Javier De Prada es un investigador que ha destacado en los últimos años por sus reveladores estudios sobre artistas de todas las épocas, desde un punto de vista que, aunque no es nuevo, en España no se había cultivado con demasiada frecuencia. Según afirma De Prada, su enfoque está determinado por las concepciones del gran psicólogo suizo Carl Gustav Jung.

En esta entrevista, el historiador y artista plástico expone las claves de su enfoque y reflexiona sobre el papel del inconsciente en la creación artística.

Es usted un decidido partidario de la Psicología Analítica de Carl Gustav Jung. ¿A qué se debe esta preferencia suya tan definida, y desde cuándo adoptó este enfoque en sus investigaciones?

Desde mis años de formación en la Facultad de Historia de la Universidad Complutense de Madrid, enfoqué siempre mis estudios desde esta perspectiva porque era la que mejor se ajustaba a mi concepción de lo que es y debe ser el arte. He de advertir que ya en mi etapa de estudiante, estuve siempre convencido del carácter predominantemente espiritual de toda actividad artística; incluyendo por supuesto, las artes plásticas, a pesar de que, para el disfrute de estas últimas, tenga un protagonismo evidente la dimensión puramente sensorial del ser humano.

¿En qué sentido debe entenderse entonces la cualidad espiritual del arte, a la que usted se refiere?

El arte termina siempre por reflejar contenidos y procesos del sector más profundo de nuestro psiquismo, que favorecen además la evolución de la energía vital, desde los estados más próximos al instinto hasta aquellos en que el objetivo de dicha energía —o libido— se acerca más a la dimensión simbólica, y por lo tanto espiritual, que a las satisfacciones puramente sensuales.

¿Puede dar algún ejemplo de lo que afirma?

Hay muchos ejemplos, pero lo que acabo de decir es especialmente claro en los artistas que vuelcan su trabajo en la dimensión interior de la experiencia humana. Un caso excelente de esto es la obra de Goya. El genio aragonés, debido a la sordera que le sobrevino a los cuarenta y siete años, tras una larga enfermedad, experimentó una fuerte intensificación de su línea de desarrollo introvertida.

Este desarrollo quedó reflejado en su obra más personal a través de dibujos y grabados y culminó en el conjunto de las Pinturas negras.

¿En el arte actual se puede ver algo parecido?

Sí por supuesto. El caso de Goya es algo excepcional en el arte anterior al siglo XX. Sin embargo, a partir de esa fecha, multitud de artistas resultaron atrapados por la pasión por explorar la dimensión inconsciente del psiquismo; y así, casi todas las modalidades vanguardistas, de una manera o de otra, introducen contenidos de la profundidad inconsciente. Picasso era muy consciente de la importancia de esta actitud en el trabajo artístico; pero también en las corrientes expresionistas, por ejemplo, se aprecia una disposición semejante; y no digamos ya en el surrealismo.  

Se han presentado, por tanto, algunas de las claves del trabajo de este importante investigador, que ofrece una visión inédita de algunos de los artistas más decisivos de la cultura de todos los tiempos. Próximamente, se ampliarán estos conceptos en nuevos diálogos con Javier De Prada Pareja.

Majadahonda Magazin