orden considerado natural. Nuevas imágenes del reportaje gráfico del «Entierro de la Sardina» del miércoles 14 de febrero (2024) realizado por el fotógrafo Iván Marcos «Ivantxu»,

FAUSTO SÁNCHEZ CASADO. Antropólogo. Departamento de Antropología de Tarragona. Instituto Catalán de Antropología. A propósito del éxito del Carnaval 2024 en Majadahonda y el libro de Julio Caro Baroja «El Carnaval». Taurus Ediclones. Madrid. 398 pag. Julio Caro Baroja, sobrino de Pío y Ricardo Baroja, ha sido uno de los pocos investigadores, que partiendo de una labor individual, ha seguido estudiando la cultura popular del Estado Español, durante los difíciles años del franquismo. Muestra de ello son sus obras «Los Pueblos de España» (1946), «Los Vascos» (1949), «Las Brujas y su Mundo» (1961). «El Carnaval» fue publicado por vez primera en el año 1965. Es producto, como nos indica el mismo Caro Baroja, de casi 30 años de investigación solitaria y, generalmente, incomprendida; quizás, Junto a «Las Brujas y su Mundo«, sea este libro más conocido y popular, de ello nos da cuenta su reedición en 1979. El autor pretende realizar con esta obra un estudio sobre viejos cultos populares en el accidente de Europa, enfocado desde el ámbito peninsular español». El análisis se centra en la investigación sobre un ciclo festivo preciso, el que estacionalmente pertenece al invierno, el llamado por el autor «ciclo de Carnaval». La fiesta de carnaval es el paradigma de las fiestas de lnvierno. En el carnaval, se incluyen elementos del resto de festividades invernales (San Nicolás, Navidades, San Antonio, San Blas, etc .) al mismo tiempo que elementos de antiguos ritos festivos romanos: Saturnalia, Lupercalia, Matronalia…


El último modelo planteado por el autor, es el de las Matronalla, Fiestas de inversión de orden; en este día las mujeres y esclavas tomaban el poder.


Como paradigma de las mascaradas invernales se toma como ejemplo las llamadas Mascaradas Souletinas, celebradas en el País de Soule (País Vasco francés) y se compara esta celebración con parecidas en Asturias, Castilla (Madrid), Cantabria y Catalunya.

Las Lupercales (Lupercalla), eran fiestas de preservación contra las alimañas y purificación de los rebaños.

Las fuentes utilizadas son, sobre todo, de tipo escrito. Se parte para fundamentar lo expuesto, de informes de folkloristas locales, pertenecientes a todo el ámbito del Estado Español. La obra está dividida en tres partes. Una primera parte en que se nos habla del carnaval propiamente dicho, una segunda parte en la que se estudian las mascaradas de lnvierno, y una tercera en la que se analizan tres modelos de fiesta de invierno, partiendo de sus homónimas clásicas. La primera parte se centra en el estudio del Carnaval, en términos generales y su ciclo. Se estudian en primer lugar las diferentes denominaciones de la fiesta en el Estado Español (Carnaval, Antroixo, Antruejo... ) y su cronología con las fechas en que se celebra, diversas, aunque en términos generales se considera como inicio del carnaval el jueves anterior al domingo de carnaval. Se estudian, posteriormente, sus actos característicos, tales como manteamiento y persecución de animales, injurias y sátiras, robos ritualizados y comidas desmesuradas (Jueves Gordo o Dijousgras en Catalunya). Para Caro Baroja, la fiesta tiene tres fases esenciales que se resumen en un proceso de llegada, triunfo y muerte del carnaval, que se concretan en los días de celebración de «jueves gordo» a «martes de carnaval».

Se estudia el siguiente ciclo festivo-religioso con la Cuaresma, ciclo éste opuesto al del carnaval, que supone la abstinencia, en oposición a la «carnalidad» del anterior ciclo .

Las Mascaradas de Invierno tienen su origen en las Kalandas romanas dedicadas al dios Jano.

Algunas mascaradas europeas se inspiran en las mascaradas de lnvierno griegas (Tracia).

Posteriormente se estudia el siguiente ciclo festivo-religioso con la Cuaresma, ciclo éste opuesto al del carnaval, que supone la abstinencia, en oposición a la «carnalidad» del anterior ciclo . A nuestro parecer el aspecto más interesante de esta primera parte de la obra, es la concreción que se hace de un calendario festivo tradicional. Caro Baroja, parte de tres ciclos: el de Carnaval, el de Cuaresma-Pascua y el ciclo de Mayo-San Juan. La segunda parte de esta obra, trata sobre la descripción general y significación de las Mascaradas de Invierno. Estas mascaradas tienen su origen en las Kalandas romanas dedicadas al dios Jano. Como paradigma de las mascaradas invernales se toma como ejemplo las llamadas Mascaradas Souletinas, celebradas en el País de Soule (País Vasco francés) y se compara esta celebración con parecidas en Asturias, Castilla (Madrid), Cantabria y Catalunya. Como último punto de referencia antes de llegar a la conclusión final de este apartado, se analizan algunas mascaradas europeas, y con especia énfasis las mascaradas de lnvierno griegas (Tracia).

El fin último de las mascaradas estudiadas es asegurar la buena marcha del grupo social.

Caro Baroja, parte de tres ciclos: el de Carnaval, el de Cuaresma-Pascua y el ciclo de Mayo-San Juan

Como conclusión, Caro Baroja delimita una tipología de personajes y acciones comunes a la mayoría de las fiestas. El fin último de las mascaradas estudiadas es asegurar la buena marcha del grupo social. Bajo el título de «Tres Modelos de Fiestas de lnvierno», se analiza la relación existente entre tres antiguas fiestas romanas y algunas de las que comprenden el ciclo de fiestas de Invierno/ciclo de carnaval. La primera fiesta romana, tomada como modelo, es la de los Saturnales (Saturnalla), dedicadas a Saeturnus, y que implicaban una supresión e inversión del orden considerado natural. En el ámblto peninsular español, se dan fiestas con elementos parecidos, como la fiesta del obispillo o tradiciones como la del Roscón de Reyes. Las Lupercales (Lupercalla), eran fiestas de preservación contra las alimañas y purificación de los rebaños. En el País Vasco, Caro Baroja, cita algunas fiestas y celebraciones con similares características. El último modelo planteado por el autor, es el de las Matronalla, Fiestas de inversión de orden; en este día las mujeres y esclavas tomaban el poder. Fiesta esta, en suma, de fecundidad femenina. Celebraciones generalizadas a nivel de Estado, como Santa Agueda y el Jueves de Comadres en Galicia, demuestran las relaciones existentes entre las Matronalia y determinadas fiestas invernales.

En el ámblto peninsular español, se dan fiestas con elementos parecidos, como la fiesta del obispillo o tradiciones como la del Roscón de Reyes.

El estudio finaliza con un análisis último sobre los temas tratados. Por una parte, las fiestas estudiadas tienen un carácter predominantemente social, y presentan a la vez un carácter general y fragmentario. Caro Baroja introduce en este último punto, como intenta demostrar en todo el estudio, la imposibilidad de estudio del fenómeno festivo partiendo de teorías basadas en conceptos como el de «supervivencia», como hacen algunos folkiorlstas, siguiendo, sobre todo, las teorías de Frazer. Para el autor, el análisis de las fiestas tiene que estar contextualizado, partiendo de un análisis esencialmente estético y sociológico, desde una perspectiva diacrónica. Se puede considerar a «El Carnaval» como una obra ya clásica, dentro de la bibliografía antropológica española. Caro Baroja aporta en su estudio multitud de datos de tipo etnográfico y etnológico de gran interés, para cualquier interesado en temas festivos; por otra parte sistematiza y articula las fiestas estudiadas dentro de un ciclo amplio partiendo de los factores unificadores de la fiesta madre invernal, el carnaval.

El análisis peca de un desorden expositivo considerable. La segunda parte de la obra se introduce bajo el título de «Tres modelos de fiestas de Invierno», siendo este título inadecuado; en esta segunda parte se estudian las Mascaradas de Invierno inspiradas en las Kalendae de Jano y es la tercera parte en donde se estudian estos tres modelos de fiestas de lnvierno. En alguna ocasión, por otra parte, la desmesurada erudición del autor puede llegar a abrumar al lector, las notas a pie de pagina son constantes y, en alguna ocasión, quizás excesivas. Falta a nuestro entender en la obra, en parte, lo que Caro Baroja plantea como un óptimo análisis del fenómeno festivo, la contextualización de los datos aportados.

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