Captura de pantalla 2016-01-17 a las 17.51.37“El pasado 5 de enero, Rafaela, una anciana de Majadahonda, esperaba ansiosa la visita de su hijo, el narcotraficante madrileño de guante blanco Vicente Lamarca Sánchez. Pese a que hasta la fecha nada se ha escrito sobre él, este economista de 53 años lideraba una organización criminal que ha introducido en España miles de kilos de cocaína desde Sudamérica. Vicente Lamarca no responde al arquetipo de narcotraficante. Lamarca «lideraba una organización encargada de facilitar la introducción de la cocaína» en España. Dos guardias civiles lo trasladaron desde la prisión de Navalcarnero hasta Majadahonda. En el domicilio le esperaba no su madre, sino su pareja, con la que disfrutó de un desayuno ante la atenta mirada de los dos agentes que lo custodiaban, dada su relevancia criminal. A las 10.20 de la mañana, el narco pidió permiso para ir al baño. Los agentes accedieron, aunque dejaron la puerta del aseo entreabierta, para, sin entrar con él, poder vigilarlo mientras hacía sus necesidades. Pero, súbitamente, Lamarca abrió la ventana del baño y, de un salto, huyó. Los guardias salieron tras él, pero no lo localizaron. Una fuga de película, sin el túnel del Chapo Guzmán -que sería detenido en México cuatro días después de estos sucesos-, pero de película. Desde entonces hay un dispositivo especial de seguridad para detenerlo que, de momento, no ha dado frutos”. Con este relato, el periodista Javier Chicote describe en el diario ABC lo que ocurrió en Majadahonda la víspera del Día de Reyes.


Turu Flores, hoy entrenador

Turu Flores, hoy entrenador

El periodista investigó a Vicente Lamarca, que fue representante de jugadores de fútbol, entre ellos el «Turu» Flores (Real Valladolid y UD Las Palmas), que lo acusó de estafa: “Lamarca, que estaba en prisión provisional a la espera de juicio, consiguió un permiso del juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu «para visitar a su madre durante el mínimo tiempo imprescindible». Los guardias salieron tras él, pero no lo localizaron. Una fuga de película, sin el túnel del Chapo Guzmán -que sería detenido en México cuatro días después de estos sucesos-, pero de película. Desde entonces hay un dispositivo especial de seguridad para detenerlo que, de momento, no ha dado frutos. A las 13.50 horas de ese mismo día, el Centro Penitenciario de Navalcarnero envió un fax a la Audiencia Nacional en el que comunicaba al magistrado «la evasión del interno cuando se encontraba disfrutando del permiso extraordinario». Así lo refleja el auto de busca y captura que dictó el titular del Juzgado Central de Instrucción número cuatro. El juez Andreu ha cargado contra la Guardia Civil. Sostiene que concedió el permiso, pero con «las pertinentes medidas de seguridad que garanticen su sujeción (…) debiendo ser custodiado en todo momento por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado».

El juez Andreu

El juez Andreu

“La concesión del permiso también irritó a la Guardia Civil, cuyos equipos Antidroga fueron los que detuvieron a Lamarca. Y no solo una vez, sino dos. El ahora fugado fue arrestado en enero de 2013 tras introducir 425 kilos de cocaína por el puerto de Valencia, según el escrito de calificación de la Sección Antidroga de la Fiscalía Provincial. Eludió la prisión con una fianza de 50.000 euros y aprovechó su libertad para meter en España otros 606 kilogramos de droga repartidos entre el mismo puerto levantino y el de Cádiz. Otra vez lo arrestó la Guardia Civil, en una operación en la que un agente estuvo a punto de ser atropellado por uno de los integrantes de la banda. El juez lo envió a la cárcel, sin posibilidad de fianza y ya con 1.031 kilos de coca a sus espaldas. En este contexto, Andreu concedió un permiso penitenciario el pasado día 5 que el narco Lamarca se tomó como un regalo de Reyes (este diario intentó sin éxito ponerse en contacto con el juez para ampliar la información sobre los motivos del permiso)”, concluye Javier Chicote.

Fuente

Abc

Majadahonda Magazin