«Majaelrayo» (Guadalajara), uno de los topónimos similares a Majadahonda descubiertos por Guillermo Herrero

MANU RAMOS. El periodista de Onda Cero, Guillermo Herrero, es el autor de un interesante reportaje radiofónico en el programa «Tras las huellas de la sierra» que ha titulado como «El origen de ‘Majada-honda’ y algunos de sus parajes». Guillermo Herrero tiene como misión habitual «descubrir el origen de los pueblos, ciudades y rincones de nuestra región» y su viaje por la toponimia le ha llevado durante este mes de mayo (2022) a Majadahonda: «El nacimiento de Majadahonda no está muy claro, aunque se cree que fueron unos pastores segovianos, allá por el siglo XIII, los que se asentaron en la zona y construyeron unas pequeñas cabañas. Con el paso del tiempo, esas viviendas se multiplicaron dando lugar a una modesta aldea llamada Majada-Honda. Todos sabemos que el lugar donde pernocta el ganado lanar se le llama “majada”. Una majada era un «lugar donde se recoge de noche el ganado y se albergan los pastores». Deriva del latín «maculata» («manchada»), nombre debido a que el suelo de estos lugares estaba manchado por las fecas de los animales. Es un topónimo frecuente en España: Las Majadas (Cuenca y Cáceres), Majaelrayo (Guadalajara), Majaloba (Sevilla), etc. Si a esto le añadimos la hondonada (por estar situada en una depresión del terreno) donde se encontraban las majadas, tenemos la solución de la palabra conjunta: Majadahonda«. Y concluye: «Este es el nombre que dieron los primeros pobladores, y que aún perdura, a un hecho sencillo y natural como es el de la circunstancia de converger en un sitio determinado: la orografía del terreno, y las personas y el ganado que tuvieron que utilizar dicho sitio».


En el epígrafe titulado «Dos despoblados en Majadahonda«, Guillermo Herrero señala «El Gasco» como «posible despoblado situado en la Choza del Gasco, junto al Barranco de los Muertos, nombre debido a la existencia en él de una necrópolis. Debió ser muy pequeño, porque el parcelario no tiene estructura radial. Un gasco era un gascón, un repoblador procedente de la Gascuña (Francia). Del mismo origen son Gascones (Madrid), El Gasco (Cáceres), Gascueña de Bornueva (Guadalajara) y Gascueña (Cuenca)». El segundo es «Val Yunquera«, otro posible despoblado situado en un cruce de caminos junto al Arroyo de Majunquera. Hubo otro despoblado también llamado Val Yunquera en Talamanca de Jarama. Significa «valle de la junquera», por los juncos (generalmente Scirpus holoschoenus)».

«Majaloba», municipio de Sevilla

Entre los topónimos de Majadahonda, la investigación apunta el Monte del Pilar, las Eras, la Huerta Vieja, el Plantío… «Son varios de los topónimos que se encuentran en el entorno de Majadahonda, y algunos de ellos han dado lugar a nuevos espacios como parques, calles o urbanizaciones. Sobre Pozo del Arcipreste explica que «el arcipreste o decano hoy en día es el título de un sacerdote encargado de administrar y dirigir un arciprestazgo o decanato de una diócesis, pero antiguamente el arcipreste era el sacerdote ordenado más antiguo de una iglesia episcopal o bien aquel que designaba el obispo como más eminente. Su función principal consistía en sustituir al obispo, por ejemplo por enfermedad, en las ceremonias de culto. Este vocabulario procede del latín tardío «archipresbyter». Su primera parte proviene del griego arkhós (jefe, ser primero, mandar) y la segunda del vocablo presbýteros (presbítero) pastores». Acerca de «Pozo Nuevo» recuerda que «a principios del siglo XX, las aguas que eran potables para beber estaban en la gran cantidad de manantiales que había por todo el término municipal, y eran tanto públicos como privados: fuentes, bebederos, pozos, norias, etc.


Existen «Las Majadas» en Cuenca y Cáceres

Más adelante hubo uno, el principal, llamado “Pozo Nuevo”, que era el que suministraba de agua al pueblo, excepto en los años de sequía que había que acudir como en los viejos tiempos a los pozos más cercanos para paliar la situación. La traída de aguas de este pozo a Majadahonda se hizo con la colaboración de todos los vecinos, aportando dinero y esfuerzo personal cada uno, picando y sacando tierra de las zanjas. Al lado mismo del depósito se hicieron una fuente con tres caños, un pilar para abrevar el ganado y un lavadero, que servía, además de lavar las ropas, como punto de reunión de las mujeres del pueblo, donde comentaban todas las novedades habidas y por haber del pueblo y sus entornos». En algún momento surgieron las peleas entre ellas por defender una u otra postura pero recuerdan que siempre había otras que hacían de árbitros, hasta que se cansaban y volvían a serenarse. Por último, el «Barranco del Bramido» se sitúa entre Boadilla del Monte y Majadahonda y su origen se encuentra en «bramar» del italiano bramire, posiblemente referido al animal que brama. No es muy probable que se refiera a las voces del hombre ni al bramido del viento, así que lo más lógico es que esté relacionado con el ciervo que brama en la berrea, según este investigador lexicográfico y periodista.

Majadahonda Magazin