La coalición de CUP, ERC, Podemos e IU que gobierna Sabadell (Barcelona) ha dado de momento marcha atrás en su deseo de retirar los nombres de las calles Antonio Machado, Goya, Quevedo, Larra y Lope de Vega, pero también Dolores Ibárruri “Pasionaria”, Rafael del Riego y hasta Albarracín, Tenerife, región de Murcia, La Rioja, Uruguay y Colombia aunque opta por preservar las de México o Argentina. El historiador local al que le encargaron el informe, Josep Abad, argumenta que estos nombres tienen un “perfil franquista, españolista y anticatalanista”. Tras la polémica, se ha sabido que el Ayuntamiento de Madrid, dirigido por Manuela Carmena (Ahora Madrid) y Podemos, paralizó el pasado 24 de julio la sustitución de 52 placas en calles con referencias franquistas tras recibir seis recursos contencioso-administrativos contra el plan. En tres de ellos se piden medidas cautelares consistentes en la suspensión del proyecto y el Ayuntamiento espera que los jueces se pronuncien en las próximas semanas. El listado inicial con el que trabajaban las asociaciones de memoria reivindicaba la supresión de 129 calles, pero admitió alegaciones presentadas por las Juntas de Distrito, entre ellas la de Chamartín, que solicitaba mantener la calle del escritor “Agustín de Foxá”, que como es sabido, es tío y padrino del actual alcalde de Majadahonda, Narciso de Foxá. MJD Magazin reúne en este reportaje numerosas opiniones a favor y en contra de la iniciativa.


Foro por la Memoria: “Agustín de Foxá, C/ de Agustín de Foxá y Torroba (28-02-1906/30-06-1959). Conde de Foxá y marqués de Armendáriz. Nació y falleció en Madrid. Escritor y diplomático. Lápida en C/ Ibiza, nº 1, donde vivió y murió. Coautor de la letra del himno de Falange Española “Cara al Sol”. Miembro de la Academia de la Lengua. La calle se asignó el 31 de julio de 1959, sustituyendo a la Calle de los Enlaces Ferroviarios. Distrito de Chamartín».

Inocencio Arias (Consejo asesor Civismo): “Veamos Foxá. Ciertamente fue del régimen. Tampoco, imagino, fue la razón por la que se le dio la calle. En la carrera diplomática, Foxá es recordado como la quintaesencia del ingenio. Se le atribuyen, a menudo apocrifamente, todas las ocurrencias y «boutades» concebibles. Sus réplicas a Eva Perón y a otros personajes, ¿verídicas?, son repetidas con frecuencia. Pero tampoco por eso, se hizo una reputación. Fue por su pluma. Es un aseado poeta, autor, entre otras, de una excelente novela, «Madrid de corte a checa» (quizás ahí duela) y dramaturgo desigual pero de éxito en su época. ¿Por qué crear más divisiones removiendo los nombres de franquistas como mi colega Foxá y el de Moscardó que ahora ya es una atracción turística inofensiva? ¿Volverían dentro de unos años, con ánimo revanchista y expansivo, al callejero si cambiara el gobierno municipal?”

Eduardo C. Pérez Amengual / Carmen Serna (El Mundo): “La Ley de Memoria histórica obliga a los ayuntamientos a retirar símbolos franquistas y le da potestad para cambiar el nombre de las calles que tengan nombres franquistas. Pero no acota qué considera un «nombre franquista» ni si tener otros méritos, como el literario o filosófico, supondría valor suficiente para seguir ostentando el nombre de un espacio. Así que, la decisión vuelve a abrir heridas y debates que la ley pretendía cerrar a golpe de decreto. ¿Es Agustín de Foxá un franquista sin más? ¿O sus méritos como literato le harían merecer seguir colgando su cartel pese a ser el coautor del himno de Falange? En la relación de más de 160 calles que Izquierda Unida presentó allá por 2010 hay nombres que suscitarán la misma polémica: Eugenio D’Ors, José María Pemán, Ramiro de Maeztu o Pedro Muñoz Seca. Por si fuera poco, la Ley de la Memoria Histórica establece en su artículo 15, apartado 2, que «no se retirarán símbolos y monumentos públicos cuando concurran razones artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas protegidas por la Ley». Más madera para el debate”.

Arturo Peinado (Federación Estatal de Foros por la Memoria): «En 2009 surgió una polémica en Sevilla porque una concejala de IU, entonces en el gobierno municipal, prohibió un homenaje pretendidamente cultural a Agustín de Foxá, autor de la letra del “Cara al Sol”, que también tiene una calle en Madrid. Aquello acabó en los tribunales. Hace años leí “Madrid de Corte a Checa” de Foxá. No me considero suficientemente acreditado como para hacer una valoración literaria del libro; me quedo con esta comparación de las obras de Foxá y de Valle Inclán, por parte de Paco Umbral en su “Trilogía de Madrid”: “Su “Madrid de corte a checa” es un “Ruedo ibérico” de derechas, que decae en seguida (estaba proyectado como trilogía). A Foxá, para escribir “El ruedo ibérico”, seguramente le sobraba un brazo. Quizá el derecho”. Aunque Pemán fuera un Shakespeare o un Cervantes, ¿debe tener una calle dedicada en la capital? Se puede ser perfectamente Premio Nobel de Literatura y chivato de la policía franquista al mismo tiempo”. Leer más.

Agustín de Foxá (de pie), sentado a la derecha, el poeta Leopoldo Panero

Luca Costantini (El País): «Desde diciembre, cuando el Ayuntamiento de Madrid anunció su plan de eliminar del callejero las vías con referencias franquistas, muchas han sido las rectificaciones y las polémicas. En febrero, EL PAÍS publicó un primer informe elaborado por la Cátedra de la Memoria Histórica, una entidad no oficial formada por cinco historiadores y dirigida por Mirta Núñez, en el que se proponía el destierro de vías dedicadas a personalidades del panorama cultural español, como los escritores y periodistas Josep Pla y Agustín de Foxá, o el pintor Salvador Dalí. LISTA DE ESCRITORES Y ARTISTAS: Agustín de Foxá. Escritor. Compuso el “Cara al sol”. Alfonso Paso. Dramaturgo. Según el informe, “fue profundamente joseantoniano”. Concha Espina: «Escritora falangista”. Eugenio D’Ors: Pensador y filósofo. Jefe Nacional de Bellas Artes. Josep Pla: Escritor afiliado a la Falange. Pedro Muñoz Seca: Escritor. Fue fusilado. Salvador Dalí: Pintor. “Apoyó a los sublevados desde Estados Unidos”. Enrique Jardiel Poncela: Escritor. Autor de “Eloisa está debajo de un almendro”. José María Pemán: Novelista, poeta, dramaturgo. Miguel Mihura: Escritor y director de La Codorniz. Gerardo Diego: Poeta. Manuel Machado: Escritor y periodista. Álvaro Cunqueiro: Escritor. Se afilió a la Falange. César González Ruano: Escritor. Joaquín Turina: Compositor y director de orquesta. Tras un intercambio de acusaciones entre la Cátedra de la Memoria Histórica y el Ayuntamiento sobre la responsabilidad y el encargo del estudio, la entidad presidida por Marta Núñez decidió romper las relaciones con el Consistorio».

Arriba con su mujer Mª Luisa Larrañaga y el torero Manolete

Raúl Lázaro (“El Cresta”): “Madrid de corte a checa” es, efectivamente, una extraordinaria novela para comprender el punto de vista del fascismo español. A ello contribuye, además, la enorme capacidad que como escritor tiene Agustín de Foxá. A mí me parece que Foxá tiene, en esa primera parte sobre todo, un estilo preciso y rico en las descripciones y que su fraseo es de gran calidad. Me gusta el diálogo escueto, a veces de una sola frase, con la que describe todo un pasaje. La segunda y tercera parte me gustaron menos en este sentido, y no hablo para nada del contenido ideológico ni de la trama. Esto lo escribió Foxá con las tripas en 1937. Después llegarían casi cuarenta años de inteligencia, cultura y decencia, de gente guapa y bien alimentada. Y después de otros treinta años más a uno se le hace difícil leer algunas cosas contextualizándolas y no haciendo una lectura histórica de los hechos. Pero la verdad sea dicha, la historia de amor que cuenta Foxá en la obra, a diferencia del prologuista Jaime Siles, a mí fue lo que menos me interesaba y me interesó de toda la obra. Y por eso la juzgo como una obra sobre la guerra civil, una obra de literatura fascista muy bien escrita en su primera parte y que pierde pulso en las dos siguientes, y que al hacerlo, hace que el contenido pase a un primer plano en mi lectura y me sean más antipáticos, la obra, el protagonista y su autor”. Leer más.

Emilio Campmany: «Entre los muchos que Manuela Carmena quiere expulsar con su flamígera espada del Paraíso del callejero de Madrid, el único que quizá se ajuste al riguroso criterio impuesto por la Ley de Memoria Histórica es Agustín de Foxá. Porque hay que decirlo con voz bien alta: Foxá era franquista. Bueno, más bien era un señor de derechas que vivió en la época de Franco, lo que hace de él ineludiblemente un franquista. Es cierto que lo suyo tuvo algo de determinismo sociológico donde el libre albedrío poco intervino. Él lo explicaba preguntándose cómo no iba a ser de derechas si era gordo, era conde y fumaba puros. Estallada la Guerra Civil no le quedó más remedio que estar en el bando de Franco. De todas formas, puede decirse en su descargo que, siendo perezoso para todo, también lo fue en su devoción por el franquismo».


Su boda con Mery Larrañaga

«Diplomático de carrera y por tanto funcionario del régimen, lo sirvió sin embargo con su natural indolencia. Tardaba semanas y a veces meses en incorporarse a los destinos, especialmente si eran lugares que le desagradaban o estaban en las chimbambas. Esa misma envidia que le tienen quienes quieren quitarle la calle porque saben que no se la pusieron por franquista, sino por escribir infinitamente mejor que muchos de los que se llaman escritores en los círculos de la «kultura» izquierdista donde se premia la ideología antes que el talento. Pero, por si escribir bien siendo de derechas no fuera suficiente pecado, Foxá tiene en su haber uno todavía más grave con el mérito añadido de haberlo cometido después de muerto. Consiste éste en desmentir la fábula en la que se basa la Ley de Memoria Histórica, esto es, que la II República fue un régimen democrático con el que acabaron unos golpistas sin apenas respaldo popular. Y para hacer tal cosa le basta el título de su mejor obra, Madrid, de corte a checa que con sólo cinco palabras describe con rigor historiográfico qué fue exactamente la II República, de donde salió y lo que acabó siendo. Y eso… Eso no se lo pueden perdonar». Leer más.

Colectivos Madrileños de la Memoria: “Las Organizaciones de Memoria Histórica y de Víctimas del Franquismo y Organizaciones ciudadanas se manifiestan totalmente disconformes con el Informe presentado por el Comisionado, creado por el Ayuntamiento, para la retirada de las calles franquistas de Madrid, que después de un año de trabajo han presentado un listado de 47 nombres de calles franquistas a retirar en Madrid. Las Organizaciones de la Memoria presentamos en su día un listado de más de 129 nombres de calles franquistas a retirar en nuestra ciudad. Es lamentable que después de tanto tiempo y de tanta consulta se haya presentado esta propuesta ridícula que solo se refiere a algunos generales franquistas, no al conjunto de golpistas que se alzaron contra la República legalmente constituida. Nombres como García Morato, Capitán Haya, Blanco Argibay, etc. no están incluidos en esta lista del Comisionado, pero es todavía más vergonzoso que se opte por mantener a todos los cargos políticos y jerarcas de la dictadura. Respecto a las propuestas para renombrar esas 47 calles, el Comisionado recoge solo 9 nombres de los 136 presentados por las Organizaciones de la Memoria y ciudadanas, llamando la atención la práctica ausencia de mujeres. Es a su vez una auténtica vergüenza para nuestra ciudad, que alguno de los nuevos nombres propuestos sean a su vez franquistas, como ya hemos denunciado al propio Ayuntamiento, por ejemplo Neville, Morla Linch, Formica y Zorita”.

Carlos Herrera (Onda Cero): “Es una cuestión de tiempo que el Ayuntamiento carmenita de Madrid le retire la calle a Dalí o a Muñoz Seca. Dando igual que uno fuera un genio surrealista aún no alcanzado u otro un soberbio creador de los convulsos años treinta españoles. O que se la retire a los cientos de seres humanos que resultaron asesinados en Paracuellos por sicarios comunistas al cargo de la «defensa» de la capital. O que se la retire al peligroso extremista asesino Agustín de Foxá, personalísimo diplomático autor de uno de los mejores relatos de la Guerra Civil titulado «Madrid, de Corte a Checa» del que tanto se ha hablado desde que algunos se propusieran destruirlo. Se acercan las elecciones generales y convienen las posturas electorales que permitan lucir determinado músculo memorialista, que hagan posible lucir una determinada y tajante voluntad de ajuste de cuentas”.

Agustín de Foxá, con sefarditas de Bulgaria.

La editorial Ciudadela, que gestiona los derechos de la obra de Agustín de Foxá, ha informado en una nota que, tras el veto de Izquierda Unida a un acto de homenaje al escritor en Sevilla por el 50 aniversario de su muerte alegando el «respeto a la memoria histórica», las ventas se han disparado. De hecho, su novela “Madrid, Corte a checa”, ha multiplicado sus ventas por quince tras la prohibición del Ayuntamiento de Sevilla, encabezada por la comunista Josefa Medrano. Desde este incidente, en apenas siete semanas su obra ha vendido más de 3.000 ejemplares. Todo comenzó cuando la delegada de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Sevilla, Josefa Medrano, denegó un local a los promotores de un «Homenaje literario a Agustín de Foxá en el 50 aniversario de su muerte» por «respeto a la memoria histórica».

«El acto tuvo que celebrarse en la calle, junto al local municipal cuyo uso fue denegado a los intervinientes, el editor, escritor y traductor Antonio Rivero Taravillo, y el escritor y poeta Aquilino Duque, quienes pronunciaron sus palabras sobre la obra literaria de Foxá al aire libre, acompañados por unos ochenta asistentes. Alegando que Foxá fue falangista y diplomático durante el franquismo, Medrano aseguró que el permiso se había denegado para «no convertir el acto en una apología del franquismo y por respeto a la memoria histórica». Ante este suceso, se presentó una denuncia contra la delegada del Ayuntamiento por prevaricación y por un posible delito de discriminación ideológica, que posteriormente fue admitida a trámite por el juez. Mientras crecía la polémica, Izquierda Unida, que prohibió el homenaje a la obra de Foxá, sí permitió otro al comunista Marcos Ana. En el boletín informativo de IU, la coalición se refería a él como «poeta comunista o comunista poeta, que pasó 23 años de su vida en las cárceles franquistas por su compromiso inalienable con la causa de la II República y por conseguir la libertad en nuestro país». Y en la cartelería del acto, con el emblema del PCE y las Juventudes Comunistas, se destacaba su «entrega absoluta a su ideal comunista».

Luis Carandell: “yo recordaba a Agustín de Foxá, ‘conde de lo Mismo’, ‘el hombre más peligroso de Europa’, según Curcio Malaparte, por haberle visto alguna vez en Madrid cuando era estudiante y haber oído hablar de él, no sólo por su literatura, sino, sobre todo, por las anécdotas que se le atribuían. De los escritores adictos a Franco, era el que menos antipático caía a los progres. Católico y anticlerical al mismo tiempo, Foxá dijo de un ministro de Exteriores muy beato que en una ocasión se retrasó en llegar a una reunión de diplomáticos: ‘Se habrá ido de curas’. Otro día que el ministro hablaba, llegó él tarde y preguntó: ‘¿A qué hora ha dicho que es la misa?’. Era hombre de grandes frases. Trapiello citaba una que Foxá dedicó a escritores que no le gustaban: ‘Tristes Homeros de una Ilíada de derrotas’. Su ingenio cínico y a la vez conformista queda patente en una de sus frases más célebres: ‘Hagamos de España un país fascista y vayámonos a vivir al extranjero’. Leer más.

Agustín de Foxá, a la izquierda

Fundación Nacional Francisco Franco: “Acerca de Foxá una conspiración de silencio ha pretendido ocultarlo a la curiosidad de cuantos puedan tener interés por conocer a los auténticos valores de la literatura española del siglo XX. Ha sido obra de la inteligencia encargada de expender pasaporte de progresía con criterios dignos de los mejores tiempos del estalinismo. Se atribuye a Baroja la afirmación de que “la intransigencia de los liberales y de los que en España se llaman avanzados” ha instalado una alcabala para cobrar peaje a los señalados como conservadores, fascistas, reaccionarios y otras caprichosas lindezas. Muchas frases y ocurrencias suyas fueron muy celebradas en su tiempo. A César González Ruano le contaba cómo fueron los milicianos rojos a detenerle después del 18 de julio de 1.936: “Me salvé de milagro. Enseñé el pasaporte diplomático de Cónsul de España en Bombay. Creyeron aquellos tipejos que Bombay era mi sede habitual y que ejercía de Cónsul en España. Uno dijo: «Bueno, vámonos, de poco nos cargamos a un indio’, los muy ignorantes…”. Al decretar las Naciones Unidas el aislamiento a España, en vísperas de Postdam, comentó: “Vais a ver la patada que le dan a Franco en nuestras posaderas”. Igualmente, en julio de 1.945,  en el relevo en el Ministerio de Asuntos Exteriores de José Félix de Lequerica Erquiza por Alberto Martín Artajo, éste le pidió su casaca de Ministro a su predecesor por no tener él una para la Jura, ante lo cual afirmó Foxá: “He visto muchas veces cambiar a un Ministro de chaqueta, pero nunca hasta hoy a una chaqueta cambiar de ministro”. Vivió en la calle Atocha de Madrid, y después de la contienda en la calle Ibiza, número 1, enfrente del parque del Retiro, perpendicular a la calle Menéndez Pelayo, donde murió en 1959. Leer más.

 

Majadahonda Magazin