LIDIA GARCIA. La profesora de Filosofía en el IES Leonardo da Vinci de Majadahonda, Lola Cabrera Trigo, autora de «La ciencia de reinar: el regeneracionismo como modelo de ética política« (Ed. Académica Española, 2018), protagoniza una entrevista en la revista «La Marea» a propósito de su último libro: un manual alternativo de filosofía. La maestra ha incorporado en él a las filósofas que podían y debían estar en el canon habitual. Su título es ‘En diálogo con… El pensamiento en femenino plural’. Y Lola Cabrera Trigo concluye la entrevista con una afirmación polémica dando preferencia a las filósofas femeninas antes que a algunos masculinos y lo argumenta así:
«Considero que incluir a todas las filósofas que en mi proyecto aparecen “en diálogo con…” es oportuno. Ahora bien, si lo que me pide es una lista de pensadoras que podrían aparecer como “oficiales”, entonces matizo. Habría que no incluir a todas aquellas cuyos textos hemos perdido (las más antiguas), y considero que sería equilibrado incluir a Hildegard von Bingen antes que a Agustín de Hipona, a Mary Wollstonecraft por Rousseau, a María Zambrano en lugar de Ortega y Gasset y a Hannah Arendt frente a Habermas. De este modo, serían 4 frente a 8 –me refiero a los porcentajes de la Comunidad de Madrid– que, en mi opinión, es equitativo. En todo caso, ningún autor debería ser eliminado sino puesto en un segundo plano«.

Ortega y Gasset con un grupo de estudiantes, entre ellos, María Zambrano. Finales de los años veinte.
La periodista Pilar Gómez Rodríguez escribe: «Ministra nueva, curso nuevo… y viejas reivindicaciones. Repasamos: 1) la de que la inclusión de filósofas entre los contenidos oficiales de bachillerato sea una realidad. 2) La de que sus aportaciones dejen de ser “complemento” del pensamiento de ellos; y 3) que su estudio y conocimiento no dependa de la voluntad (o no) del docente». Y añade: «Es cierto que hay disposición y señales legislativas para que eso cambie, pero la ley necesitará tiempo para que se haga efectiva. Lo que hay también son iniciativas decididas que empujan en esa dirección. Más que empujar, lo que hacen es servirla en bandeja. Lola Cabrera Trigo, profesora de Filosofía en el IES Leonardo da Vinci de Majadahonda, firma un manual alternativo de libre disposición (y presentado como proyecto abierto y colaborativo) con todo lo necesario para sacar con holgura cualquier examen de Filosofía de la EvAU y algo más: junto con este recurso, aporta en paralelo, en diálogo con los filósofos habituales, la nómina de autoras que tranquila y naturalmente podrían haber estado».
Y en la reseña apunta: «Allí aparecen con sus textos o referencias como razones de existencia y presencia (exactamente igual que los filósofos) Hypatia de Alejandría, Hildegard von Bingen, Margarita Porete, Isabel de Bohemia, Madame de Sablé, Madame de Lambert, Madame de Châtelet, Sor Juana Inés de la Cruz, Mary Wollstonecraft, Mary Astell. ¿Les parecen muchas? Pues no se vayan todavía que aún quedan las que seguramente les suenen más: Flora Tristán, Rosa Luxemburgo, Lou Andreas-Salomé, Simone de Beauvoir, María Zambrano, Hannah Arendt, Simone Weil... La relación es larga, intencionadamente larga para un artículo, y eso que no están todas las que Cabrera pone a dialogar en su libro con los filósofos. Y es que filósofas, haberlas, haylas: solo hace falta conocerlas más y mejor y poder estudiarlas», concluye La Marea.
Tras leer el artículo original de la Marea, sólo añadir que a esta revista le ha quedado un magnífico corta y pega con el añadido de un titular sensacionalista.
Me he tomado la molestia de comprobar lo que dice Sandra (figura el enlace en el articulo como mandan los canones) y como buena podemita cuando la pillan con el carrito del helado echa la culpa a la prensa: 1-el articulo inicial de La Marea no incluye ni el primer libro de la autora ni todas las fotos. 2- La declaracion “sensacionalista” es literal de la autora. 3- Obviamente en el periodico del PCE los titulares los ponen los politicos, no los periodistas, igualita que la Ayuso !Viva Cuba Libre! 😂😂👍
Lávese la boca antes de hablar del legendario Mundo Obrero.
!Viva el Granma cubano y el Pravda sovietico! 😂😂😂😂
Donde se ponga Mary Wollstonecraft y Rosa Luxemburgo !muera la inteligencia de Unamuno y Ortega! (asi es nuestra profe de filosofia en un centro publico)
El señor Graciano, a quien no tengo el gusto de conocer, escribe una réplica ilegible, de la que parece desprenderse, en un esfuerzo de desbrozamiento sintáctico y hermenéutico, que de algún modo difícil de concretar defiende el texto (que no artículo, pues aquí no se expone, muestra o articula nada, como mucho se excreta lo mal regurgitado de un artículo anterior que sí lo era) de Lidia García, una imitadora poco avezada de Hildy Johnson que escribe «segundo» con un número y que con toda probabilidad no haya leído a Jean Jacques ni a Don José en su vida. Graciano, amigo, le digo con todo el respeto lo que aquel flemático personaje de Borges tras ser estúpidamente insultado: «señor, eso ha sido una digresión, sigo esperando su argumento…»
Un placer Oscar debatir con usted: si antes pudiera leer este artículo de compleja comprensión lectora comprendería que Ortega no puede estar nunca detrás de Zambrano, como un maestro no puede estar nunca detrás de un discípulo, por muy filofeminista que uno sea: https://elpais.com/diario/2011/07/30/babelia/1311984767_850215.html
Es bien sabida la influencia que José Ortega y Gasset ejerció en María Zambrano, quien siempre se consideró su discípula, pese a que los senderos de su pensamiento pronto divergieron de la ruta trazada por el maestro. El propósito de este artículo es arrojar luz sobre el intento de Zambrano de influenciar las ideas y actuación política de Ortega –lo cual ocurrió particularmente entre los años 1930-36–, así como también explorar la naturaleza y alcance de esta influencia prestando especial atención a la correspondencia entre ambos. https://revistas.um.es/daimon/article/view/388841
Doble placer para mi, ahora que hasta se le entiende algo. Naturalmente, en el libro al que referencia este artículo en ningún momento se juega a las jerarquías, juego pueril para concursantes de televisión o para lista de los 40 principales. Nadie, ni su autora ni feminista alguna (por cierto, no veo que añade su prefijo «filo-» que no esté ya dicho en el sufijo «-ista»), va por ahí escribiendo u opinando que una determinada ella es «mejor» en algún sentido a un determinado él. Por supuesto, Zambrano es discípula de Ortega, pero se pueden señalar dos cosas: primera, que Ortega fue franquista, además de bastante plagista, y segunda, que se han dado una miríada de casos en los que el discípulo ha superado al maestro, sin ir más lejos Aristóteles respecto de Platón o, por si esto le pareciera a usted discutible, Weil respecto de Alain.
No obstante, todo esto me recuerda a hace unos meses, cuando Rafa Nadal obtuvo su enésimo Roland Garros. Los medios proclamaron enseguida que era el tenista con más títulos de la historia, hasta que gente más informada vino a recordar que no sólo Serena Williams, sino hasta dos mujeres más, si no recuerdo mal, también estaban por encima de Rafa en victorias. El propósito, pues, de este librito, señor mío, no consiste en poner a Rafa contra Serena, como en un adolescente Street Fighter, consiste únicamente en lo que he mencionado: en procurar estar un poco más informado…
Ya hablaba el Premio Nobel Juan Ramón Jiménez de la «inutilidad de las escalas», y hablar de primer plano, segundo plano, tercer plano, hasta donde mis matemáticas entienden, es escalar Sr. Oscar. No tiene usted razón, ni pura ni práctica.
El bosón de Higgs es una partícula escalar, Mister Domingo, ¿se refiere usted a eso o prefiere que disertemos de Kant (yo encantado)?
Ortega, a los ojos de María Zambrano: La filósofa española María Zambrano (Vélez-Málaga, 1904-Madrid, 1991) siempre se declaró «discípula» del gran José Ortega y Gasset (1883-1955), y ello a pesar de los rumbos diversos que tomaron sus respectivos pensamientos. Aquella joven singular fue alumna aventajada de Ortega en la madrileña Facultad de Filosofía apenas unos años antes de que estallara la Guerra Civil; luego, ella comenzó a publicar sus primeros artículos filosóficos y a participar con pasión en los avatares políticos de la época. Joven y entusiasta de la República, se distanció un tanto de la mesura política de su maestro, pero nunca dejó de sentir una gran admiración por su valía intelectual y humana. Zambrano permaneció en España durante la sangría nacional para partir al exilio en 1939; Ortega lo había hecho nada más comenzar la guerra. El maestro regresó en 1945, Zambrano ya no lo haría hasta 1984.
Se cuenta que en una ocasión Ortega estaba charlando con sus discípulos, incluida María Zambrano. A ella le dio un arrebato místico, tal vez lírico, y comenzó a hablar, inspirada por la presencia del maestro, del más allá y cosas así. Ortega, siempre tan galante, la cortó el discurso de cuajo con un tajante -escribo de memoria- «fíjese, señora, que anda usted dándose un paseo por el empíreo y las estrellas mientras que todos los demás seguimos aquí, escuchándola perplejos» (Zambrano debía saber de sobra del valor ontológico que Ortega otorgaba al «aquí» del viviente, cosa que entre los que meten baza en esta página no creo que suceda). Ella rompió a llorar y abandonó la sala…
Muy majo, Don José.
«Ortega fue franquista»… Los podemitas siempre insultando el pensamiento y la inteligencia, para ellos «Mundo Obrero» es mejor que «La Rebelión de las Masas», que le vamos a hacer.
Señorita perdóneme pero La rebelión de las masas es una apología del gobierno aristocrático a la manera de Nietzsche frente a una emergencia de la cultura democrática y popular que al exquisito Ortega le producía urticaria. Realmente no sé qué otra cosa habrá leído usted en ese libro, que es anterior a la guerra, pero efectivamente Ortega envió una carta al generalísimo Franco felicitándole por la toma de Madrid. Y sí, voto a Podemos, pero a su último «qué » cualquiera de los míos -es un decir- le hubiera puesto tilde, por aquello de no pisotear el pensamiento y la inteligencia…
Vaya, veo que dos días después no queda ni un sólo paladín de devolver al «1º plano» a Ortega y Rousseau… ¡Dónde iremos a parar! ¡Señor, llévame pronto!