Con motivo del ecuador de la legislatura, el alcalde de Majadahonda, Narciso de Foxá, ha concedido una entrevista a MJD Magazin y por ello con él se reunió el equipo de redacción dedicado a la información política y municipal. Cumplir los dos primeros años de gestión del Gobierno es un buen momento para hacer balance sobre lo que ha pasado. Y también una reflexión sobre los dos últimos años que quedan por venir antes de las elecciones, que es seguramente lo que más puede interesar. La entrevista, de una hora de duración, se divide en 3 capítulos: Parte I: el Gobierno, su gestión y su retirada como alcalde. Parte II: Relaciones políticas: PP de Majadahonda y la Oposición. Parte III: El modelo de ciudad: urbanismo y deporte. No hubo restricción alguna por parte del interpelado y los 3 interpelantes también preguntaron lo que quisieron. “Moriré con las botas puestas porque sin trabajar, la verdad es que no me veo”, es el titular elegido para esta primera parte.
F. Utrera: estamos en el ecuador de la legislatura, que ha estado muy marcado por una decisión, políticamente con un cierto calado, aunque al final no lo fue tanto: la primera crisis de gobierno. Nosotros hablamos de ajuste, pues se redujo a un intercambio de Concejalías, aunque se dijo después que era una primera prueba para algo que vendría después. ¿Este es el equipo de Gobierno que terminará la legislatura?
Narciso de Foxá: No sé si la terminará, en este momento no lo sé. Es el ajuste que yo creía que tenía que hacer en estos momentos. Siempre suelo hacer a mitad de legislatura ciertos ajustes y siempre lo he hecho en la empresa privada y en la política, midiendo al equipo directivo y a los equipos de concejales por sus resultados. En la medida en que estos se van produciendo voy ajustando las responsabilidades, no porque piense que lo hayan hecho mal, sino porque pienso que con esos ajustes se puede hacer mejor. Esto ha sido todo, lo cual no quiere decir que dentro de un año no tenga que volver a hacer ciertos ajustes. Seguramente los haré, otras legislaturas siempre han ocurrido, no sé si ocurrirá o no, pero si yo creo que ajustando áreas se puede mejorar al equipo, del que al fin y al cabo sus acciones van a repercutir en la ciudadanía de Majadahonda, si esto es mejor ¿por qué no hacerlo?.
Jorge Rubio: Tras la reciente aprobación en el pleno de la limitación de mandatos para concejales y el alcalde, ¿cree que evita la corrupción? ¿limita el proyecto político que pueda tener el alcalde o el equipo de gobierno al estar constreñida la gestión a dos legislaturas?. Dado que en principio habíamos oído que no iba a seguir usted como alcalde «salvo mandato superior», ¿dejará la política y volverá a la empresa privada?
N. Foxá: El tema de los mandatos es bastante controvertido, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Yo toda mi vida he defendido que los mandatos dependen de los ciudadanos y por lo tanto ellos son los que tienen que elegir al político. Pero es verdad que últimamente pienso que no debe ser así. No es que sea una cosa dogmática, ni que haya que luchar para limitar a ocho años el cargo en un equipo dirigente de una determinada institución. Lo que yo creo es que al final la limitación de mandatos lo que conlleva es que el responsable deja de acomodarse. No es un tema de corrupción, no lo creo: la gente si se corrompe lo hace a los cinco minutos o a los diez, al final del cuarto año, del quinto, o del que sea.
J. Rubio: ¿Lo aplicaría en una empresa privada?: N. Foxá: En la empresa privada tampoco es bueno que se esté en el mismo puesto mucho tiempo, no se tiene la misma ilusión en un puesto de trabajo cuando se empieza que cuando ya se lleva mucho tiempo. Por lo tanto yo he cambiado de opinión, pienso que es bueno que se limiten los mandatos. Pero tengo que decir que esta no es una opinión unánime ni siquiera en mi equipo de Gobierno. Yo protesté cuando ocurrió esto y había opiniones para todos los gustos, es una opinión trasversal que depende de cada uno. Y vuelvo a repetir, yo me he convertido: he pasado de pensar que no a pensar que sí.
F. Utrera: ¿Y en cuanto al “mandato superior” para seguir ¿a qué se refiere? N. Foxá: Tengo claro que en Majadahonda creo que he concluido mi función. Los años que he estado como alcalde me parecen suficientes y por lo tanto lo que sí tengo es una decisión firme de que cuando acabe la legislatura, no antes, porque a mí siempre me gusta acabar lo que empiezo, terminaré como alcalde de Majadahonda. El futuro no lo sé, va a depender de si tengo alguna oferta en la empresa privada o en la política. Lo que si sé seguro es que no me voy a quedar en mi casa: yo moriré con las botas puestas porque sin trabajar, la verdad es que no me veo.
Julia Bachiller: en esos 12 años como alcalde de Majadahonda y sin demasiado tiempo para pensar la respuesta, ¿cuál ha sido uno de sus peores momentos? N. Foxá: el peor rato que yo pasé fue nada más entrar como alcalde. No tenía mi vida preparada para ser alcalde. Esto de estar en primera fila hay que tener experiencia para estarlo. Y yo entré en unas condiciones muy difíciles, muy complicadas, donde además lo que estábamos haciendo una serie de concejales no se entendía. Descabalgar a un alcalde electo es muy complicado, los partidos lo ponen difícil, y es normal que lo pongan difícil porque siempre hay muchas intrigas en estas cuestiones, pero en el caso de Majadahonda se ha demostrado que teníamos razón.
Por otro lado la prensa tampoco lo entendió muy bien, hubo muchos sectores que defendían a Guillermo Ortega. Ahora todo el mundo se calla, pero en aquel momento hubo periódicos muy importantes que defendían al alcalde. Todo ha vuelto a su ser, todo se ha ajustado a lo que tenía que ser, pero yo lo pasé muy mal. Yo estuve desde febrero hasta el verano aguantando acusaciones y críticas muy duras, eso fue para mí lo peor. A la larga yo pienso que me ha venido bien, eso me vacunó para muchas cosas que pasaron después y me hizo ser muy cuidadoso y muy prudente con todo. Vi las cosas que te pueden pasar y las cosas en las que te puede poner la vida sin que sea justo, sin que sea verdad. La vida te puede poner en situaciones muy complicadas, eso es lo peor.
J. Bachiller: ¿Y lo mejor que le ha ocurrido? N. Foxá: Lo mejor… tengo recuerdos de buenas cosas, recuerdo el día que inauguré Recal (La Fundación Recal es una institución privada sin ánimo de lucro para personas afectadas por la enfermedad de la adicción a cualquier tipo de sustancia y/o comportamiento), fue para mí una satisfacción tremenda. La primera vez que visite Recal era un piso que tenían en Pozuelo, muy pequeño. Había un solar al lado y vi a dos chicos que estaban sentados, con sacos de dormir. Le pregunté al director si eran de Recal, y me contestó: “no, estos chicos están esperando a que haya una plaza aquí y entrar, quieren curarse y no pueden”. A mí eso me llegó muy al fondo y conseguimos un centro de recuperación de adicciones de Recal en Majadahonda, que ahora es un centro pionero. El día que lo inauguré y vi que había 18 ó 20 chicos allí curándose, gente sin medios, la verdad es que me hizo sentirme muy bien. Es una de las cosas que más orgulloso estoy. No sé si es la mejor que he hecho, pero es a mí la que personalmente más me ha llegado. Mañana: Segunda Parte.
Los trabajos administrativos som empleo trabajo es otra cosa
Con las botas puestas? Me descojono