
El colegio María Auxiliadora de El Plantío (Majadahonda) era dirigido por Sor Aurita. Ahora su misión es Africa
JOSE LUIS RAMOS RODRIGUEZ. 10 de julio de 2023. Desde finales de los años 90 hasta el 2017, mis tres hijos se formaron académicamente en el colegio María Auxiliadora de El Plantío (Majadahonda). Paralelamente a los conocimientos de las diferentes materias, se empaparon de los valores salesianos de San Juan Bosco, a través del profesorado y sobre todo de su directora Sor Aurita. Mujer menuda, pelo corto, siempre con una sonrisa y sobre todo con una fuerza, una vitalidad y derrochando amor por los cuatro costados. Entre las múltiples frases e historias que contaba de Don Bosco, me quedo con dos: «sin confianza ni amor no puede haber una buena educación» y «no basta amar a los niños, es necesario que se den cuenta que son amados». Sor Aurita, como directora, era cercana, amable, preocupada porque cada niño del colegio fuera feliz. Cuando terminó su ciclo como directora en Majadahonda y al comunicarle cuál sería su próximo colegio a dirigir, Sor Aurita, notificó a sus superiores que dejaba la dirección porque lo que realmente quería era empezar una nueva etapa. Dios le estaba llamando a las misiones. Quería trabajar y evangelizar en África. Así fue como comenzó su misión en Malabo (Guinea), donde trabajó sin desmayo para fortalecer las raíces cristianas de un pueblo pobre donde se mezclan templos cristianos con mezquitas musulmanas.

Durante el tiempo que estuvo allí, tuvo varios percances, pero el más grave fue la caída que sufrió con resultado de rotura de cadera.
Durante el tiempo que estuvo allí, tuvo varios percances, pero el más grave fue la caída que sufrió con resultado de rotura de cadera. Estuvo varios días desarrollando su labor sin acudir al hospital. Al final acudió al médico, el cual le confirmo que tenía rotura de cadera y que si le realizaban la operación tenía altísimas probabilidades de fallecer en la misma, ya que carecía de medios y medicinas. A través de múltiples y complicadas gestiones, se consiguió traerla a Majadahonda, donde, felizmente, fue operada en el hospital universitario Puerta de Hierro. Tuvo una recuperación en tiempo record. Volvió a su misión en Malabo, dónde pasó la pandemia. Vio morir a muchas personas. Ella y otras tres monjas trabajaron hasta la extenuacion con los enfermos. Ni sor Aurita ni las otras misioneras se contaminaron del coronavirus. Sor Aurita me afirma que nuestra Señora María Auxiliadora les protegió y les dio fuerzas para ayudar a sanar a multitud de enfermos, donde escaseaban los medios. Falta de medicinas, de hospitales y de médicos. Próximo capítulo: «Mi vida en uno de los países más pobres del Planeta Tierra: ocupa el puesto 196 de 198».
Estupendo articulo, Jose Luis.
Yo he tenido el placer de conocer a esta estupenda persona como directora del Colegio de mis hijos y rezo para que, la Virgen María Auxiliadora, le siga dando esa capacidad y fortaleza que siempre ha tenido.
Ánimo a la gente a dar lo que pueda como donativo para su gran Misión.
Gracias por facilitar el numero de la cuenta, pues son a estas cosas a las que creo merece la pena contribuir, ya que se sabe con certeza adonde van a llegar los donativos y el buen uso que se le va a dar.