Acto en el monolito en este mes de enero de 2017

JULIA BACHILLER. Tanto se había hablado –y escrito– sobre el acto de la Asociación por el Monumento de los Legionarios Rumanos de Majadahonda que ante la polémica que todos los años desata este acto lo mejor es acudir a él para verificar tanta repulsa. Lo primero que te encuentras para acceder al monumento es un camino difícil de transitar a cuyos lados se acumula gran cantidad de escombros. Impresiona ver que en un lugar así el monumento se encuentra en perfecto estado. Nada más llegar me identifiqué ante uno de los promotores del acto por si mi presencia allí pudiera molestar, ya que se trataba de una propiedad privada y un acto igualmente privado. Fui recibida con mucha amabilidad e inmediatamente atendida por el presidente de la Asociación, el cual incluso agradeció mi presencia, ya que me dijo que era raro encontrarse a un medio de comunicación independiente en estos actos. También se me permitió realizar fotografías, videos y presenciar en primera fila dicho acto. 

Comenzó con una ceremonia religiosa, ya que los rumanos profesan la doctrina cristiana, y pude degustar el célebre “Coliva” o “pastel para los muertos”. Desde antaño, ante la muerte de un familiar, los rumanos cristianos hierven granos de trigo con miel, nueces, canela, pasas de uva y azúcar para darle forma a la coliva, una ofrenda que los fieles llevan a la misa del domingo para que reciba la bendición del cura. Esta costumbre está altamente arraigada en el pueblo de este país y también incluye el reparto de este postre entre los presentes. La coliva refleja el respeto y la admiración hacia los fallecidos homenajeados. Durante el acto pudimos escuchar un comunicado enviado por Pravy Sektor, perteneciente al Partido Nacionalista de Ucrania, en el cual se hacía referencia a los ataques a los que está sometida Ucrania por parte de Rusia desde el 2014. También hubo una representación por parte del Partido Nacionalista Francés, a la cual no puedo hacer referencia por desconocer el idioma.

Pero las que sí pude entender y de las que doy referencia son de las de Miguel Menéndez Piñar, presidente de la Asociación para la custodia del Monumento, que reproduzco íntegramente sin añadido o supresión alguna: “Camaradas y amigos, en primer lugar quiero dar las gracias en nombre de nuestra asociación que custodia este magnífico monumento y en el mío propio a los camaradas rumanos que han estado desde ayer limpiando los arcos del heroísmo y la hermandad hispano-rumana de este monumento. Ellos son la prueba de que el espíritu de servicio y militancia actúa… Soy testigo del sacrificio que supone la limpieza del monumento y de las dificultades que año a año hay que vencer para conseguir incluso disponer de agua. Gracias a estos camaradas podemos rendir homenaje y recuerdo a Ion Mota y Vasile Marín… También quiero agradecer a los camaradas españoles que esta noche han estado montando guardia en este suelo por si venían los enemigos de enfrente, los antifascistas que cada año ensucian este monumento”.

Majadahonda será para siempre el epicentro de la amistad hispano-rumana. Majadahonda se convertirá en el símbolo de la verdad histórica, en la bandera de la lealtad al heroísmo y en el faro que ilumina en mitad de la oscuridad en que se ha convertido nuestra España por la ley de la memoria histórica y la traición a nuestros héroes y a nuestros mártires. Este monumento que contempláis por desgracia será el único recuerdo público que quede en España. Por eso, año tras año, acudimos a este lugar para rendir homenaje. Y agradecemos a Arturo Sanz, presente entre nosotros, y a su madre Doña María de los Ángeles Millán, que donaron este terreno para que permaneciera inalterable en el tiempo. Gracias a todos los que colaboraron en su construcción, defensa y custodia. Gracias a todos ellos este monumento de propiedad privada se escapa a la venganza de la ley de memoria histórica y sigue altivo con el paso de los años. Es la gran misión que tiene la asociación que tengo el honor de presidir. Afirmamos los ideales por los que ellos cayeron: fe, patria, justicia social, camaradería, sacrificio y lealtad“.

Durante el acto pudieron oírse los himnos de la Guardia de Hierro y el Cara al Sol para finalizar el evento. Al finalizar saludó el hijo del notario Blas Piñar junto con su sobrino, como así refleja la fotografía que dejo como testigo de mi presencia allí. Durante la conversación, el presidente de la Asociación me comentó la necesidad de vallar el lugar para preservarlo, coste que asciende a 22.000 €, cantidad que en estos momentos les es prácticamente imposible de asumir. Y con respecto al número de personas que allí había, las que quisieron voluntariamente acudir, no fue necesaria la intervención policial en ningún momento y todo se desarrolló en un ambiente muy agradable y sin exaltación de ningún tipo.

 

Majadahonda Magazin