J. RUBIO/ J. F. MARTINEZ. La última Guerra Civil de mediados del siglo XX ha sido uno de los episodios históricos recientes que con más virulencia azotó a Majadahonda. Durante el conflicto bélico, la localidad se convirtió en escenario de bombardeos y batallas, transformando lo que era un pequeño pueblo de la zona noroeste de Madrid en un punto clave de la contienda. El episodio más destacado quizá sea la Batalla de Majadahonda o «Batalla de la Niebla», episodio donde cayó el joven soldado y periodista cubano Pablo de la Torriente Brau. O la participación de Esmond Romilly, sobrino de Winston ChurchillPero también hay otros hechos que han tenido su impacto, como la muerte de los legionarios rumanos Ion Mota y Vasile Marín en otra loma de Majadahonda, cuyos polémicos homenajes han oscurecido los testimonios del general Cantacuceno, o el ingeniero Nicolae TotuPara no olvidar este episodio histórico, la asociación Grupo de Estudios del Frente de Madrid (GEFREMA) trabaja para que estos sucesos no caigan en el olvido, y aunque pueda parecer difícil, su labor la realizan desde la neutralidad política y sin condicionantes ideológicos. Fruto del convenio de colaboración firmado entre GEFREMA y MJD Magazin compartimos con nuestros lectores la entrevista concedida por Antonio Morcillo, presidente de esta agrupación, en la que detalla la naturaleza de la misma y sus objetivos tanto generales como en Majadahonda y Las Rozas, donde son especialmente activos:


Antonio Morcillo (derecha) posa en un vestigio de la guerra en el Parque del Oeste

¿Tienen similar interés desde el punto de vista histórico y de investigación los testimonios de los combatientes del bando «nacional» (el ingeniero Totu o los Cantacuceno) que los del «republicano» (Romilly o Torriente)? ¿El GEFREMA posee alguna ideología concreta o limitación política entre sus objetivos de investigación?
Antonio Morcillo: Respondiendo a su pregunta, GEFREMA carece de ideología como Asociación (lógicamente cada uno de sus socios la tendrá) y no tiene limitación política en sus objetivos. Una Asociación de estudios históricos que se precie de ello no puede tener esas dos cualidades por las que me preguntan, pues poseer ideología o limitación política está, en nuestro caso, reñido con los principios de la investigación histórica. De hecho, y como ejemplo, GEFREMA es una Asociación autogestionaria desde el punto de vista económico. No recibimos subvenciones ni las buscamos, pues ello supondría convertirse en «cliente político» de quien nos la diera. Nuestros socios, lógicamente, poseen su ideología particular, pero en GEFREMA han de estar sujetos a nuestros principios generales, en cuanto al rigor histórico, la investigación y posibles politizaciones. Para mí los testimonios tienen valor por su contenido, no por la significación política de sus autores. Hay testimonios interesantes, y poco interesantes, y créanme que he trabajado muchos, independientemente del bando que sean. Eso sí, independientemente de su «calidad», desde el punto de vista histórico y de investigación, todos son de interés.

Fidel Castro y Pablo de la Torriente

Hay dos figuras que se han puesto de actualidad últimamente, el sobrino de Churchill, que participó en la Guerra Civil Española y estuvo en Majadahonda en el Frente de Madrid, carretera de la Coruña, y Pablo de la Torriente, periodista cubano que también participó en la guerra. ¿Qué referencias tiene de ellos?
A. Morcillo: Las referencias que tenemos de ellos son extensas. Pablo de la Torriente fue un voluntario que acudió a combatir por sus ideales, dentro de aquella Guerra Civil que fue una guerra de un profundo enfrentamiento de ideologías, y murió precisamente combatiendo en aquel sector. Fue una noticia muy mediática, tanto su llegada a España para combatir al lado de la República como su posterior muerte en aquel sector y su entierro en Madrid, que fue un acontecimiento extraordinario. Por otra parte Esmond Romilly fue un combatiente de las Brigadas Internacionales, que acudió a España y participó en los combates de Boadilla, de ahí el título de su libro. Actualmente tenemos la gran suerte de que por fin ha sido traducido al castellano, era una asignatura pendiente en la literatura de la Guerra Civil. Esmond Romilly estuvo durante poco tiempo en España, ya que él se retiró pronto y su gran historia mediática, aparte de su libro, fue el hecho de ser sobrino de Winston Churchill.


Churchill y su sobrino Esmond Romilly

Con respecto a las actividades de GEFREMA en el Oeste de Madrid, Majadahonda y Las Rozas particularmente ¿Cuáles son las principales iniciativas que han tenido en esta zona?
A. Morcillo: Nosotros tenemos una amplia actividad en todos los sectores del centro de Madrid, por lo tanto como somos una Asociación de Estudios Históricos Especializados, siempre tenemos nuestros especialistas en cada zona. En Majadahonda nuestro especialista es nuestro socio Guillermo Pozas, es el que realiza estudios locales, rutas por la zona, etc. Y en Las Rozas es Javier Calvo, que también tiene una profunda labor de investigación y realización de rutas en la zona. Porque nosotros siempre tenemos el fin de unir la historia con los escenarios donde se produjeron, el trabajo de campo tiene que ir paralelo exactamente al trabajo de investigación histórica.

Por último, la famosa batalla de Majadahonda, que no sabemos si al final históricamente se ha acuñado con ese nombre, o «la batalla de la carretera de La Coruña»… 
A. Morcillo: La batalla en sí, su nombre histórico, no es la batalla de Majadahonda evidentemente. Majadahonda fue uno de los puntos de aquella batalla. La historia fue la siguiente: una vez terminado el ataque frontal de las tropas de Franco a Madrid, que se da por terminado históricamente el 23 de noviembre de 1936, el ejército atacante planteo rodear la ciudad y estrangularla con una serie de operaciones de flanco, que fueron tres: La batalla de la carretera de La Coruña (enero de 1937), La batalla del Jarama (febrero de 1937) y por último, la batalla de Guadalajara (marzo de 1937).

¿Cuál es la denominación histórica exacta? A. Morcillo. La batalla en cuestión de la zona que nos ocupa se conoce con el nombre popular de «La batalla de la Niebla», porque fue un fenómeno meteorológico que condicionó totalmente aquellas operaciones. Las distintas fases se realizaron entre los meses de diciembre y enero, su finalidad era cortar el acceso a la carretera de la Coruña hacia Madrid y una segunda finalidad que no se llegó a cumplir era rodear Madrid por el lado izquierdo, subiendo hacia las alturas de Fuencarral y demás. Fue una ofensiva por parte del ejército llamado Nacional y una defensiva a ultranza por parte del ejercito Republicano. Se consiguieron sus objetivos parcialmente, cortar la carretera de La Coruña pero la comunicación con la sierra se siguió manteniendo a través del Monte del Pardo por parte republicana. Fue una de estas batallas que terminó con ciertas ventajas para el bando Nacional sin conseguir nada definitivo.

El general Cantacucenu con la delegación rumana que combatió en Majadahonda

¿Quedan cosas por descubrir o investigar de esta batalla? A. Morcillo. De todos los frentes y todas las batallas y de esta en concreto queda mucho por saber. Por desgracia, la investigación sobre la Guerra Civil está mediatizada por diversos factores, un factor es la literatura, que constantemente se dedica a recrearse sobre sí misma, con lo cual transmite verdades, errores y verdades a medias. Por otra parte con la irrupción de la política en la investigación, de esa manera también la investigación queda un poquito en segundo plano porque se intenta poner caracteres políticos dentro de algo, y eso es bastante complicado. Desde el punto de vista de la investigación todavía queda mucho por hacer, la investigación lógicamente ha de basarse en el conocimiento del terreno y en el conocimiento de fuentes primarias, el trabajo en archivos y en documentación que es en lo que adolecen muchas de las publicaciones que hoy día se hacen.

Majadahonda Magazin