JULIA BACHILLER. Una conversación mantenida en el mes de octubre con un joven toxicómano le iluminó. El padre David Benítez Alonso, párroco de Santa Genoveva, lo ayuda algunas veces proporcionándole como él dice «un café o un bocata. Dinero no, desde que le vi gastándolo en las tragaperras». Es un joven al que conoce desde antes de meterse en este mundo de las drogas, lo que le despierta aún más la necesidad de ayudarle. Un día este joven le dijo: “padre, tío, me mola mucho tu iglesia, pero para que sea una iglesia de verdad le falta algo”, a lo que el párroco le contestó: “estás colocado, ¿qué le falta a la iglesia?”. Y el joven contestó: «le falta una campana«. A partir de aquí el párroco comenzó a pensarlo. Una tarde, sentado en el despacho con el padre Fernando, pensando a qué destinar el euro recaudado con la venta de la lotería de Navidad, y que se utiliza para invertir en objetos del culto, confesionarios, bancos, etc., deciden poner una campana. Una no, ya que como él bien dice, “hemos puesto tres”. Y ante la pregunta de por qué, hace referencia a la suerte que tienen de haber empezado la casa por el tejado. Lo normal es hacer la iglesia y llenarla, ellos la están llenando y construyéndola poco a poco con los donativos que reciben de los vecinos de Majadahonda.
Y ahora viene otro porqué, al cual se da contestación transcribiendo sus propias palabras. La pregunta sería: ¿Por qué unas campanas?. Y el sacerdote responde: “Ese mismo día habían prohibido no sé dónde que se tocasen las campanas, cosa que nos llamó la atención, y aprovechamos para visitar al campanero. Nos diseñaron un campanil, discreto para que no llamara la atención, pero queríamos dos cosas: la primera que fueran tres campanas (el padre, el hijo y el espíritu santo). Que el campanil tuviera también tres patas, por el mismo motivo, y que la parte de abajo tuviera forma de cruz, porque los símbolos nos hablan de Dios. En un municipio, en una ciudad, algo que llama la atención siempre tiene que destacar: la fe cristiana no es solamente tradición de nuestro pueblo, sino sobre todo es lo que nos configura a nosotros”. Tras estas palabras contó como en Bélgica, tras visitar a un pariente suyo, le resultó curioso como el cura tocaba continuamente las campanas y la iglesia estaba vacía. No se llenaba, por lo que le preguntó: «¿Por qué tocas la campana?, a lo que le contestó que así les recordaba a todos que la iglesia y los cristianos se reúnen aunque no vengan a celebrar la fe, a estar con Dios y a estar juntos entre ellos».
“Las campanas tienen voz, y por eso las tres tienen un nombre. Ahora las bautizaremos, quiero que verdaderamente lo veáis como un signo de anunciar a gente de nuestro alrededor, a quien nos quiere y a los que no, que también les queremos, que por ellos rezamos, que por ellos nos reunimos, que la iglesia es de todos y para todos. Son tres campanas: la pequeña arriba, la mediana en el centro y la grande abajo. La grande se llama Santa Genoveva, es la campana principal y se tiene que llamar como nuestra patrona. La campana del medio lleva escrito «Me llamo Santos Ángeles», porque la fiesta de los Santos Ángeles se celebra el día 2 de octubre y es de devoción para mucha gente. Santa Genoveva era muy devota de los Ángeles. Y la campaña pequeña pone: «Me llamo San Juan Pablo II», porque es el Papa de casi todo el mundo, porque es el Papa santo, es el que canonizó a Santa Genoveva. Y sobre todo porque nos dijo una cosa: “no tengáis miedo”. El cristiano no puede tener miedo nunca, ni a vivir ni a anunciar su fe, porque lo que nos distingue fundamentalmente es la valentía de poder amar a todos y a cada uno, incluso a los enemigos sin distinción.
«Hay gente que no es cristiana pero es muy buena gente. Hay veces que la gente nos pregunta que te diferencia a ti que tienes fe de una persona que no la tiene. Lo que nos diferencia es que amamos sin distinción, incluso a nuestros enemigos, y eso es lo que nos tiene que notar la gente, que los amamos, que los queremos, no que los soportamos. Al cristiano se le distingue por eso, ser perfecto es imposible, perfecto solo es Dios. La voz de Dios decía San Benito, es la campana, la campana nos anunciará las cosas buenas, la campana nos anunciará las cosas tristes en nuestra ciudad, y la campana sobre todo nos recordará que tenemos que hacer oración. Ser iglesia en una ciudad como Majadahonda, magnífica, es llamar la atención de nuestros contemporáneos. Tenemos que anunciar, tenemos que cuidar, tenemos que vivir, eso es lo grande de nuestra fe. Ojalá sea y sirva para eso, no sé el tiempo que estaré con vosotros pero el tiempo que sea será para dar gloria a Dios, a veces bien, a veces mal y a veces regular, eso es lo que significa nuestra fe.”
Como anticipó el párroco, transcurrida la misa se procedió al bautizo de estas tres campanas, las cuales sonarán de la siguiente forma: San Juan Pablo II media hora antes de comenzar cada celebración. Los Santos Ángeles un cuarto de hora antes de que comience. Y Santa Genoveva al iniciarse la misa. Cada domingo podrán oírse las tres a la vez. Hay que destacar la afluencia de personas a esta parroquia. No sabemos si por la hora que era (las 13:00), entre ellos llamó la atención la presencia del alcalde, Narciso de Foxá, que como uno más de los que allí estaban, permaneció discretamente de pie durante toda la misa ya que como la parroquia estaba con todos sus bancos ocupados. Y como curiosidad decir que muchos de los que allí estaban desconocían la existencia de estas tres campanas, algunos no se dieron cuenta ni a su llegada, pero para eso está Majadahonda Magazin para informar de aquello que ocurra en Majadahonda.
Isabel Martín Gomez