El desarrollo de nuevas tecnologías financieras ha impulsado una transformación silenciosa en la forma de realizar pagos. Más allá de los móviles o tarjetas tradicionales, surgen dispositivos diseñados para simplificar la experiencia y reforzar la seguridad. Uno de los avances más llamativos es el anillo de pago, una herramienta que combina estética, funcionalidad y protección avanzada.

Rikki, una fintech con sede en Barcelona, ha logrado posicionarse en este nuevo escenario gracias a una propuesta innovadora basada en la tokenización y la desconexión total de la red. El resultado: un sistema elegante y altamente seguro que permite pagar con anillo, sin necesidad de depender de dispositivos electrónicos ni exponer información bancaria sensible.

Un sistema de pago seguro sin contacto ni exposición digital

La tecnología desarrollada por Rikki permite realizar pagos acercando la mano a un lector NFC, sin necesidad de utilizar móviles, tarjetas físicas ni conexión a internet. Cada vez que se efectúa una transacción, el sistema genera un token único, encriptado con estándares de seguridad equivalentes a los de grado militar. Este identificador sustituye los datos reales de la tarjeta, evitando que queden expuestos o sean interceptados por terceros.

Frente a los sistemas convencionales, el anillo de Rikki introduce una capa adicional de protección: al estar desconectado de cualquier red, no puede ser atacado por ciberdelincuentes. A diferencia de los móviles o los denominados “soft wallets”, este dispositivo funciona como un cold wallet, impidiendo cualquier intento de suplantación de identidad o robo de credenciales.

Pagar con anillo se convierte, así, en una alternativa no solo innovadora, sino también estratégica para reforzar la seguridad en los pagos cotidianos. El anillo no contiene datos sensibles, no es clonable y, en caso de pérdida, puede ser desactivado de inmediato mediante la aplicación móvil de Rikki sin comprometer la tarjeta original.

Elegancia, discreción y practicidad en un solo gesto

Además de su funcionalidad, el diseño del anillo Rikki responde a criterios estéticos y prácticos. Fabricado en cerámica hipoalergénica de alta calidad, es resistente al agua y a los golpes, y no necesita batería para funcionar. Basta con acercar la mano al datáfono y esperar el sonido de confirmación para que la operación se complete, sin necesidad de introducir PIN salvo en compras superiores a 50 euros.

Este dispositivo está certificado por Visa y Mastercard, y puede vincularse con la mayoría de tarjetas bancarias europeas. En algunos casos, se puede asociar directamente; en otros, a través de una tarjeta puente como Curve. En ambos formatos, la experiencia se mantiene sencilla, fluida y totalmente segura.

Rikki ha conseguido reunir diseño y tecnología en una propuesta que elimina por completo la dependencia del móvil y permite pagar con anillo sin exponerse a los riesgos habituales del entorno digital. Esta solución, discreta y eficaz, aporta una nueva dimensión al pago sin contacto, alineada con las exigencias actuales de seguridad y comodidad.

Los avances en sistemas de pago continúan evolucionando hacia soluciones más seguras, invisibles y funcionales. Con propuestas como Rikki, la posibilidad de pagar con anillo deja de ser una curiosidad tecnológica para convertirse en una opción real y fiable.

Majadahonda Magazin