La árbitra catalana Cristina Mateo, segunda asistente y encargada de cubrir la banda de los banquillos pegada a la grada en el partido de fútbol femenino At. Madrid-Albacete (4-3) celebrado en el Cerro del Espino de Majadahonda, sufrió este sábado «un mareo por el que tuvo que ser atendida en el campo debido a una bajada de tensión provocada por el frío y posteriormente aguardó en la ambulancia con mantas hasta recuperar la temperatura corporal». El periodista David Menayo del diario «Marca» informa que se descartó el traslado al vecino hospital Puerta de Hierro «debido a que se estabilizó correctamente», pero tuvo que ser sustituida por otro árbitro. «El choque, al que aún le quedaba media hora de acción, se quedó en manos tan solo de la árbitra principal, Ylenia Sánchez, y la asistente de la zona opuesta a los banquillos, Paula Bonay. En la Liga Iberdrola no hay cuarta árbitra y por ende la trencilla de baja no pudo ser sustituida en un primer momento, aunque minutos después se incorporó a la banda un compañero». Menayo destaca que el Cerro «lució una de sus peores galas por culpa de las heladas y adversas condiciones climatológicas sufridas en la capital en las últimas fechas». Además se tuvo que echar arena sobre el verde antes del partido para que el balón pudiera rodar con garantías: «Para más inri, el termómetro apenas llegó a los 3ºC en Majadahonda y el viento lateral y la copiosa lluvia (por tramos convertida en agua nieve) hizo aún más difícil la práctica deportiva para jugadoras y asistentes».


«Fútbol Femenino: Las rojiblancas se llevan un partido loco y gélido y destacan en el liderato. Una asistente sufre un desmayo durante el Atlético de Madrid-Fundación Albacete», titula David Menayo, que subraya como «el Atlético de Madrid dormirá el sábado como líder destacado de la Liga Iberdrola al ganar por 4-3 al Fundación Albacete en partido correspondiente a la jornada 16, primera de la segunda vuelta del campeonato. El encuentro, además de la ristra de goles y alternativas en el marcador, tuvo como protagonista a la segunda árbitra asistente del partido, Cristina Mateo, que tuvo que abandonar el terreno de juego en la segunda mitad tras sufrir un mareo en la banda. En la segunda mitad, el trío arbitral del colegio catalán encargado de imponer justicia sobre el verde se erigió involuntariamente como protagonista».

«A mí el arbitraje me ha ayudado un montón. Yo era supercerrada, me costaba abrirme a la gente y ahora ya no me cuesta entablar una conversación con alguien. Luego descubrí el sacrificio, el compromiso o el compañerismo, una serie de atributos que en el fútbol no había encontrado», explicaba a la agencia Efe Cristina Mateo, que se convirtió en colegiada después de que miembros del Comité Catalán vinieran a dar una charla al club donde jugaba, el Sant Vicenç de Montalt. Ella se fija mucho en su compañera Ainara, que empezó a arbitrar con 19 años «por casualidad». Jugaba en el San Gabriel de la Segunda División y, un día, vio un cartel colgado en un corcho en la universidad. «Pensé que, si conocía mejor el reglamento, podría ser mejor jugadora pero, una vez dentro del Comité, descubrí un mundo que me sorprendió. Tenía delante de mí nuevas ilusiones y una nueva carrera deportiva a la que poderme dedicar», explica. Ainara tuvo que elegir entre jugar o arbitrar, ya que, por edad, el reglamento no le permitía compaginar ambas actividades. Y escogió el silbato. «Descubrí que tenía que mejorar como persona para ser buena árbitra, ser más valiente y también más abierta socialmente, porque era muy tímida, y el arbitraje me ha servido para mejorar todo esto», señala la colegiada.

La web norteamericana Salud.nih advierte que aunque el aire helado del invierno puede ser estimulante el aire frío también puede entrañar riesgos para su salud, tanto en interiores como al aire libre. «Si su temperatura corporal baja demasiado, puede provocar una enfermedad grave y a veces mortal conocida como hipotermia. Aprenda a reconocer los signos de esta enfermedad y tome medidas para mantenerse usted y mantener a su familia seguros durante esta estación fría. Una temperatura corporal normal es de 37°. Apenas unos grados menos —por debajo de los 35°— pueden ser peligrosos, en especial para los muy jóvenes y los muy ancianos.

«El cuerpo está calibrado con precisión para operar dentro de un rango de temperatura corporal muy acotado, a pesar de las grandes diferencias de temperatura que haya fuera del cuerpo. Tenemos todo tipo de mecanismos —como ajustar el tamaño de nuestros vasos sanguíneos pequeños y temblar— para ayudar al organismo a mantener una temperatura corporal saludable», dice el Dr. Basil Eldadah, que supervisa las investigaciones sobre la atención médica de los adultos mayores. «Pero los adultos mayores y los niños pequeños son más susceptibles a los efectos de los cambios en la temperatura exterior. Cuando la temperatura interior del cuerpo permanece por debajo de ese acotado rango, las funciones corporales no trabajan bien.»

Las temperaturas corporales bajas pueden interferir con el funcionamiento de los órganos vitales. Cuando el frío afecta el cuerpo, las personas pueden tener problemas para pensar con claridad, hablar correctamente o moverse con facilidad. Podrían no darse cuenta de lo que está ocurriendo, o podrían no ser capaces de tomar medidas para calentarse o pedir ayuda. Cualquiera que pase mucho tiempo al aire libre en un clima muy frío puede sufrir una hipotermia. Pero la hipotermia puede ocurrir en cualquier lugar, no solo cuando se está al aire libre y no solo en un clima invernal crudo. Puede ocurrir con una temperatura fresca, por ejemplo, si la persona se enfría a causa de la lluvia, el sudor o al estar dentro del agua fría.

«Incluso durante el calor del verano, las personas mayores y los niños muy pequeños corren riesgo si el aire acondicionado hace que la casa esté demasiado fría», dice el Dr. Eldadah. Determinados medicamentos y el alcohol también pueden aumentar el riesgo de hipotermia. Si no se trata, la hipotermia puede volverse peligrosa con rapidez. Varios cientos de personas en los Estados Unidos —la mitad de ellos de 65 años o más— mueren de hipotermia cada año. «Si sospecha que algún conocido o ser querido puede correr riesgo de sufrir hipotermia, es importante que conozca los signos y síntomas y que tome medidas rápidamente, de ser necesario», afirma el Dr. Eldadah. «Primero, retire a la persona del lugar frío o húmedo, a ser posible quítele la ropa mojada y cúbrala con mantas secas o con lo que tenga a mano. Ofrézcale algo caliente para tomar, pero evite el alcohol o las bebidas con cafeína como el café».

«También evite darle un baño de agua caliente o colocarle almohadillas calientes», dice el médico Eldadah. «En los casos de hipotermia, las fuentes de calor externas pueden ser peligrosas porque podrían provocar quemaduras, disminución de la presión arterial o ritmo cardíaco irregular. Es mejor dejar las técnicas activas de calentamiento para los entornos donde haya un médico que pueda monitorizar con cuidado los signos vitales del paciente. Por esa razón es importante buscar ayuda profesional». Para evitar que la hipotermia ocurra, indica el Dr. Eldadah, «siga algunos de los consejos de sentido común que probablemente todos hemos oído. Vístase en capas, cúbrase con mantas y, si planea estar al aire libre a merced del viento, la lluvia o la nieve, póngase una chaqueta con una capa exterior a prueba del agua y del viento. Para mantenerse caliente en casa, use calcetines, pantuflas y gorro o sombrero. Si hace frío afuera, ponga la calefacción a 20° o más. Para ahorrar en gastos de calefacción, cierre las habitaciones que no esté utilizando. Si necesita ayuda para pagar las facturas de calefacción, recurra a los programas de asistencia energética.

 

 

Majadahonda Magazin