Gregorio María Callejo Hernanz, magistrado del juzgado nº 5 de Majadahonda, ha escrito un emotivo artículo sobre el histórico partido que se celebra este domingo. “Estimada redacción de Majadahonda Magazin, he vivido toda mi infancia y juventud en Majadahonda y ahora hace ya casi seis años que trabajo aquí. Durante esa infancia acumulé una gran colección de recuerdos de los partidos del Rayo en aquellas mañanas de domingo de los años ochenta, cuando el equipo jugaba aún en regional preferente. En vista del gran partido que tenemos el domingo me he permitido la petulancia de enviarles unas reflexiones sobre el Rayo y su imbricación en esta ciudad, una carta, en fin, de ánimo al equipo a través de mis recuerdos sobre la historia de esta ciudad. Con la pretensión (también petulante) de que pudiera publicarse antes del partido les envío un fuerte abrazo”. Y el texto resulta tan enternecedor que ha hecho brotar incluso algunas lágrimas entre los que en la redacción de MJD Magazin lo han leído previamente:
“El próximo domingo, los aficionados y seguidores del Rayo Majadahonda vamos a vivir un acontecimiento insólito, nuestro Rayo va a jugar contra nada menos que el Racing de Santander para subir a Segunda División. Veo estupefacto el cartel del partido y parece que contradictoriamente me traslado treinta años atrás, cuando el Cerro del Espino era un campo de tierra, cuando la Majadahonda futbolera vivió otro gran acontecimiento: el encuentro contra el Móstoles que decidía qué equipo era el campeón de la Regional Preferente. El Rayo había subido a Tercera División. Eran años en los que indefectiblemente los jugadores volvían al vestuario con las rodillas ensangrentadas, años en los que un futbolista podía estar tirado en tierra durante casi una hora con la pierna rota a la espera de una ambulancia (como le pasó a Huelva), en los que tan sólo una pareja de la Guardia Civil cuidaba del orden público en los partidos”.
“Y ahora, treinta años después, nuestro Rayo quiere jugar contra el Zaragoza, el Osasuna o el Sporting de Gijón, y yo sin embargo vuelvo en mi recuerdo a aquellos partidos contra el Fortuna, Los Yébenes, el Puerta Bonita o el Moscardó. El domingo saltará al campo el mejor plantel de jugadores que ha tenido la historia de nuestro club. Jamás hemos podido juntar jugadores de tantas cualidades como los Oliva, Fidalgo, Quintana o Jorge Felix. Y sin embargo, en mi nostalgia me parecerá que salen aquellos Mesones, Ani, Andrés o Juli. Aquellos jugadores del pueblo, a los que veías cada día en su puesto de trabajo en una charcutería o en una pescadería del pueblo. Empieza a sonar el nombre de nuestro modesto Rayo por toda España, incluso oí un chiste de alguien que diferenciaba al Rayo “pijo” (el de Majadahonda) del Vallecano. Pues bien, nada más lejano a la realidad. Creo que si hay algo que define históricamente a nuestro Rayo Majadahonda es que ha sido desde su fundación el equipo del pueblo, del pueblo de Majadahonda. La parte entonces nueva de la ciudad, la gente de las urbanizaciones y de los chalets, no solía ir a ver al Rayo. Al Rayo lo veían los jubilados de la plaza de los Jardinillos, los trabajadores de la parte antigua, los habitantes de las casas blancas que rodeaban la Gran Vía”.
“Al Rayo lo veíamos unos pocos jóvenes locos por el fútbol, los niños de los equipos inferiores, las novias de los jugadores. Al Rayo lo iba a ver la Majadahonda de las Fiestas del Cristo, de las peñas populares, el basurero del pueblo, el jardinero, el majariego de toda la vida. Al Rayo había que verlo e ir corriendo al antiguo bar en el descanso para pedir el bocadillo de panceta y no perderse el comienzo de la segunda parte. Y ahora, treinta años después, este Rayo quiere y merece luchar por estar entre los grandes. Disfruto de mis recuerdos y de mi nostalgia en una semana como esta, pero han pasado treinta años y ahora tenemos un Rayo que debe serlo de todos los majariegos, de todos los miles de habitantes de esta gran ciudad. Es posible que el Racing de Santander nos despierte del sueño, es posible que no haya más eliminatorias como esta, pero pase lo que pase, gracias Rayo, gracias por remover mi nostalgia, por hacerme recordar aquellas mañanas de domingo bajo un sol abrasador, sin tribuna, sin gradas, aquellas mañanas de domingo en las que yo no admiraba a Michel o a Butragueño sino los goles de Mesones o las paradas de Ani. Gracias Rayo por dejarnos atónitos ganando al Logroñés, al Albacete, al Toledo, al Castilla o al Bilbao B, gracias por un año maravilloso. Gracias por seguir siendo, aún luchando contra los grandes, el equipo del pueblo de Majadahonda, de una Majadahonda tan distinta y a la vez tan igual. Puede que el Racing nos despierte del sueño, pero no lo van a tener fácil, juegan contra nuestro querido Rayo, contra el equipo de nuestro pueblo”.
Precioso, es el mismo sentimiento que tengo yo, solamente ver a mi padre en Barakaldo medio llorando, me hizo recordar esto que cuenta…
Este domingo tiene que ser una fiesta del pueblo, y pase, AUPA RAYO
Con jueces así uno gana confianza en la Justicia ¡aupa Rayo!
Gracias Don Gregorio por sus recuerdos, a mi también me han dado ganas de llorar ¡¡¡¡
No pretendo que nadie se de por aludido, soy «Huelva» ex-jugador y ex-entrenador del Rayo Majadahonda, y agradezco enormemente los comentarios del Sr. Magistrado de esta ciudad, han pasado muchos años desde que el Rayo inicio su andadura, pero como ocurre la mayoría de las veces, nos cuesta mucho mirar hacia atrás, y ver el camino recorrido hasta llegar al día de hoy. me enorgullece al igual que a todos los que pasamos por este club, haber sido participe de lo logrado por «éste» nuestro equipo. En estos momentos me gusta recordar al entonces presidente D. Francisco Torres y al resto de compañeros de aquel primer ascenso a categoría nacional.
Ojala se consiga el ascenso, un fuerte abrazo a todos ellos y AÚPA RAYO
El señor magistrado sabrá mucho de fútbol pero muy poco de la LPH. Así está la injusticia española
Creo que tiene más fama de penalista…ni idea. En los juzgados de aquí tiene buena «prensa» , creo