Javier Fernández, el joven patinador majariego, vuelve a ser motivo de orgullo para España tras revalidar el oro en el último Mundial de Patinaje Artístico celebrado en Boston. Una vez más el presidente del Gobierno en funciones Mariano Rajoy, se ha deshecho en elogios hacia Javier Fernández, al que califica en una declaración pública enviada a MJD Magazin como «uno de los mejores patinadores de la historia» y del que destaca «su profesionalidad, capacidad técnica, talento y destreza». El presidente espera que el patinador, cuya carrera se forjó en Majadahonda, prosiga con sus buenas actuaciones deportivas y lo anima de cara a lograr una «próxima victoria olímpica». A continuación reproducimos íntegramente el telegrama:
«Querido Javier: Quiero hacerte llegar mi más sincera enhorabuena por tu triunfo en el Campeonato del Mundo de Patinaje Artístico celebrado en Boston. Esta victoria, con la que has mejorado tu mejor marca personal, te consolida, una vez más, como uno de los mejores patinadores de la historia y pone de manifiesto una profesionalidad, una capacidad técnica, un talento y una destreza que elevan el nombre de nuestro país a lo más alto del deporte mundial. Sobreponiéndote a un mes muy duro, tu actuación con Sinatra ha eclipsado al favorito de la competición, Yuzuru Hanyu, y hace que soñemos con tu próxima victoria olímpica. Cuatro oros europeos y dos mundiales avalan nuestro sueño. Eres un motivo de orgullo para todos los españoles. ¡Enhorabuena, campeón!«.
La alusión de Rajoy al cantante Frank Sinatra se debe a esta otra declaración del deportista: «Estoy emocionado por conseguir mi segundo título. He pasado el último mes con dolores. Ha sido un mes muy duro. Me ha gustado competir con Frank Sinatra y agradar a la gente», declaró tras el programa largo, en el que compitió bajo la banda sonora de la película Ellos y Ellas, protagonizada por el actor y cantante estadounidense. La referencia tampoco es gratuita: Francisco Reyero, autor de «Sinatra. Nunca volveré a ese maldito país» (Ed. Fundación José Manuel Lara), afirma que «representa como nadie la conquista cultural que llevó a cabo Estados Unidos durante la segunda mitad de siglo». El idilio tormentoso del cantante con la diva Ava Gardner «fue lo que le hizo desembarcar en una España doliente de posguerra y autarquía, una España rancia cuyo régimen abría los brazos con desespero a toda estrella foránea que se dejara caer. «La falta de libertad de aquella época no afectaba a las personalidades pudientes que nos visitaban. Ava Gardner, Cary Grant o Frank Sinatra, cualquier estrella procedente del imperio Bronston tenía todo tipo de posibilidades recreativas… como si de un país exótico se tratara», señala el autor.
Y en el diario «Público» añade: «Bacanales continuas, borracheras épicas, el periplo de Sinatra por la España de Franco tuvo lugar entre 1950 y 1964, año en el que fue obligado por el gobierno a abandonar el país por desacato a la autoridad. Un desenlace que, como recuerda Reyero, ya se intuía en una de sus primeras visitas por motivo del rodaje de la película Orgullo y pasión. Según cuenta el cronista, Sinatra fue recibido en la escalerilla del avión por el periodista catalán Jaime Arias, quien le anunció una inminente rueda de prensa a la que este debía asistir. «La respuesta de Sinatra fue tajante: Si he de hacerlo, lo haré. Pero entonces tengo que decir que este país está gobernado por un dictador que está sometiendo al país a un gran tormento que deberíamos evitar». Hedonista y comprometido, estajanovista y vividor, reflejar la personalidad profundamente contradictoria y turbulenta de Sinatra es un reto que no conviene desdeñar, máxime si se tiene en cuenta el secretismo y la censura de la época. El periodista Francisco Reyero consigue un retrato certero de un periplo siempre al filo, marcado por sus enfrentamientos con las autoridades, sus ataques de celos, sus constantes broncas o sus problemas con compañeros de rodaje como Sofía Loren«.
