Paco Fernández Ampudia, el hostelero asturiano de Majadahonda que salió del Covid

LIDIA GARCIA. Un restaurante asturiano de Majadahonda está de enhorabuena. Y no solo por su excelente comida sino porque su propietario, Paco Fernández Ampudia, ha salvado la vida tras estar prácticamente desahuciado por el Covid. Después de 30 años haciendo cocina en Caravia (Asturias) se instaló en Madrid con un amplio despliegue de cocina casera asturiana con el restaurante «Carús» en El Plantío, frente al Centro Comercial Sexta Avenida «como si estuvieras en casa de «la abuela». Posteriormente se trasladó enfrente, a La Florida. En su carta encontramos tortilla de patata, cebollas rellenas, croquetas, fabada, cachopo, pitu de Caleya de Cascajares, carne gobernada de Oviedo, chuletón de carne roja seleccionada, escalopines Cabrales, paletilla de cordero (por encargo), calamares en su tinta con patatas fritas o arroz, fritos de merluza, fritos de pixin o merluza a la romana, entre otras asturianas especialidades. Pero este lunes 1 de marzo (2021) ha vuelto a renacer: «La lección de vida de Paco, un hostelero de Majadahonda que ha superado la Covid tras un mes en coma», titula Telemadrid. «¿Cómo me despido de los míos si me voy a morir?», recuerda Paco en su dramática experiencia, que resume en una gráfica frase: «Tenía los colores de Marlboro en un pulmón y el de Winston en otra«.


«Entré en Urgencias con poca saturación en sangre y ya no me dejaron salir». Es el inicio de la pesadilla que sufrió Paco Fernández Ampudia, hostelero de Majadahonda ingresado por un cuadro gravísimo de Covid. La gravedad de la situación le hizo pensar que no podría despedirse de sus familiares. «¿Cómo me despido de los míos si me voy a morir?» se preguntaba Paco en los peores momentos de la enfermedad. Y a partir de ese momento el único camino posible era el coma inducido. Paco ya no sufre secuelas ni tiene necesidad de recibir oxígeno. Ahora se empeña en compartir su experiencia para que los que no cumplen las medidas de seguridad sepan lo que hay detrás de un contagio. «La gente en mi local está muy concienciada, tanto camareros como clientes», cuenta en la emisora. Y narra su experiencia a quien quiera oírla. En el año negro de la hostelería, Paco pide ayudas para un sector que ha sufrido mucho durante la pandemia y sugiere que el resto de España imite las medidas tomadas en la Comunidad de Madrid para salvar la economía hostelera: País Vasco, Asturias, Cantabria, Castilla-León, Valencia…, cuyos hosteleros se desangran con sus puertas cerradas e impidiendo que con unas medidas de seguridad extremas y unos horarios razonables puedan dar de comer… y comer ellos y sus empleados también.

 

 

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