Juan Novoa (der) durante el acto de Más Madrid en Villalba

JUAN NOVOA. *Co-portavoz de «Más Madrid» en Majadahonda. Majadahonda es una ciudad diseñada para no vivir en ella. Hemos pasado de la «ciudad dormitorio» a la «ciudad contenedor». La población crece, pero a efectos de la ciudad, de lo que todos entendemos que debe ser una ciudad, es un páramo. La gente vive en Majadahonda desde el punto de vista fisiológico, no sociológico. Los plenos del ayuntamiento son por la mañana. Y cada legislatura se pide que sean por la tarde para que pueda acudir más gente pero se niega esa posibilidad. Es muy sencillo: cuanto menos dejen participar a la ciudadanía, menos problemas. La última promoción de viviendas sociales es de primeros de siglo y se da una circunstancia, se ha producido un proceso de centrifugación. La mayoría, esa gente que vota sistemáticamente a la derecha, vive en urbanizaciones de alto poder adquisitivo en las que no usa, o no necesita usar, servicios públicos. El transporte urbano es deficiente. Una ciudad de más de 70.000 habitantes sólo tiene dos líneas de autobuses y se beneficia, eso sí, de la gran cantidad de interurbanos que comunican con Madrid. Pero no es problema, la gente acomodada de las urbanizaciones tiene coches, muchos coches, con los que se desplazan, yo diría hasta compulsivamente, hacia los grandes centros comerciales que, curiosamente, quedaron fuera de las zonas de confinamiento durante la pandemia.


¿Colegios públicos? ¿Para qué? El majariego ha vivido y ha crecido en colegios privados y concertados. La escuela pública es la que ha cargado con el peso de la incorporación de los emigrantes, lo que ha repercutido en un deterioro de la calidad de la enseñanza. Todos sabemos como funciona esto. Si tenemos cien niños que se incorporan hablando otros idiomas y los distribuimos bien, el impacto es mucho menos apreciable que si los concentramos a todos sólo en los colegios públicos. Pero… aulas en colegios públicos con 10 nacionalidades distintas mientras en los concertados una legión de niños rubios reza el padrenuestro. Luego esos niños crecen, se hacen adultos y descubren que hay otros españoles, cuyos padres no nacieron aquí, que tienen otro color de piel y otros credos y claro, surge el… llamémoslo, «recelo». Porque si el niño ha crecido ignorando la realidad… en fin. Esto daría para una tesis, ¿Sanidad Pública? Con los dos centros de salud para 75.000 personas es suficiente, aunque las urgencias no atiendan, porque el majariego, el que vota al PP, paga su seguro médico privado. Claro que es un problema la sanidad pública, pero al majariego de coche y urbanización simplemente no le afecta. No va con él. En Majadahonda no funcionan las urgencias en los centros de salud. Pobre gente, diréis. No. Pobres pobres. Porque a las urbanizaciones privadas llegan las ambulancias que trasladan al Ruber, o a Montepríncipe, o a la Zarzuela. Próximo capítulo: «el deterioro del comercio local de Majadahonda frente al apoyo a las grandes superficies».

Majadahonda Magazin