JORGE RUBIO. La última jornada antes del verano del pleno del Ayuntamiento de Majadahonda debatió una vez más sobre el bloque de inversiones por un valor de 2,5 millones de euros con cargo a modificaciones de crédito. Pese a que la propuesta fue aprobada en una sesión plenaria anterior, en este ocasión se estudiaba la posibilidad de incluir una serie de modificaciones presentadas por el PSOE de Majadahonda. Dichos criterios eran los siguientes: que tuviesen un impacto positivo para la ciudadanía, la necesidad de las mismas y que se votasen por separado cada una de las actuaciones. El concejal de Hacienda, Ángel Alonso (PP) fue el encargado de presentar este punto y desvelar que habían rechazado dichas enmiendas debido a que «ninguna se adaptaba a los requisitos planteados» y que por tanto su propuesta era desestimar «las alegaciones presentadas y aprobar la modificación de crédito». Un conjunto de inversiones que finalmente fue aprobado tras rechazarse las enmiendas del socialistas con 11 votos a favor (PP), 6 abstenciones (Ciudadanos) y 8 en contra (PSOE, Somos, IU y Centristas). Un resultado que muestra la división de los grupos municipales en torno a esta cuestión, lo que dio lugar a un intenso debate entre ellos.
Alfonso Reina (Ciudadanos) tomó la palabra y comenzó su intervención lanzando un dardo al portavoz socialista: «No vamos a entrar a evaluar la resolución de las alegaciones porque no queremos darle más carnaza al señor Martínez-Maíllo para que diga que por la mañana somos equipo de Gobierno y por la tarde Oposición«. Toda una declaración de intenciones que marcaba de buena mañana un inicio bronco para un pleno que se esperaba largo e intenso. Tras el «recado», Reina comenzó a enumerar las distintas inversiones señaladas y su conformidad con algunas de ellas, como las obras de la Gran Vía o las del colegio Francisco de Quevedo.
El edil naranja mostró incredulidad ante el montante destinado a la nueva señalización de la ciudad, por importe de 594.000 euros. «¿Nos podría explicar cómo hemos llegado a esta cifra?, inquirió el portavoz de Cs para después señalar que en Majadahonda había «menos edificios públicos señalizados que en Guatemala» o que «en la ciudad hay más iglesias que en El Vaticano«. Un problema que según él se debía en parte a que la señalización estaba sin actualizar «tras 11 años». Reina incidió en que «faltaba información», que «simplificar no es lo mismo que ocultar» y que los majariegos «tenían derecho a saber dónde va su dinero». «Es un revoltijo de puntos, pero hay que sacarlos«, concluyó anunciando su abstención.


«A lo que venimos es a aprobar o rechazar las alegaciones del Partido Socialista» quiso recordar Mercedes Pedreira (Centristas) ante los bandazos y cambios de tema en el debate. Pedreira insistió en que era necesario contar con «un plan de inversiones» y que estas «se votasen de forma independiente». La edil centrista manifestó al igual que sus compañeros la idea de que este paquete era un «trágala» y que «las cosas hay que hacerlas consensuadas» y no de forma que «si no las apruebas, te echo la culpa». Mercedes Pedreira cerró su intervención reiterando su disconformidad en que no se diese prioridad a algunas inversiones porque «no tenían que ir todas juntas».
Ángel Alonso (PP) fue el encargado de cerrar este punto señalando que el resto de grupos «ponían en duda las estimaciones que hacen los servicios técnicos del Ayuntamiento«. «Son ellos los que nos dicen el presupuesto de esas obras» y que, si por la Oposición fuese, «no se tomaría ninguna decisión» en el Consistorio. Para explicar el motivo que había llevado al Equipo de Gobierno a acometer estas inversiones, Alonso realizó un recorrido histórico poniendo de relevancia que si antes no se realizaron era porque «tuvimos un déficit de 30 millones y era muy complicado mantener el nivel de excelencia de los servicios». El concejal de Hacienda destacó que pese a tener 45 millones de superávit para hacer inversiones «estaban limitados por la regla de límite de gasto». Un dato que no dudó en recriminar al PSOE al señalar que fue este partido el que reformó la Constitución con el fin de equilibrar y limitar el gasto. «Si no le gustan mis principios aquí tengo otros«, sentenció Alonso parafraseando a Groucho Marx y así ilustrar la dualidad socialista. Para concluir, destacó que esto era solo «la habilitación del crédito» y que por tanto tenían «muchas oportunidades para presentar reparos» a cada una de las inversiones.











