profesores

LIDIA GARCIA. Los profesores de Majadahonda, Rosa Linares (Leonardo da Vinci) y David Santos (Antonio Machado) son protagonistas en la prensa nacional por sus novedosos sistemas de enseñanza: han suprimido la enseñanza memorística y los libros de texto, con lo que se adaptan mejor a la nueva situación marcada por la pandemia. Y también los padres y madres de Las Rozas y Majadahonda han hecho oir su voz. «¿Qué trabajo te permite llevar a un niño a las 8:30, a otro a las 12.00, recoger al primero a las 15.30 y volver a las 18:30? Los nuevos horarios planteados por los centros dificultan más si cabe la conciliación». La periodista Carlota Fominaya del diario ABC afirma en un reportaje que con la reorganización de horarios del colegio concertado de Las Rozas al que acuden Jimena (14 años) y Belén (10) la vida de esta familia madrileña se ha desbaratado por completo. «Las opciones que nos plantean desde el centro escolar son verdaderamente de locos. La mayor, que empieza 3º de la ESO, entra en clase a las 12:00 de la mañana y sale a las 18:20 si come en el cole. La cosa cambia si come en casa: entra en un turno de tarde a las 14:00 y sale a las 18:20. La pequeña si come en casa entra a las 8:30 y sale a las 14:30 y si come en el cole entra a esa misma hora pero sale a las 15:30. Esto deja justo media hora de diferencia de entradas y salidas entre ambas, y las clases escalonadas a lo largo de todo el día». Después de mucho cavilar en familia, prosigue Carmen, la madre, «hemos optado porque Belén coma en el cole y Jimena, la mayor, en casa. Le dejaremos algo preparado todas las noches para que pueda comer sola. De esta forma además no haremos dos turnos de comida y de transporte diarios». Esta mujer se pregunta qué harán las familias que viven en las urbanizaciones más alejadas del colegio o en la vecina Majadahonda. ¿Qué profesión te permite esto? ¿Qué trabajo te permite llevar a un niño a las 8:30, a otro a las 12.00, recoger al primero a las 15.30 y volver a las 18:30?», se pregunta esta mujer, que ve cómo toda el orden de su vida se desbarata«.


Carlota Fominaya

«Estamos desesperados -reconoce-, porque trabajamos fuera de casa los dos, y en mi colegio además no hay ruta de autobús. O llevas tú a tus hijos o te los lleva alguien conocido. Estamos buscando soluciones para coordinarnos con otros padres para hacer turnos de llevada y traída. Si es imposible, ocasionalmente tiraremos de abuelos, que no es la mejor opción dadas las circunstancias del virus y cómo les podría afectar. Me consta -prosigue Javier, el padre- que en el colegio, profesores y directores llevan pensando estas actuaciones desde julio. Pero solos. Tenían unos protocolos para aplicar, pero tuvieron que empezar de nuevo a pocos días de empezar las clases porque el Gobierno y Comunidades se reunieron el 27 de agosto. ¡Diez días antes de arrancar el curso! Eso les trastocó todo y tuvieron que adaptarse a la normativa general», añade.

«Sé que el esfuerzo de los centros está siendo impresionante y que quieren lo mejor para nuestros hijos» -añade agradecido este progenitor-, «pero veo complicado que aguanten un curso entero con un día a día tan cogido con hilos. Los niños vuelven a las casas y cada una es distinta. ¿Y si en la clase de mi hija hay un negacionista? Estaremos de cuarentena en cuarentena. Y a ver quién paga la fiesta. Aunque no es solo eso, las empresas tendrán un límite de aguantar bajas masivas aunque estén obligadas a hacerlo». De hecho, apunta Carmen, «ya nos han dicho que si hay un positivo en clase, habrá que aislar al niño y cumplir cuarentena, avisar en el trabajo… Y aunque pudiéramos ir a trabajar, uno de los dos se tendría que quedar en casa para cuidar y aislar supuestamente al niño pero, ¿cómo se aisla a un niño de 6, 10 o 15 años en su habitación? No sé cuánto tiempo duraremos así. Esta pandemia nos está cambiando la vida a todos, y qué duda cabe de que está dificultando mucho la conciliación si cabe. Si antes ya era difícil, en estas circunstancias lograrlo parece realmente imposible», concluye la madre.

Colegio Leonardo Da Vinci de Majadahonda

ROSA LINARES (LEONARDO DA VINCI DE MAJADAHONDA):»LA ENSEÑANZA POR MEMORIA DESACTIVA LA CURIOSIDAD». Los docentes adaptan contra el reloj los ya discutidos contenidos escolares. El curso se centrará en los temas esenciales y continuará la integración tecnológica. El currículo es muy extenso y está anticuado, advierten numerosos especialistas. Algunos docentes ya hackean el sistema desde hace años. Reaccionan con unos contenidos realistas, a sabiendas de que, un curso más, no serán capaces, o no querrán, llegar al final del temario propuesto por la Administración. “El enfoque, como cuando yo estudiaba, sigue siendo memorístico, almacenar en el cerebro los títulos de las obras sin entender los motivos que llevaron a esos autores a escribirlas, desactiva toda curiosidad por la lectura”, explica Rosa Linares, profesora de Literatura en el instituto público Leonardo Da Vinci de Majadahonda, en Madrid. Junto a un grupo de profesoras unidas en el colectivo Guadarrama, cree que no basta con dar a los estudiantes de secundaria las nociones generales de la historia de la literatura española, que tienen carencia de referentes internacionales, y que no se trabajan las habilidades de expresión y comunicación. “No se dan cuenta de que con ese currículo conseguimos el efecto contrario al que buscamos: fomentar de por vida el hábito de lectura”.


Colegio Antonio Machado de Majadahonda

DAVID SANTOS (ANTONIO MACHADO MAJADAHONDA): «VAMOS ELIMINANDO LOS LIBROS DE TEXTO, LOS METODOS TRADICIONALES TIENEN MAS DIFICULTADES». Por otra parte, también es protagonista David Santos, director del colegio público Antonio Machado de Majadahonda en un reportaje sobre las aulas mixtas: «¿Por qué han separado a mi hijo de sus amigos y empieza el curso con niños mayores que él?». El COVID-19 ha impuesto grupos estables de convivencia con una menor ratio de alumnos por clase, lo que ha obligado a los centros escolares a crear aulas internivel en las que se mezclan niños de dos niveles educativos consecutivos, provocando la indignación de las familias», señala la periodista Ana Martínez del diario ABC. Santos se muestra optimista con este tipo de grupos mixtos: «Nosotros hemos decidido organizar todo el centro en grupos mixtos, excepto los niños de 3 años porque son justo dos clases de 20», comenta. «Es la decisión que más nos motiva y la que creímos más justa para no tener que sacar a 3 o 5 niños de cada clase y ‘señalarlos’». Y destaca la necesidad de tener una base sólida y alejada del método tradicional para que una iniciativa así triunfe. «Los grupos mixtos nos han cuadrado muy bien por el proyecto educativo que tenemos», basado en el aprendizaje por proyectos, aprendizaje colaborativo o los rincones de aprendizaje. «Vamos eliminando los tradicionales libros de texto», comenta el responsable, que entró hace ya más de 7 años al centro de la mano de un equipo directivo decidido a cambiar la metodología del colegio. «Poco a poco lo hemos ido consiguiendo», explica. De ahí que los centros con metodologías más tradicionales se encuentren con mayores dificultades a la hora de crear los grupos internivel. «Es todo un reto -reconoce Santos– Y no va a ser fácil. Pero estamos muy motivados».

Majadahonda Magazin